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Heterodoxia y cristianismo en España (I)
La historia de la religión y en especial del cristianismo fue durante mucho tiempo monopolio
de la Iglesia Católica. La magna obra de Menéndez y Pelayo parecía acabar con ese monopolio
eclesiástico, pero la realidad fue muy distinta. La historiografía científica cerraba filas en
torno a una interpretación dogmática de la historia de la religión. Llorente, Castro y Rossi se
convertían en voces discordantes dentro de un coro de visiones dogmáticas. ¿Cuál es el estado
actual de la cuestión?
Según el historiador Díez de Velasco la historia de la religión se
encuentra todavía en un estado liminal, empezando una nueva etapa
de adolescencia. A pesar de que en los años cincuenta del pasado
siglo se creo la primera cátedra de Historia de las Religiones, su
fracaso estrepitoso mantuvo a la institución en un segundo plano,
como una especie de isla minúscula en un océano de
desconocimiento. Según dicho historiador, la razón del fracaso no
fue otra que el fundamentalismo religioso del momento (1). De
modo que la inclusión en los planes de estudios de las universidades tuvo que esperar hasta los años
1993, para ser una realidad en la formación de los futuros historiadores, antes de esta fecha el
estudio de la religión se centraba en la Historia de la Iglesia Católica.
El déficit de formación a nivel religioso que existe en nuestro país tiene un componente claramente
académico, al que hay que unir la desinformación de los medios de comunicación y la actual falta
de interés del gran público en los temas religiosos.
Con esta serie de artículos nos aproximaremos a diferentes movimientos religiosos dentro del seno
del cristianismo peninsular.
Comenzaremos con el periodo romano y visigodo, pasando a la Edad Media en la que proliferaron
todo tipo de movimientos heterodoxos, la Reforma, los movimientos pietistas, la reacción
racionalista y el nacimiento de nuevos movimientos religiosos en el siglo XIX y XX, para finalizar
con un análisis de la situación actual. Además dedicaremos especial interés a los movimientos
heréticos de América.
Profundizaremos en la historia menos conocida del cristianismo, intentando paliar las grandes
lagunas que la historiografía ha dejado o ha cubierto, pero con interpretaciones muy maniqueas.
Aunque sin duda han surgido estudios serios sobre la Historia de las Religiones y la Historia de la
Iglesia, algunos de los ejemplos más claros son: el historiador García Cárcel, García Villoslada o
Pérez Villanueva, todavía queda mucho por hacer.
Terminamos citando las tristes y aún actuales palabras de Menéndez y Pelayo en su introducción al
libro Historia de los Heterodoxos: Pero otras ramas del árbol histórico, que fueron las más
frondosas en lo antiguo, parecen, durante la mayor parte del siglo XIX, mustias y secas. Ninguna
tanto como la historia eclesiástica, cuya postración y abatimiento sería indicio suficiente, si
tantos otros no tuviéramos, del triste punto a que ha llegado la conciencia religiosa de nuestro
pueblo
(1) DEVELASCO, FRANCISCO, Historia de las Religiones en España: Avatares de una disciplina, Revista Ciencia de las Religiones, Nº
o, Universidad Complutense de Madrid 1995. Pag 4.
(2) MENENDEZ Y PELAYO, Historia de los Heterodoxos españoles, BAC, Madrid, 1987. Pag. 4
Mario Escobar es licenciado en Historia, diplomado en Estudios Avanzados por la Universidad
Complutense de Madrid y director de la revista «Nueva Historia para el Debate»
© M. Escobar, ProtestanteDigital.com (España, 2010).
¿Santiago y abre España?
Heterodoxia y cristianismo en España (II)
Es difícil datar la llegada del Cristianismo a Hispania. La tradición apostólica habla del
arribo a Hispania de Santiago el Mayor, el que con el tiempo se convertiría en el patrón de
España.
Desde Tertuliano a Orígenes, pasando por San Irenio o San
Jerónimo, el nombre de Santiago como el primer evangelizador de
Hispania se repite sin cesar, pero las pruebas sobre la primera
evangelización de la Península nos hablan de decenas de
cristianos anónimos que extendieron el mensaje en algunas
ciudades costeras y poco o nada de la llegada a Hispania del
apóstol Santiago.
Hispania era una de las regiones más prósperas del Imperio
Romano. En el siglo I se dividía en tres provincias: la Baetica,
Tarraconenses y Lusitania. Las ciudades más prosperas en aquel
momento eran las situadas en la costa mediterránea. Tarraco y
Cartago Nova eran los dos puertos principales del Imperio, aunque
en el interior habían surgido ciudades muy importantes y otras se habían romanizado como el caso
Itálica o Caesaraugusta.
La leyenda de la llegada de Santiago el Mayor a Hispania es incierta. Según la tradición,
después del día de Pentecostés del año 33 d. C., el apóstol habría viajado apresuradamente a
Hispania para evangelizarla. Su predicación habría comenzado en Gallaecia, cosa arto improbable,
ya que en el siglo I, esa región fue conquistada con una dura oposición. No fue hasta época de
Vespasiano, entres los años 64 al 70 d C, que los gallegos entraron en el sistema romano de villae.
Lucus Augusti (Lugo) era una de las ciudades más importantes de la región, pero en su conjunto
esta zona estaba poco desarrollada.
La evangelización de los primeros apóstoles fue fundamentalmente urbana y es extraño que
Santiago se desplazara a una de las zonas más alejadas de Hispania para cristianizarla.
La leyenda añade otro detalle a la evangelización realizada por Santiago. Al parecer el apóstol
antes de regresar a Jerusalén delegó la evangelización de la Península en siete discípulos llamados
los Siete Varones Apostólicos. Antes de su retorno, Santiago habría visitado Caesaraugusta con sus
ayudantes, donde la aparición de la virgen en un pilar, habría iniciado el culto a María en la capital
de Aragón, aunque la adoración a Maria data del siglo V.
En el año 44 d C., Santiago ya había regresado a Jerusalén, en donde según el libro de Hechos
fue degollado por orden de Herodes Agripa I. Esto pone en tela de juicio el viaje de Santiago,
ya que hasta las persecuciones desatadas entre los años 33 al 36 d C, los cristianos no se habían
dispersado todavía y la mayoría se refugió en zonas cercanas como Fenicia, Antioquia o Chipre.
Además las referencias históricas a este hecho son muy antiguas y poco fiables.
El propio Menéndez y Pelayo, tan complaciente en sus escritos con la Iglesia Católica, no se atrevió
a afirmar la llegada de Santiago a España, aunque en su libro cita a las numerosas autoridades de la
Iglesia que aseguraban la evangelización de la Península por Santiago.
Las pruebas de la evangelización de Santiago en Hispania son tan fútiles que sin duda el
apóstol no visitó la Península ni contribuyó a su cristianización.
Mario Escobar es licenciado en Historia, diplomado en Estudios Avanzados por la Universidad
Complutense de Madrid y director de la revista «Nueva Historia para el Debate»
© M. Escobar, ProtestanteDigital.com (España, 2010).
¿Estuvo el apóstol Pablo en España?
Heterodoxia y cristianismo en España (III)
(La Historia de la Religión en España)
Recientemente se ha descubierto que el Apóstol pudo estar un año o algunos meses en
Tarragona antes de regresar a Roma, en donde murió en las persecuciones de Nerón. Las
palabras de San Fructuoso, que fue quemado en la hoguera hace 1.750 años y recogidas por un
soldado romano, serían la prueba definitiva para reconocer el ministerio del Apóstol Pablo en
España. El hecho es que en el año 67, ya existía una comunidad cristiana consolidada.
La tradición también nos habla de que el apóstol Pedro envió a siete varones que extendieron el
mensaje por toda la Península. Estos varones habrían estado principalmente por el sur de la
Hispania Romana.
Lo que si es cierto, es que los legionarios fueron los primeros portadores del mensaje cristiano
en la Península, al fin y al cabo eran uno de los grupos con mayor movilidad en el imperio y
resultaba verdaderamente sencillo que entre sus filas hubiera algún cristiano.
Por tanto la influencia cristiana vendría de África por medio de legiones romanas y se extendería
fundamentalmente por la Vía de la Plata. Se han comparado la liturgia de los primeros cristianos
hispanos y del norte de África encontrándose numerosas coincidencias.
Es curioso, que la condena de los obispos de Astorga y Mérida por San Cipriano, sea uno de los
primeros documentos en los que se cita sedes apostólicas en Hispania. Una carta que condenaba a
Basilides y Marcial por herejía. Esta primera referencia directa sería del siglo III, pero de estos dos
personajes hablaremos más adelante.
¿Estuvo el Apóstol Pablo en Hispania? Las evidencias parecen demostrarlo, pero no se puede
afirmar rotundamente hasta que nuevas evidencias confirmen las pocas pruebas que tenemos de
dicho viaje.
Mario Escobar es licenciado en Historia, diplomado en Estudios Avanzados por la Universidad
Complutense de Madrid y director de la revista «Nueva Historia para el Debate»
© M. Escobar, ProtestanteDigital.com (España, 2010).
Primeras herejías y disidencias en Hispania
Heterodoxia y cristianismo en España (IV)
(La Historia de la Religión en España)
Las persecuciones de Decio a mediados del siglo III fueron el
momento propicio para el nacimiento de las primeras herejías.
Muchos cristianos, temerosos del martirio, apostataron o
llegaron a acuerdos fraudulentos con las autoridades civiles.
¿Cuáles fueron las primeras herejías en la Hispania romana?
A finales del siglo III las cosas estaban cambiando en el Imperio.
La decadencia económica, los gravosos impuestos y la presión de los pueblos bárbaros habían
producido el fenómeno de la ruralización de la sociedad.
Dos obispos muy importantes, Basílides de Astorga y Marcial de Mérida, cuyas diócesis se
encontraban entre las más cristianizadas de la Península Ibérica, intentaron esquivar la
muerte sometiéndose a las nuevas leyes del imperio.
Al parecer pidieron a las autoridades civiles el libelo (1), de esta manera se salvaban de la
persecución pero sucumbían ante las exigencias romanas de practicar la idolatría.
La división en las filas cristianas no se hizo esperar, pero también supuso una especie de selección
natural, en la que lo más fuertes permanecieron dentro del seno de la Iglesia, mientras que el resto
se separó de ella.
Se llamó a los apóstatas libeláticos. Dos de los más conocidos fueron los obispos anteriormente
mencionados, pero estos no se limitaron a comprar su libertad y simular el culto a los dioses.
Basílides hizo culto público pagano, enterró a sus hijos en cementerios situados en lugares profanos
y renegó de la fe. Marcial blasfemó de Cristo e hizo actos similares. La iglesia sustituyó a estos
hombres por dos nuevos obispos.
Tras la persecución muchos quisieron volver a la fe cristiana y San Cipriano de Cartago ordenó
rebautizar a todos los apóstatas. Los dos obispos renegados intentaron recuperar su sedes, pero el
obispo de Roma ordenó que Felix y Sabino conservaran su dignidad episcopal.
En el año 276, bajo el consulado de Aureliano y Tito Antonio Marcelino, en la zona de la actual
Sevilla, se había extendido una herejía en contra de la encarnación de Jesús. Al parecer el origen
del conflicto había surgido cuando una falsa decreta (2) del papa Eutiquiano, supuestamente
dirigida al obispo Juan, en la que defendía la idea de la no encarnación de Jesucristo. Las iglesias de
la Bética desecharon el falso documento y condenaron la enseñanza.
A principios del siglo IV, tras superar las persecuciones, la fortaleza de la Iglesia en España
era evidente. El Concilio Iliberatiano, el primero celebrado en Hispania y del que hablaremos
próximamente, era la muestra de esa vitalidad y fuerza.
(1) Era un documento de fidelidad al emperador que atestiguaba que el poseedor había realizado
las ofrendas oportunas a los dioses.
(2) La decretal es una carta mediante la cual el papa , en respuesta a una petición, dicta una regla
ya sea en materia de disciplina o canónica.
Artículos anteriores de esta serie:
1 Historia de la Religión en España
2 ¿Santiago y abre España?
3 ¿Estuvo el apóstol Pablo en España?
Mario Escobar es licenciado en Historia, diplomado en Estudios Avanzados por la Universidad
Complutense de Madrid y director de la revista «Nueva Historia para el Debate»
© M. Escobar, ProtestanteDigital.com (España, 2010).