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Revista Multiplica
La sustentabilidad es un concepto muy amplio que desde hace varias décadas ha llamado
la atención a estudiosos de todas las disciplinas. Su historia se inicia en la década de los años
setenta, concretamente; fue el año 1972, durante la Conferencia ONU en Estocolmo Suecia sobre
el Medio Ambiente Humano cuando creció la convicción de que se estaba atravesando por una
crisis ambiental a nivel mundial.
Fue a partir de este momento cúspide, cuando la humanidad empieza a reconocer al Medio
ambiente como un satisfactor en si mismo, pues por el solo hecho de existir, es el medio que
contiene, sirve y satisface muchas de las necesidades básicas del hombre y de todos los seres
vivos. El agua, el aire y la luz del sol, son algunos de los elementos que lo componen y sin los
cuales no podría existir vida alguna sobre la tierra. También; se reconoce al medio ambiente, como
un factor fundamental para el desarrollo de la humanidad, pues el hombre, siempre se ha valido de
sus elementos y componentes en interacción para sobrevivir y desarrollarse. Así; aprovechó la
interacción de la tierra, el aire, las lluvias y los vientos, para crear la agricultura y asegurar su
alimentación, ha aprovechado diferentes formas de energía que provee la naturaleza para
utilizarlas en su beneficio. Así como también lo ha utilizado como un recurso potencial en forma de
materia prima, que disponible en diversas presentaciones, como madera, tierra, metales, agua,
flora, fauna y otros mas, siempre le han servido para construir, alimentarse y para generar energía
o productos de uso diario entre otras muchas cosas prácticas.
Años más tarde, en 1987, ya con esta visión, la Comisión de Medio Ambiente de la ONU
emitió un documento titulado Nuestro futuro común o Informe Brundtland, en donde advertía que la
humanidad debía cambiar sus modalidades de vida y de interacción comercial, si no deseaba el
advenimiento de una era con inaceptables niveles de sufrimiento humano y degradación ecológica.
En este texto, el desarrollo sustentable se definió como "aquel que satisface las necesidades
actuales sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias
necesidades".
Por lo que ahora se hace necesario que el hombre tome una nueva actitud y moralidad
ecológica, que traería aparejada una revaloración de los recursos naturales y potencialidades del
medio ambiente, lo que representa: no despilfarrar, no contaminar, no dañar, ni destruir estos
recursos. Si no, que representa: Conservarlos, cuidarlos, reproducirlos, propiciar su regeneración y
optimizar su aprovechamiento en la satisfacción de sus necesidades reales, basado en la idea de
que es necesario de que exista una integración y respeto hacia la naturaleza y el medio ambiente,
superando el consumismo y el dispendio indiscriminado de los recursos. 4
Con esta perspectiva se han realizado muchos programas y proyectos para construir nuevas vías y
alternativas con el objetivo de enfrentar los problemas ambientales y, al mismo tiempo, mejorar el
aprovechamiento de los recursos naturales para las generaciones presentes y futuras. Desde esta
definición, expuesta en 1987, la percepción de la sustentabilidad se ha transformado; de una visión
centrada en el deterioro del medio ambiente se ha transitado hacia una definición más integral que
incluye muchos otros aspectos vinculados con la calidad de vida del ser humano. Así; las nociones
de sustentabilidad desarrolladas en los años posteriores al Informe Brundtland, han incluido
menciones a un cúmulo de procesos socioeconómicos, políticos, técnicos, productivos,
institucionales y culturales que están relacionados con la satisfacción de las necesidades humanas.
hacia la igualdad entre individuos y comunidades, naciones y generaciones. Busca una alternativa
que permita distribuir los recursos permitiendo el acceso a recursos y oportunidades para todos de
una forma más equitativa y así aumentar la prosperidad de todos.
Esta tendencia de diseño actual, atiende el impacto ambiental que implica su propia
edificación en el entorno, en todo su ciclo de vida, concibiéndola y construyéndola con sistemas
constructivos y materiales de bajo impacto. Proyectando de manera consciente, que su ciclo de
vida útil, se desarrolle en relación armónica y en concordancia con su medio ambiente natural, por
lo que las variables bioclimáticas del lugar son estudiadas de origen, ( el emplazamiento y
ubicación del terreno en relación a su entorno, los vientos dominantes, el soleamiento, la
temperatura, la humedad relativa, las masas de agua, las montañas, arbolados, etc. ) para; de
forma inteligente, resolver las condiciones adversas que estas presentan y aprovechar sus
recursos y potencialidades, para servirse de ellas y lograr las optimas condiciones de confort y
bienestar para los usuarios de las misma.
El concepto, para mi gusto nos puede quedar claro. Pero siempre hay varias visiones para
resolver un problema y en este caso no es la excepción. En la actualidad, con la arquitectura 4
sustentable como la tendencia de diseño en boga, podemos encontrar muchísimos proyectos y
obras realizadas, pero fácilmente podremos apreciar que aunque son planteados bajo un mismo
concepto de la el respeto y la preservación del medio ambiente, como fundamento básico, existen
varias posiciones de diseño prevalecientes.
La primera; que es una corriente de tipo internacional muy vistosa y espectacular, que es
la línea que trabajan los países más desarrollados y los que tienen más recursos económicos, con
un concepto de diseño “futurista”, sustentada en un alto desarrollo tecnológico y con una fuerte liga
con los llamados “edificios inteligentes” y de “High Tech”. Esta corriente utiliza una gran gama de
nuevos materiales, sistemas y dispositivos computarizados y de alta tecnología, en su búsqueda
para lograr el confort y la eficiencia energética. Por lo que muchas veces se le ha considerado una
Que es la Arquitectura Sustentable ?…
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visión tecnologicista, que para lograr sus objetivos de adecuación y confort ambiental, no trata de
integrarse de manera armónica con la naturaleza si no someterla o dominarla en base a la alta
eficiencia tecnológica.
La segunda, es una corriente arquitectónica que tiende hacia lo natural, que no trata de
dominar a la naturaleza si no integrarse de forma armónica con la misma. Tiene un carácter más
localista o regional y por lo regular mantiene un bajo perfil. Su principal sustento es el diseño
bioclimático. Esta tendencia trata de crear las óptimas condiciones de confort, salud y bienestar
para sus ocupantes, a través de planteamientos de diseño lógicos y de sentido común, que
integren la arquitectura con la naturaleza, por lo que toma muy en cuenta los aspectos y variables
bioclimáticas de su entorno. Se vale de sistemas pasivos de climatización, dispositivos de
protección solar y algunas Ecotecnologías para aprovechar las energías naturales, para lograr un
buen nivel de confort y la optimización de su gasto energético. Tiene fuertes vínculos con otras
tendencias de diseño ecológico y con la arquitectura vernácula.
Como ya se mencionó, aunque las dos corrientes tienen un mismo punto de partida, en su
manera de afrontar el problema tienen caminos muy diferentes y aunque existe una marcada
polarización entre lo altamente tecnológico y lo natural o vernáculo, ambas posiciones tienen
argumentos y aportaciones a la sustentabilidad. Por lo que; lo más sabio seria que se tomaran los
aciertos de cada una de las posiciones y se utilicen para buscar el bienestar y el confort, lograr la
máxima eficiencia energética, y de esta manera preservar el medio ambiente y beneficiar a la
mayor población posible.
La otra importante confusión, y que es la que más frecuentemente se da, es cuando los
valores estéticos, simbólicos o estilísticos que han prefigurado, especialmente en su morfología
externa, algunas edificaciones que se han realizado bajo una lógica estrictamente bioclimática, han
desplazado a esta última y la han reducido a una simple pseudo-moda, que lo único que nos deja
claramente expuesto, es el vacío teórico y técnico de que adolecen estos diseñadores en relación 4
a la concepción ideológica original de la arquitectura sustentable.
Según las investigaciones realizadas, con tan solo plantear de forma correcta los
elementos arquitectónicos de una edificación, se puede ahorrar del 50 al 70 % en los gastos de
climatización, en comparación a un edificio mal diseñado. Esto quiere decir que si tenemos una
adecuada orientación de los espacios habitables y sus ventanas, con una ventilación apropiada,
con protecciones solares bien planteados, seleccionando bien los materiales y colores de los
muros, instalando aislantes térmicos y aprovechando la inercia térmica de la edificación, podemos
lograr un ambiente de confort, como para que no se requiera climatización artificial, misma que
representa un gasto muy oneroso, por la compra de equipos sofisticados y su mantenimiento
constante y permanente.
Un buen proyecto arquitectónico de gran rendimiento energético, no tiene porque ser más
caro que uno convencional, pues no es necesario instalar costosos sistemas de alta tecnología,
sino de jugar con los elementos arquitectónicos para de una forma pasiva y natural lograr un buen
nivel de confort y bienestar para los usuarios, al mismo tiempo que estamos participando en el
cuidado y mejora del entorno natural que tenemos como envolvente, del cual somos dependientes
además ser responsables directos de su preservación.
De acuerdo a todo lo anterior, nos debe de quedar claro que las cosas tienen que cambiar
hacia una visión más sustentable y en ese sentido todos los que participamos en el sector de la
construcción tenemos un gran compromiso y aun hay mucho por hacer en este proceso de
evolución, teniendo en cuenta que contamos con el nada desdeñable privilegio de actuar e incidir
sobre el medio ambiente, modificándolo como resultado directo de nuestro diario quehacer
profesional.