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Aceptación

Pst. Paola Giordani Barbabosa

Muchas veces a través de nuestras vidas hemos escuchado que hay que
aceptarse como es uno, o que hay que aceptar a alguien como es. Eso es muy
cierto, pero sería importante saber qué es lo que eso significa y qué es lo que
implica. Suena fácil y sencillo pensar en aceptar, pero en la realidad no lo es
tanto.
Cuando uno se enferma y el padecimiento comienza a formar parte de la vida,
también comienza a formar parte de la psicología de cada uno. Aún cuando las
demás personas no lo noten, uno sabe que hay cambios y uno sí los siente. Esos
cambios afectan nuestro sentir sobre nosotros mismos. Simplemente subir o
bajar de peso, sin estar enfermos de nada, tiene una importante influencia en
cómo nos sentimos con nosotros mismos. Ahora, si a ello se le agrega una
enfermedad como la diabetes, pues por supuesto que habrá cambios en cómo nos
sentimos sobre nosotros mismos. No sólo en la autoestima, sino también habrá
cambios en la imagen corporal y en nuestra aceptación de nosotros. La diabetes
implica una serie de cambios y adaptaciones en la dieta, el ejercicio y quizá el
uso de medicamentos. Es por eso que la diabetes influye de forma notable en
nuestra imagen corporal.
¿Qué es la imagen corporal? Es cómo vemos nuestro cuerpo, cómo lo
percibimos, cómo sentimos que lo perciben los demás, es también lo que cada
uno de nosotros cree sobre nuestra apariencia física, cómo se siente uno con su
cuerpo y con respecto a él. La imagen corporal no es estática, cambia todo el
tiempo; cambia con respecto al humor, al ambiente y a las experiencias físicas.
La imagen corporal es de naturaleza psicológica, no necesariamente está basada
en hechos y es aprendida.
Nosotros aprendemos a evaluar nuestra imagen corporal a partir de la familia
y de los que nos rodean. Desde que somos bebés la forma en que nos tocan y nos
abrazan (o no nos tocan ni nos abrazan) determina cómo nos sentimos con
nuestro cuerpo. Por ejemplo, un bebé que no es tocado o abrazado, puede no
tener la información sensorial necesaria para poder distinguir entre las
sensaciones internas y las externas. Esto provocaría que la persona tuviera
dificultad en saber con exactitud su tamaño y forma. También provocaría
dificultades de alimentación porque pudiera tener dificultad en distinguir la
sensación de saciedad y hambre. Como se puede ver, la imagen corporal se
forma desde pequeños y nos ayudan los padres y todos los que nos rodean a
conformarla.
Cuando alguien presenta diabetes, su percepción de sí mismo y de su cuerpo
cambia. Ahora hay que cuidarlo de forma especial, hacer una serie de ajustes en
la vida que no nos gustan y que nos cuesta trabajo aceptar. Es muy importante
mantener una buena imagen corporal y tener una buena aceptación de uno mismo
para poder manejar la diabetes de la mejor manera.
Casi nadie está conforme al cien por ciento con su cuerpo, todos tenemos
quejas y a todos nos gustaría cambiar, modificar o quitar algo de nuestro cuerpo.
Ahí es donde la aceptación comienza a ser un punto muy importante, sobre todo
si tenemos una enfermedad como la diabetes. Si casi todos los seres humanos
están inconformes con nuestro cuerpo, seguramente esa inconformidad crecerá al
presentar una enfermedad.
Tener una imagen corporal baja o equivocada provoca sentimientos de odio a
nuestro cuerpo y esto crea un círculo vicioso: cuando nos sentimos mal acerca de
cualquier cosa, nos sentimos mal con nosotros mismos, eso hace que nos
sintamos mal con nuestro cuerpo y que nuestro estado de ánimo se vaya al suelo.
Esto sucede porque mientras más negativos seamos en general, nos volvemos
más críticos de nosotros mismos. Si estamos enojados o tristes, nos enfocamos
con mayor fuerza en nuestras debilidades y casi olvidamos por completo nuestras
virtudes o fortalezas.
Entonces, la verdadera aceptación de nosotros mismos juega un papel muy
importante porque en la medida en que nos aceptemos como somos, nuestra
imagen corporal y nuestra sensación total sobre nosotros mismos será fuerte y
por ello poco movible. Si nos aceptamos verdaderamente, no importa lo que
suceda o lo que nos digan, generalmente podremos manejarlo de forma adecuada
ya que la base en la que todo recae es fuerte y sólida. Aceptarse realmente no es
fácil, pero sí se puede lograr. En primer lugar hay que comprender que hay cosas
de cómo nos vemos y de nuestra salud que no podemos cambiar y pero que sí
podemos controlar. Ese es el comienzo para formar una imagen corporal sana
que nos permita sentirnos bien acerca de nosotros mismos y que nos permita
aceptar los cambios que tenemos que hacer para la diabetes.
Aceptarnos no significa dejarnos, descuidarnos porque así somos; en realidad
aceptarnos significa asumir lo que se tiene o lo que se es y dejar de esperar lo que
no es. Sin embargo, dentro de lo que se es, se puede ser mejor para sentirnos
mejor. Aceptarnos a nosotros mismos significa reconocer en qué puedo trabajar,
qué puedo mejorar para yo sentirme más a gusto conmigo. Así también qué no
puedo cambiar para aceptarlo como es.

Algunas de las cosas que se pueden hacer para mejorar nuestra imagen
corporal y a su vez la aceptación de nosotros mismos son:

1.- Identificar los pensamientos negativos y cambiarlos. Para poder cambiar algo
que creemos, primero tenemos que identificar qué hace que lo creamos. Al
identificar los pensamientos negativos que crean la falla en la imagen corporal
podremos modificarlos a pensamientos positivos que nos den una sensación
mejor de nosotros mismos. Las ideas y pensamientos positivos nos permitirán
aceptarnos como somos y poco a poco se irá dando el cambio a una imagen
corporal más positiva.

2.- Hacer ejercicio. Es muy importante hacer ejercicio, no sólo para mantener el
buen control de la diabetes, sino porque al realizarlo se generan endorfinas que
son elementos químicos producidos por el propio cuerpo que nos producen una
sensación de bienestar y de alegría. Además, el ejercicio permite tener una mejor
imagen corporal al sentirnos dentro de nuestro peso, ágiles y fuertes. Hacer
ejercicio beneficia al cuerpo, al metabolismo y a la mente. Todo esto favorece
que nos aceptemos mejor.

3.- Buscar apoyo en personas y amigos. El cambio hacia una actitud más sana
hacia nuestro cuerpo y hacia nosotros mismos requiere del apoyo de las personas
que nos rodean. Busquen a los amigos y familiares que apoyan, fortalecen y
favorecen el crecimiento. Es muy importante reconsiderar las amistades que
deprimen o enojan, ya que éstas tienden a ser destructivas para nosotros.

4.- Ser asertivo. Ser asertivo es buscar lo que necesito y obtenerlo de un modo
socialmente aceptable pero sin doblegarme ante los demás. Ser asertivo incluye
perder la timidez y poder pedir las cosas que necesito. También incluye poder
impedir o detener situaciones y personas que buscan dañarme.

5.- Trabajar la auto-aceptación de manera diaria. Hay que ser amables con
nosotros mismos, darnos tiempo para cambiar pero trabajar hacia esa meta
diariamente.

6.- Escuchar al cuerpo. El cuerpo es sabio y se autorregula, simplemente es


cuestión de aprender a escucharlo. El cuerpo nos indica cuándo y cuánto
tenemos que comer; cuánto tenemos que dormir, etc. También hay que saber
conocer los placeres que nuestro propio cuerpo nos puede dar.

7.- Buscar apoyo psicológico y reflexionar. La reflexión ayuda a pensar bien las
cosas y poder sacar conclusiones y propósitos. Siempre hay que tomar tiempo
para reflexionar, pero especialmente cuando estamos tratando de cambiar hacia
una imagen corporal más sana. Es muy importante mantener claros cuáles son
los pensamientos negativos y convertirlos en positivos. Esto no es trabajo de un
solo día. Además, hay que buscar apoyo psicológico para que un terapeuta
calificado nos ayude, a través de una terapia, a encontrar las verdaderas raíces de
estos pensamientos y sentimientos para modificarlos.

Cambiar nuestra imagen corporal no es algo sencillo, toma tiempo y esfuerzo,


especialmente cuando al mismo tiempo estamos lidiando con un padecimiento
como la diabetes. Por ello, es muy importante reconocer que no siempre nos es
posible hacerlo por nuestra cuenta y entonces consultar a un profesional. Tomar
una terapia psicológica puede ser la manera más práctica para enfrentar el
problema y resolverlo de forma adecuada.
Aquí se plantean algunos puntos útiles para trabajar por nuestra cuenta, sin
embargo, para lograr un verdadero cambio y una buena aceptación, ir a terapia es
una muy buena opción.

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