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SUMARIO.
1.- Introducción. 2.- El artículo 133 Constitucional. 3.- Antecedentes Históricos del artículo
133 Constitucional. 4.- Control Difuso. 5.- Jurisprudencia de la Corte sobre Control Difuso.
6.- El principio de Supremacía Constitucional. 7.- Jurisprudencia de la Corte sobre la
Supremacía Constitucional. 8.- Aplicación practica de estas dos figuras jurídicas en las
resoluciones de los jueces del fuero común. 9.- Conclusiones.
1.- Introducción.
La presente opinión busca, ante todo, encontrar cuál es la aplicación practica del principio de
Supremacía Constitucional en las resoluciones de los Jueces del orden común, dado que mucho se
ha polemizado sobre el tema del Control Difuso de la constitución, sin embargo, las nuevas
tendencias del Derecho Constitucional -como garante de la estabilidad del Estado y la sociedad que
lo integra-, no permite a los Jueces apartarse, en sus resoluciones, de la realidad practica y
aplicativa de los dispositivos constitucionales y velar incansablemente para que la administración de
justicia se sujete al orden máximo jurídico que esta claramente determinado en nuestro Estado de
Derecho.
Para efectos de este ensayo que contiene en esencia la opinión personal de la forma de desarrollar la
interpretación del artículo 133 de la Constitución, es necesario, por obvias razones, conocer el texto
expreso del mismo, por ello, a continuación se cita el texto vigente del artículo en mención:
“Artículo 133. Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los
Tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la
República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada
Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario
que pueda haber en las Constituciones o leyes de los Estados.”
En segundo lugar se encuentra la parte relativa a la actuación de los Jueces de los Estados para
efecto de que su actuación se ajuste a la constitución, que es donde estriba la problemática sobre el
Control Difuso, en contraposición al principio de Supremacía Constitucional que prevé el artículo
133 ya transcrito.
En este apartado no pretendo hacer un tratado de historia constitucional de este precepto, por el
contrario, considerando que la Historia Constitucional debe ser cuestión de cultura general, no solo
para los juristas, sino para todo ciudadano mexicano, pues el conocer de donde emanan sus
máximos derechos permitirá comprender mejor el alcance de los mismos.
Por ello, sólo precisaré que el antecedente remoto de este artículo lo tenemos en el artículo 126 de
la carga magna de 1857, en la que la notable influencia de la Constitución Norteamericana permitió
que se incluyera la figura jurídica del Control Difuso en nuestro sistema constitucional, no obstante
que su procedencia sea de un sistema jurídico diverso al nuestro (2), (common law), haciendo una
mezcolanza de la Constitución Francesa, de la Constitución de 1824 y de la Constitución
Norteamericana, así fue como llegó a nuestra Constitución “actual” el contenido del vigente artículo
133.
No existen datos o registro del debate del Constituyente por medio de los cuales se tenga una visión
clara de las razones de su inclusión, sin embargo, es dable concluir que en virtud de las condiciones
políticas, económicas y sociales que a travesaba nuestro país, era menester incluir en la constitución
una garantía del respeto y aplicación inexcusable de la Constitución, con la finalidad de que todo
ciudadano, así como las autoridades, respetaran la Carta Magna y fuese una carga Constitucional de
los Jueces su aplicación sobre cualquier disposición contraria.
Este artículo 126 de la Constitución de 1857 persistió en la Constitución de 1917 hasta nuestros
días, con la única reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación del 18 de Enero de 1934,
en la que se determinó que los tratados internacionales que celebrara el Presidente de la República
deberían ser aprobados sólo por el Senado, pues en su origen el Constituyente de 1917 había
sustentado que la aprobación seria por el Congreso de la Unión, fuera de esta modificación, se ha
mantenido integró el texto hasta nuestros días, de ahí que estamos frente a un artículo que tiene más
de ciento cincuenta años de vida, en los cuales debe ser interpretado –si es que se necesita
interpretar- conforme a las necesidades del Estado Mexicano.
Para comprender más claramente la intención del Constituyente de 1917 de seguir sosteniendo el
texto de este dispositivo en nuestra Carga Magna, nos permitidos citar una breve parte de la
exposición de motivos emitida por la Comisión de la Constitución del citado Constituyente, cuyo
dictamen se expresaba de la siguiente forma:
“Más importante aún es el artículo 123 [sic] de la Constitución de 1857, también suprimido en el
proyecto, que establece la supremacía de la ley constitucional, de las leyes emanadas de ésta y de
los tratados hechos por el Ejecutivo con aprobación del Congreso. La ley americana, en un
precepto análogo, hace uso de la expresión enérgica diciendo que leyes como éstas son la ley
suprema de la tierra. Así es entre nosotros también, y el artículo suprimido, además de esa
grandiosa declaración, constituye la salvaguardia del Pacto federal y su lugar preferente respecto
de las Constituciones locales, pues autoriza a los jueces a ceñirse a aquél, a pesar de disposiciones
en contrario que pueda haber en éstas (3).
Pues bien, el problema del control difuso de la constitución (4),ya ha sido determinado por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación a través de diversas Jurisprudencias, sin embargo, de ellas
me parece claro, en concordancia con este Trabajo, la que a continuación se cita:
El anterior criterio sostiene la imposibilidad de los jueces del fuero común para pronunciarse sobre
cuestiones de constitucionalidad que están reservadas a los Tribunales Federales, criterio que
debemos decir ha sido cambiante durante la existencia de la corte, como lo refiere la propia
Jurisprudencia antes citada, lo que nos lleva a concluir que no es una determinación que sea
sustentada en forma constante, sino que tiene variantes dependiendo las circunstancias especiales
que se presenten en cada caso o momento histórico, político y social.
La supremacía constitución esta ponderada también en el artículo 133 de nuestra Carga Magna, y se
sustenta básicamente en la existencia de una Ley superior sobre la que no existe mayor Ley, por
ello, todo lo que de ella emana debe ser ajustado a la misma pues es la fuente jurídica de los
llamados Estados de Derecho (6).
Pues bien, para no distraer la atención central de esta opinión me limitaré a precisar que en virtud de
esa supremacía constitucional, el Poder Judicial, y en si, los jueces como integrantes del Estado de
Derecho, deben garantizar el exacto cumplimiento de la norma suprema cuando las normas
secundarias se contrapongan a aquélla, dado que el origen del sistema normativo parte de esa norma
fundamental, el considerarlo de otra forma atacaría la propia lógica jurídica de la aplicación de las
normas, pues todo aplicación practica debe tener un origen y un límite, ya que de no existir tales
extremos, regiría el caos jurídico, la arbitrariedad y la anarquía.
Es por ello, que en atención a este principio de supremacía constitucional, el artículo 133 de nuestra
Constitución se complementa en sus dos partes, fijando en la primera el enérgico enunciado de la
supremacía de la Constitución sobre las demás leyes del Estado, y en la segunda parte propone – e
impone- la obligación de todos los Jueces de los Estados para ajustar sus resoluciones a la misma, y
sobre todo, para garantizar el exacto cumplimiento de nuestra fuente normativa primordial.
Sobre este tema la corte también se ha pronunciado al respecto, postulando la obligación de todo
Juez de ajustar sus resoluciones a la norma Constitucional, lo que en su caso podría ser
contradictorio del criterio de la no aplicación del Control Difuso, sin embargo eso será materia de
análisis del último punto de este artículo, motivo por el cual, para mayor comprensión, se cita a
continuación la siguiente Jurisprudencia cuyo rubro reza:
Amén de este criterio, la corte ha emitido otro en el que precisamente, en atención al principio de
supremacía constitucional pondera la necesidad de los Tribunales no jurisdiccionales ni del orden
federal de ajustar sus determinaciones al orden Constitucional a través de la llamada “Interpretación
Conforme”, Jurisprudencia cuyo rubro es:
En la ejecutoria de la que emana esta Jurisprudencia, la corte emitió una consideración en la que
sustenta lo siguiente:
“En ese tenor, las jurisprudencias dictadas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya sea
funcionando en Pleno o en Salas, que establezcan la inconstitucionalidad de una ley, deben ser
aplicables por todos los tribunales que materialmente ejercen funciones jurisdiccionales,
pertenezcan o no al Poder Judicial de la Federación, o bien, dichos órganos podrán realizar la
"interpretación conforme" de dichos preceptos, ello con el fin de que se atienda al principio de
supremacía constitucional.”
De los criterios antes sustentados, parece ser que aún la propia Corte no se pone de acuerdo en
cuanto a si los Tribunales del orden común y los no jurisdiccionales (administrativos) tienen o no la
facultad de poder ajustar sus determinaciones al orden Constitucional, que será el punto de la
opinión final de este trabajo (9).
8.- Aplicación practica de estas dos figuras jurídicas en las resoluciones de los jueces del fuero
común.
De lo ya precisado en los puntos anteriores, podríamos concluir que por una parte la Corte
determina que los Tribunales del Fuero Común no pueden generar, ni aplicar el Control Difuso,
pues carecen de facultad para precisar en sus resoluciones la in o anti constitucional de las normas
secundarias, en su caso, de las emitidas por los congresos locales de los Estados, sin embargo, por
otra parte también establece que los Jueces de los Estados y los Tribunales Administrativos deben
ajustar sus resoluciones al texto constitucional a través de la “Interpretación Conforme” para
ponderar la Supremacía Constitucional.
Pues bien, en una opinión estrictamente personal, considero que no podemos olvidar que la técnica
y teoría jurídica establecen como principal fuente del derecho, la Ley, misma que es sustento de
nuestro sistema jurídico positivista, por ello, si el artículo 133 de nuestra Constitución es claro en la
parte final de su redacción al establecer que: “. . . Los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha
Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las
Constituciones o leyes de los Estados. . .”, no me queda duda que este precepto no necesita
interpretación alguna para poder dilucidar si los jueces de los Estados deben ponderar sobre
cualquier ley local los dispositivos constitucionales como Ley Suprema del pacto federal; lo
anterior en virtud de que resulta clara la redacción impositiva, imperativa y permisiva del citado
precepto constitucional para que los Jueces respeten la Constitución y se aparten, en consecuencia,
de cualquier texto normativo local que no se encuentra ajustado al orden Constitucional.
9.- Conclusiones.
El control difuso no está permitido a los jueces de lo Estados, sin embargo, por disposición expresa
del artículo 133 de la Constitución, estos deben ajustar sus resoluciones a la Ley Suprema.
En virtud del principio de supremacía constitucional que pondera el artículo 133 de la Constitución,
no puede existir sobre la Carga Magna nada que la rebase ni contraponga, luego, se debe respetar lo
dispuesto en la misma, consecuentemente los jueces de los Estados deben velar por este principio y
ajustar sus resoluciones al marco constitucional a través de la “Interpretación Conforme a la
Constitución”, en la cual se deben ponderar los dispositivos constitucionales frente a los
dispositivos locales que no se ajusten a aquellos, o bien, que hayan sido declarados
inconstitucionales por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
BIBLIOGRAFIA.
• Grossi, Paolo. “Primera Lección del Derecho”. Editorial Marcial Pons. Madrid
Edición 2007.
Nota al pie:
(5) Esta Jurisprudencia puede ser consultable con los siguientes datos: No.
Registro: 193,435. Jurisprudencia. Materia(s): Constitucional. Novena Época.
Instancia: Pleno. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. X,
Agosto de 1999. Tesis: P./J. 74/99. Página: 5.
(6) Este tema puede ser consultado de manera mas amplia en el libro Derecho y
Razón del jurista Constitucional Italiano Luigi Ferrajoli.
(7) Este criterio puede ser consultado bajo el Registro: 180,240. Jurisprudencia.
Materia(s): Constitucional. Novena Época. Instancia: Primera Sala. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XX, Octubre de 2004. Tesis:
1a./J. 80/2004. Página: 264
(8) Este criterio y su ejecutoria pueden ser consultado bajo el Registro: 177,591.
Jurisprudencia. Materia(s): Común. Novena Época. Instancia: Tribunales
Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. XXII, Agosto de 2005. Tesis: I.4o.A. J/41. Página: 1656.
(9) Debo resaltar que, en relación con estos temas, existen más criterios
emitidos por la Corte en igual sentido, sin embargo, me permití rescatar los
que a título personal me parecen más importantes para efecto de justificar la
opinión que se precisa en este trabajo.