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Cartagena de Indias.
nos permite comparar, evaluar y crecer sobre las experiencias del pasado, lo que
desarrollo como especie, pero estas como todas las demás actividades del
largo y constante proceso de ensayo y error, por lo que el mismo hecho de “hacer
memoria” está sometido a constante revisión por los paradigmas que influencian el
como reflejo material del pasado. Hasta ahora toda civilización ha hecho un uso
para nosotros como ciudadanos del mundo occidental, hijos del siglo XX y
conservar nuestra memoria, es la capacidad que esta tiene para darle validez a los
“mitos fundacionales”, los úteros de los que supuestamente nacieron los estados
Las Naciones no se crean solo con objetos y manifestaciones a los cuales se les
del mismo ente nacional, ya que estos individuos tienen orígenes culturales,
muchos otros hacen parte de nuestra memoria colectiva por ser “objetos” de
1
ANDERSON, Benedict. “Comunidades imaginadas”, Verso, Londres/Nueva York, 1991.
2
Ibid, También como ejemplo podemos mencionar la consolidación de las naciones
europeas a través de las lenguas vernáculas, como es el caso de Francia antes de la
revolución, ya que en lengua vernácula circulaban los libelos políticos que prepararon
la escena socio-política para este hecho, descrito por Roger Chartier.
Pero en ocasiones esos bienes patrimoniales materiales, que han sido participes
deben desarrollarse estas intervenciones, de acuerdo con las tendencias que han
bahía de Cartagena de Indias durante la primera mitad del siglo XVIII, llamadas
San Felipe, Santiago y Chamba, construidas con los diseños del ingeniero militar
cada una de sus culturas y contrastarlo con el propio, enfocándonos más en lo que
histórico marcado por conflictos bélicos entre los grandes imperios coloniales de
Europa, nuestro Mar Caribe sirvió como teatro estratégico en esta contienda en la
aquellos lugares que resultaban ventajosos y la verdad sea dicha, dignos de ser
defendidos3.
Ya para finales del siglo XVII, Inglaterra era la potencia naval indiscutida en todo el
orbe, lo que de acuerdo con el historiador militar Juan Marchena, le daba una
capacidad de despliegue anfibio, no solo táctico sino estratégico, tal cual como
fecha en las que las baterías de San Felipe, Santiago y Chamba fueron
destruidas4. Los navíos británicos de gran porte hicieron fuego directo con
3
ZAPATERO, Juan Manuel. “La guerra del Caribe en el siglo XVIII”, Instituto de Cultura
Puertorriqueña. San Juan de Puerto Rico, 1964.
4
MARCHENA, Juan. “Sin Temor De Rey Ni De Dios”. En: “Soldados De Rey, El Ejército
Borbónico En América Colonial En Vísperas De La Independencia”. Allan Kuethe y Juan
Marchena, editores. Universitat Jaume I Barcelona, 2005.
munición sólida sobre las baterías, lo que demolió sus parapetos, mientras que las
explosiva sobre las estructuras de las mismas. El eficiente bombardeo naval inglés
las dejo reducidas a las ruinas que conocemos hoy en día, afortunadamente para
Es aquí donde cabe hacernos la pregunta central de esta discusión, ¿hasta dónde
testigo de un hecho histórico importante, el cual nos ofrece dos alternativas como
estado previo a la batalla, en aras de promover la educación sobre este hecho por
construcción.
anterior proceder era catalogado por el filósofo Ruskin como una falsa descripción
del monumento que Viollet-le-Duc destruía con su trabajo5. Este debate victoriano
resulto ser uno de los más influyentes para los restauradores en los años
encontramos el caso del fuerte William Henry, construido en 1755 por el Mayor
William Eyre y quemado hasta los cimientos por los franceses y nativos
arqueológica del sitio revelo los cimientos de la edificación junto con un pozo y los
y resort del mismo nombre, todo el complejo ofrece atracciones turísticas de todo
tipo en las que se pueden ver actores que representan los roles de soldados
5
Wikipedia. http://en.wikipedia.org/wiki/Eug%C3%A8ne_Viollet-le-Duc Búsqueda
realizada el 20 de octubre de 2009.
6
The Fort William Henry Museum and Restoration
http://www.fwhmuseum.com/archaeology2.html Búsqueda realizada el 20 de octubre
de 2009.
Antes que correr a señalar como los demonios del capitalismo se nutren de un
a los caídos en combate, cuyos huesos aun reposan en los predios del
esterilizar la historia, censurando la ruina natural que deja la estela de toda guerra,
del siglo XVIII, pero cada cultura se reserva el derecho de honrar a sus muertos y
si bien sabemos, los Estados Unidos de América son una cultura de lo visual y
encima del descanso eterno, tal cual como ocurrió con el fuerte William Henry.
Pero ¿cómo justificar una reconstrucción casi total frente a las teorías de
por unas nuevas y más resistentes, de modo que este barco se había convertido
en un ejemplo entre los filósofos sobre la identidad de las cosas que creces; un
7
Ibid.
grupo defendía que el barco continuaba siendo el mismo, mientras otro aseguraba
que no lo era.
La anterior leyenda griega documentada por Plutarco ha sido uno de los pilares de
comparado directamente con el navío británico HMS Victory, que fue botado en
1765 y aun continua listado como “activo” en la Royal Navy, al igual que la nave
experiencia nos enseña que ambas son importantes en igual medida pero ninguna
más que la otra. Por desgracia ese concepto es solo aplicable en una situación
ideal.
muchos edificios importantes del periodo clásico en Europa, que han perdido gran
parte de su materia la cual no podrá ser recuperada, lo que hace que en una
restauración donde prime el valor material esta deba ser restituida con elementos
mantener viva la memoria, evitando que esta desaparezca con la erosión natural
histórico sería considerado como una “malformación”. Lo que nos lleva a emitir un
veracidad de la memoria.
Hasta ahora todos hemos estado de acuerdo en que la memoria merece ser
preservada, pero para que esto ocurra también debe ser transmitida y es aquí
cualquier otro documento, debe poder ser leído y entendido para que alcance su
para poder entender los usos que esta obra tuvo y como esa realidad histórica que
nos recuerda hace parte de nuestro pasado, por lo tanto consideramos que una
restauración ideal no debe permitir que la ruina del monumento continúe, pero
mucho menos que esa misma ruina se convierta en excusa para contar una
historia que nunca fue, por lo tanto no abogamos por una restitución completa de
los materiales faltantes de las baterías de la isla de Cárex, pero si por una
la batalla en la que fueron destruidas que los impactos mismos de las balas de
cañón, que ahora parecen inofensivas frente a las edificaciones modernas que