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AMENAZAS DEL BOSQUE

Si has leído los artículos que hemos publicado durante este Año
Internacional de los Bosques hasta ahora, entonces sabrás: que es un
bosque, los tipos de bosques que existen, su diferencia con un cultivo
forestal, los aprovechamientos y beneficios que nos dan. Ahora llega
el momento de ver cuales son las amenazas que penden sobre ellos,
para así poder luchar contra ellas.
Las amenazas que afectan a nuestros bosques no solo lo hacen sobre
los árboles, si no que, al desaparecer estos también se pierden con
ellos todo lo que es el bosque en sí: hongos, microorganismos, fauna,
etc.… De la misma manera, estas actuaciones pueden afectar a otros
tipos de habitat, que si bien no son bosques en si, son tan
importantes como ellos: tales como maquias, estepas cerealistas,
pastizales, turberas, etc. Todas ellas con una gran diversidad que se
perdería si estas desaparecieran.
Los tipos de amenazas que penden sobre los bosques las podemos
dividir en dos grandes grupos: las que se producen directamente
sobre el bosque y las acciones que no son directas sobre el bosque
pero que sus consecuencias le afectan.
Amenazas directas:
Talas del bosque. Eliminación de los árboles por distintas
razones:
Aprovechamiento de la madera. Cortas para uso de la madera.
Esta amenaza cae sobre todo en los bosques pluviales, donde cortan
grandes cantidades de árboles para el uso de su madera en muebles,
suelos, etc.

Urbanización. Eliminación del bosque para edificación de


viviendas o polígonos industriales. La construcción masiva de
urbanizaciones que se ha realizado en
este país ha producido la desaparición y
degradación del bosque. No sólo por la
edificación en sí, sino porque además,
conllevan la construcción de carreteras,
canalizaciones y la producción de
contaminación; provocando una variación
del funcionamiento del ecosistema. La
alteración del bosque y su desaparición
producida por la urbanización es una de las peores, pues en estos
casos el bosque nunca se puede regenerar.

Para la ganadería. Corta y en algunos casos quema de los


árboles para la generación de pastos para el ganado.

Para agricultura. Se tala el bosque para cultivar en esa zona


especies de consumo tanto para alimentación como para biomasa.
Para producción de biocombustibles. Se destruyen grandes
cantidades de bosque para el cultivo de especies productoras de
biocombustible, como está ocurriendo en Asia con la plantación de
palmeras para la producción de biodiesel, destruyendo el bosque
tropical.

Zona talada para plantación de palmeras. Isla de Borneo. Plantación de Palmera. Borneo. Malasia

Transporte de aceite de Palmera. Borneo. Zona arrasada para la plantación. Borneo.

Construcción de infraestructuras. Cuando se construyen


carreteras, pantanos, puertos, etc., se hace desaparecer grandes
cantidades de bosque natural.
Para cultivos forestales papeleros. Se suprime el bosque
natural para introducir especies productoras de pasta de papel, como
ocurre con las plantaciones de eucaliptos. Además, en estos casos,
los árboles sembrados se cortan pocos años después de haber sido
plantados. La siembra de árboles y su posterior corte, seguido por
una nueva siembra y corte, en ciclos continuos, puede degradar el
suelo y el agua. Con frecuencia, el agua arrastra el suelo de las
pendientes limpias, lo que hace que el área no sea apropiada para
nuevos árboles o para una regeneración natural de bosque.
Plantación de eucaliptos.

Malos usos en la limpieza del bosque. Utilizando


maquinaria pesada se erosiona el suelo y se pueden causar heridas a
los árboles. Cuando se limpia excesivamente no se deja que el
bosque se retroalimente. Las ramas y árboles caídos son necesarias
para la formación del humus que alimenta el bosque.

Introducción de especies alóctonas. Al sacarlas de su


habitat natural e introducirlas en otros ecosistemas que no son el
suyo pueden desplazar a las especies autóctona, afectando así a la
diversidad de la zona en la que se introducen, ya que pueden ocupar
el lugar de las autóctonas. Estas especies pueden ser introducidas
para distintos usos:
Para su aprovechamiento. Se utilizan especies alóctonas por
ser de crecimiento más rápido para el aprovechamiento de su madera
o para pasta de papel. Especies que como pasa con el eucalipto, si
ocupa lugares de bosque o cercanos al bosque, acaba con los
recursos hídricos de la zona perjudicando su entorno.
Para su uso en reforestaciones. En muchos casos la
administración reforesta zonas con especies alóctonas que no
sobreviven bien en el ambiente donde se plantan, y no permiten la
regeneración del bosque natural típico de la zona.
Para su uso en jardinería. En muchas ocasiones las especies
exóticas que se introducen en jardinería se convierten en una
autentica plaga que desplaza a las propias del lugar. Por supuesto no
todas las especies exóticas tienen un carácter invasor. La mayor
parte de las especies exóticas son incapaces de sobrevivir de forma
natural en los nuevos ecosistemas debido a incompatibilidad
climática, enemigos biológicos... Un número importante de ellas
puede llegar a naturalizarse, es decir, crecer de forma espontánea de
determinados lugares normalmente cercanos al foco de introducción,
siendo su presencia puntual. No obstante, hay unas pocas especies,
que favorecidas por unas condiciones apropiadas y una vez
asentadas en una nueva localización, no sólo se aclimatan, sino que
su crecimiento se produce de forma incontrolada, colonizando el
nuevo territorio y desplazando a las poblaciones locales. Su
abundancia introduce grandes cambios en la estructura de las
comunidades locales, causando profundas alteraciones en los
ecosistemas y provocando en ocasiones pérdidas muy importantes en
la economía del hombre al limitar o interferir en la disponibilidad de
los recursos naturales. Esto ocurre con el Plumero o Hierba de la
Pampa en la .Cornisa Cantábrica, donde constituye una de las
principales especies invasoras.
Introducidas accidentalmente. Pueden introducirse semillas
de manera accidental, que si se reproducen y se naturalizan, podría
ocurrir como en el caso anterior.

También puede ser una amenaza para nuestros bosques la


introducción de especies animales alóctonas, como por ejemplo,
algunas especies de insectos que son introducidas, en ocasiones,
accidentalmente. Al no tener enemigos naturales se reproducen
rápidamente hasta llegar a ser poblaciones casi epidémicas,
comiendo grandes cantidades de hojas de los árboles y otras plantas.
O llevando consigo hongos u otros microorganismos que pueden
enfermar a nuestros bosques.

Incendios. Pueden ser provocados


(intencionados o inconscientemente) y
naturales.
Provocados intencionadamente. Los
realizan pirómanos o personas antisociales y
conflictivas. En algunos casos también los
provocan personas interesadas en que
desaparezca el bosque natural para así poder aprovechar los terrenos
para su propio beneficio.
Provocados inconscientemente. Los causan imprudentes
que dejan colillas sin apagar o hacen hogueras. Agricultores, que no
tienen cuidado y al quemar los rastrojos causan incendios. Ganaderos
que queman para la regeneración del pasto de una manera
inconsciente. Y malos cazadores que provocando fuegos para
favorecer a algunas especies cinegéticas.
Naturales. Producidos por rayos u otras causas naturales,
estos son sólo el 4% de los que se producen en nuestro país.

Amenazas indirectas:

Contaminación. La contaminación atmosférica debida a la


combustión de combustibles fósiles produciendo CO2 gas que
provoca el calentamiento global y el cambio climático. Además en la
industria y los vehículos producen otros gases, dióxido de azufre y
oxido nitroso, que producen la lluvia acida. Así que podemos decir
que les afectan a nuestros bosques:

Cambio climático. El clima mundial está sufriendo cambios que


están afectando a los bosques. Las temperaturas medias anuales son
más elevadas, se están modificando de las pautas pluviales y cada
vez son más frecuente los fenómenos climáticos extremos (olas de
calor, olas de frío, huracanes, etc.). Los bosque adaptados a un clima,
con estos cambios, pueden debilitarse al no estar en las condiciones
optimas de temperatura y precipitaciones a las que estaban
adaptados. De esta manera se hacen más débiles ante plagas y
enfermedades.
Lluvia ácida. Puede afectar directamente sobre las hojas y
aciculas produciendo su muerte. Pero, el principal daño lo causa
cuando llega al suelo y hace que se liberen los metales pesados que
contiene, pero que usualmente son inaccesibles. La lluvia ácida los
libera disolviéndolos y al mismo tiempo disuelve y retira por lavado,
nutrientes vitales que se encuentran en el suelo, empobreciendo
este.

Como hemos visto, hay muchas acciones que amenazan a nuestros


bosques, pero si reflexionamos un poco, vemos que la mayor
amenaza que pende sobre ellos es el ser humano, y que está en
nuestra mano la protección y la salud de nuestros bosques naturales.

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