“Análisis del Artículo 78 de la Ley No. 32 de 26 de Febrero de 1927”
Por:
FRANCO, CAROLINA 8-767-2284
GOMÉZ, YAMILETH MORALES, YURIBEL 4-729-752
Profesor: Luis Camargo Vergara
Panamá, 7 de febrero de 2011
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 78 DE LA LEY No. 32 DE 26 DE FEBRERO DE 1927
Efectos de la Fusión en Sociedades que son parte de procesos
judiciales.
Como punto de partida, debemos recordar que la Fusión es aquella
unión jurídica de dos o más sociedades mercantiles; es decir, dos o más empresas constituidas jurídicamente como entidades diferentes, deciden unirse para crear una nueva empresa o que una de las existentes crezca. En el caso de que una de las empresas en cuestión sobreviva se le denominará fusionante o absorbente y a las empresas que desaparecen se les llamarán fusionadas o absorbidas. También se da el caso de que todas las empresas involucradas desaparezcan como entidades jurídicas independientes creándose una tercera empresa con una nueva razón social.
La fusión implica el traspaso de bienes, derechos y obligaciones de una
o varias empresas, a otra que asume tales bienes, derechos y obligaciones, desapareciendo las primeras para dar lugar al nacimiento o fortalecimiento de otra empresa. Implica pues, la extinción de cada una de ellas y la transmisión en bloque de los respectivos patrimonios sociales a la nueva entidad que habrá de adquirir por sucesión universal los derechos y las obligaciones de aquéllas. Si la fusión resulta de la absorción de una o más sociedades por otra ya existente, ésta adquirirá en igual forma los patrimonios de las sociedades absorbidas, que se extinguirán, aumentando en su caso el capital social en la cuantía que proceda.
En virtud de esta transmisión tanto de los derechos como de las
obligaciones por parte de la sociedad sobreviviente o la nueva que surge a la vida jurídica, producto de las fusiones, debemos precisar que a aquella nueva sociedad o a la sobreviviente, la Ley le confiere el derecho de actuar como parte en los procedimientos judiciales o administrativos en que hayan sido partes las sociedades extinguidas o cualquiera de ellos.
En ese mismo sentido, el Artículo 78 de la Ley No. 32 de 26 de febrero
de 1927 sobre Sociedades Anónimas, señala lo siguiente:
“ARTICULO 78: En los procedimientos judiciales o
administrativos en que hayan sido partes las sociedades extinguidas o cualquiera de ellas, continuará actuando como parte la nueva sociedad consolidada.”
Debemos entender entonces, que la fusión tiene como efecto la
subrogación por parte de la nueva sociedad o la absorbente, de todos los derechos y obligaciones contraídos por las sociedades extinguidas hasta el momento de la celebración del convenio de fusión, inclusive, las responsabilidades de carácter judicial o administrativa. Producto de la fusión, la sociedad sobreviviente o la nueva sociedad, según sea el caso, le corresponderá continuar el proceso en que sea parte la sociedad extinguida, asumiendo de tal forma todos los derechos y las obligaciones que se deriven de este proceso. De igual forma, se asumirán los pasivos y contingencias que puedan surgir en el futuro por cualquier obligación de la sociedad absorbida o extinguida, así como las consecuencias de la responsabilidad ajena.
Esta subrogación de derechos y responsabilidades procesales, se
distingue como “Sucesión Procesal”.
La sucesión procesal se presenta de manera extraordinaria dentro de
los procesos en donde las circunstancias así lo requieren. Es entendida como la sustitución en un proceso pendiente de una parte por otra persona que ocupa su posición procesal por haber devenido titular de los derechos sobre la cosa litigiosa. Es así que la sucesión procesal consiste en que una persona que originalmente no detentaba la calidad de demandante o demandado, por alguna de las causales de transmisión de derechos entre a detentarla.
Esta figura pretende a la luz del principio de economía procesal lograr el
aprovechamiento de la actividad procesal ya iniciada y adelantada, de tal forma que no sea necesario iniciar un nuevo proceso. Debe entenderse entonces que es el propio proceso el que permite que este fenómeno se presente, ya que resulta irrelevante el cambio de los sujetos, en tanto es regulado por la mismas normas jurídicas, y la decisión final del juez afectara positiva o negativamente a quienes tienen interés y se encuentran legitimados, así esta legitimación haya sido extraordinaria a lo largo del litigio.
Esta figura jurídica se encuentra recogida en nuestro Código de Judicial,
específicamente en los Artículos 611 y 614, cuando se establece que en los procesos en donde sobreviene la extinción de una persona jurídica o la fusión de una sociedad que sea parte en estos procesos, los sucesores en el derecho debatido podrán comparecer a fin de que se les reconozca como tal, y aún cuando no concurran, la sentencia producirá efectos sobre ellos. Así mismo, se señala que los sucesores se adecuaran al proceso en el estado en se encuentre al momento de su intervención.