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En esta campaña tuvimos a un líder democrático el año dos mil que tuvo
vergüenza de hablar sobre la democracia y la corrupción el 2011, hasta que
se vio con la soga al cuello. Y aunque dicen que nada aviva tanto la
inteligencia como la sombra del cadalso, también es cierto que el público
que asiste a las ejecuciones confía poco en la sinceridad de las últimas
palabras.
Y ahora, ¿qué?
¿Cuáles son las alternativas? Hay tres: viciar el voto, votar por Humala o
votar por Fujimori.
Debo decir que no tengo nada personal contra Keiko Fujimori. Respeto su
valor al quedarse en el Perú luego de la huida de su padre y respeto también
su devoción filial. Sé que ella influyó en él el año dos mil para que rompa
con Montesinos. Cuando se casó y mucha gente la hostigó, escribí
exigiendo que se la deje en paz y le deseé ventura en su matrimonio. Ella
respondió con una carta personal muy gentil. Ojalá las cosas hubieran
quedado ahí.
Pero ella es ahora la dirigenta formal del fujimorismo (el real es su padre) y
representa por eso a la mafia cleptócrata de los años noventa, a la que llama
“el mejor gobierno de la historia del Perú”, con la misma aparente
convicción con la que repetirá en la segunda vuelta que el kimono de esa
yakuza es igual a la toga de Pericles.
Así que, está fuera de toda duda que, de ninguna manera, bajo ninguna
circunstancia se debe votar por Fujimori. No. Y no solo eso. Hay que
hacer todo lo legalmente posible para que la mafia criminal que gobernó el
país en la década del noventa, no vuelva al poder ni ahora ni jamás.
Pero ¿le conviene engañar a medio mundo y dar luego el gran salto hacia
atrás con un gobierno belicista y represivo de militares y milicias
antauristas? ¿O le conviene hacer un gobierno como el de las izquierdas
democráticas del continente sabiendo que en la coyuntura actual ese
régimen sería, casi con seguridad, exitoso y pura ganancia para él como
gobernante?
¿Y Humala?
Si eso ocurre, habría que votar por Ollanta Humala, para prevenir un
peligro mucho mayor. Y si aquellos que movilizamos el país en la lucha
por la democracia el año dos mil, hacemos campaña y votamos por
Humala, él ganará aunque la mayoría de los medios tradicionales le haga la
guerra.
Es verdad que incluso en ese escenario, hay riesgo. Las cosas pueden salir
bien, o no. Pero mejor eso que darle el gobierno a la yakuza y a las
versiones criollas de Capone, Luciano y Genovese.(Gustavo Gorriti)