You are on page 1of 2

Parashá - 05/08/2005

PARASHAT DEVARIM
Un anticipo del 9 de av
Ya a comienzos del quinto libro de la Torá, Devarim o Deuteronomio (cuya lectura vamos a empezar el sábado
que viene en nuestras sinagogas), llama la atención la ausencia de la acostumbrada fórmula ``Y habló el
Eterno a Moisés diciendo´´.
Porque el libro comienza exponiendo directamente: ``Estas son las palabras (`devarim´) que habló Moisés a
todo Israel´´ (Cap.1 Vers.1), inicio que, según algunos, estaría en flagrante contradicción con lo que Moisés
alegó una vez ante D´´s, cuando trató de rehusar la misión que El le quería encomendar: ``No soy hombre de
palabras´´ (``ish devarim´´, en hebreo; Shemot-Exodo Cap.4 Vers.10), sino que tengo dificultades en el habla.
Llamó la atención de nuestros sabios cómo de pronto este Moisés, que por propia confesión no era ``hombre
de palabras´´, da comienzo a todo un libro de la Torá proclamando que ``Estas son las palabras que habló
Moisés´´, sin intervención de D´´s.

...

Seguimos leyendo en este capítulo inicial. Pocas líneas más adelante hallamos que ``Be´éver ha-Yardén´´,
``del otro lado del Jordán, en el país de Moab, comenzó Moisés a explicar esta Torá diciendo´´ (Vers.5).
Ya hemos señalado en nuestro anterior ciclo de comentarios que quien denomina ``del otro lado del Jordán´´
al sitio donde se hallaba Moisés, al decir eso, debía hallarse ``de este lado´´, vale decir, entre el Jordán y el
Mar Mediterráneo. Así como alguien que en América del Sur, al referirse por ejemplo a Mendoza la define
como una ``ciudad trasandina´´, seguramente lo hace hablando desde Chile (ver Aurora del 22.7.2004).
Finalmente, también hay que prestar atención a las palabras con que concluye el libro que hoy estamos
iniciando, ese último párrafo donde se narra la muerte de Moisés en el monte de Nebó y su sepultura allí, tal
como se lo lee en Devarim-Deuteronomio (Cap.34 Vers. 5-12). Y el elogioso Vers.12 final, ``no hubo como
Moisés´´, muy en contraste con el rasgo de carácter de Moisés que era ``muy modesto, (más) de todo otro
hombre sobre la faz de la tierra´´ (Bamidbar-Números Cap.12 Vers.3).

...

Todos estos pequeños detalles, más el relato en el libro de Melajim Bet donde ``dijo Jilkiyáhu, el Sumo
Sacerdote: `He hallado el libro de la Torá en la casa del Eterno; y dio Jilkiyáhu el libro al escriba Shafán, y lo
leyó, y llegó el escriba Shafán hacia el rey´´ (Segundo Libro de los Reyes, Cap.22 Vers.8-9), todo esto dio
lugar a la teoría moderna de que un libro nuevo, este de Devarim o Deuteronomio, fue el ``libro de la Torá´´
encontrado por el Sumo Sacerdote en el Templo en tiempos del rey Yoshiyáhu o Josías (que reinó en
Jerusalén y Judea desde 638 hasta 609 d.C.). Y como consecuencia del hallazgo de este libro, el rey introdujo
en Judea una importante reforma religiosa, que centralizó el culto de D´´s en Jerusalén, tal como lo prescribe
insistentemente el libro que estamos leyendo (sin mencionar nombre geográfico alguno: ``el sitio que elija el
Eterno vuestro D´´s de todas vuestras tribus, para hacer reposar allí Su nombre´´ (Devarim-Deuteronomio
Cap.12 Vers.5).

...

Rambán o Najmánides, en su glosa al versículo inicial del libro, comenta que ``en este libro de `mishné Torá´,
de `la repetición de la Torá´, Moisés explica a la generación de los que van a entrar (en la Tierra Prometida, al
mando de Josué, el sucesor de Moisés) una gran parte de los mandamientos de la Torá que deberán cumplir
(como pueblo agrícola) en Israel´´.
Ya en este breve comentario, Rambán usa la definición ``mishné Torá´´, ``repetición de la ley´´ que figura una
vez en el libro mismo, allí donde se prescribe que un rey de Israel, ``cuando tome asiento en el trono de su
reinado, escribirá el `mishné Torá´ (una repetición o copia de la Torá) sobre un libro (o pergamino)´´ (Devarim-
Deuteronomio Cap.17 Vers.18).
Y esta idea de ``repetición´´ o ``copia´´ (``mishné´´ proviene del número ``shnáyim´´, ``dos´´), también es la
que expresa el nombre ``Deuteronomio´´, de origen griego que se dio a este libro: ``deuteros´´ es ``segundo´´,
y ``nomos´´ es la ``ley´´: la ``segunda ley´´ (o sea: repetición o copia de la primera).
Esbozados así los motivos por los cuales los estudios bíblicos modernos consideran a ``Devarim-
Deuteronomio´´como un libro posterior en varios siglos a los tiempos de Moisés, entraremos a mirar de cerca
algunos párrafos interesantes de nuestra parashá.

...

En su mirada retrospectiva a ``los tiempos aquellos´´, cuando cuarenta años atrás, después de la salida de
Egipto, Moisés organizó el sistema judicial de los hijos de Israel y nombró jueces para los diversos grupos e
instancias (``Y tomé a los jefes de vuestras tribus, hombres sabios y conocidos, y los designé como jefes
sobre vosotros, jefes de cientos, y de cincuenta, y de decenas, y vigilantes para vuestras tribus´´ (íd.Cap.1
Vers.15), Moisés también comenta: ``Pues cómo (`eijá´, en hebreo) podré llevar yo solo vuestra molestia,
vuestra carga y vuestro pleito´´ (ibíd.Vers.12).
Sforno explica: ``vuestra molestia´´ eran los juicios sin demandas de dinero; ``vuestra carga´´, las necesidades
generales del pueblo; y ``vuestro pleito´´ , los juicios en que se trataban cuestiones de dinero.
Según Ibn Ezra, en cambio, ``molestia´´ era el esfuerzo y la dificultad en lograr que gente tonta entendiera los
mandamientos divinos; ``vuestra carga´´ era cuando los hijos de Israel le pidieron a Moisés que los proveyera
de pan, de agua y de carne cuando andaban por el desierto; y ``vuestro pleito´´ era cuando reñían entre ellos
y acudían a Moisés para que actuara de juez entre los litigantes.
Recordemos que fue Yitró o Jetró, el sacerdote de Midián y suegro de Moisés, quien le aconsejó a su yerno
cómo organizar el sistema judicial de Israel, delegando sus funciones de juez en otras personas adecuadas
(ver esta sección en Aurora del 27.1.05).
...

Esta palabra ``eijá´´ (forma poética de ``eij´´, ¿cómo?) en boca de Moisés, en seguida nos evoca el nombre de
otro ``eijá´´, sinónimo de tristeza y de duelo. Porque con este vocablo también comienzan varios de los
capítulos de las Lamentaciones de Jeremías (que en hebreo se llaman ``Meguilat Eijá´´): ``¡Cómo está
sentada solitaria, la ciudad numerosa de pobladores! (Jerusalén, destruída por el enemigo) ¡Está como una
viuda, la capital de los pueblos! La princesa de los países, ¡está sometida a pagar tributo!´´ (Meguilat Eijá,
Lamentaciones, Cap.1 Vers.1).
Y por eso, este breve libro de sólo cinco capítulos en hebreo se llama ``Meguilat Eijá´´, el ``rollo de Eijá´´, o
más literalmente todavía, el ``rollo de ícómo´´.

...

Nuestro calendario está organizado de modo que el sábado en que se lee parashat Devarim, siempre precede
de muy cerca al día 9 del mes de av (``tishá beav´´, en hebreo; día de ayuno y de luto, aniversario de la
destrucción de los dos Templos de Jerusalén: el primero, por Nabucodonosor, rey de Babilonia en 586 a.C., y
el segundo, por el general romano Tito en 70 d.C.) que será el próximo domingo 14 de agosto, el día siguiente
a la lectura de esta parashá en la sinagoga. Y como todo otro día en el almanaque hebreo, empezará ya el
sábado mismo por la noche, con la puesta del sol.

...

De ahí, también, la costumbre de que cuando se llega en la Torá al pasaje de esta queja de Moisés que
comienza con la palabra ``eijá´´, se sigue leyendo todo el versículo con la melodía plañidera con que se leerá
después ``Meguilat Eijá´´ el día 9 de av, que este año, como dijimos, será ese mismo sábado por la noche.
Porque las Lamentaciones de Jeremías son leídas dos veces en ``tishá beav´´: por la noche (anterior) y el día
que le sigue.
De modo que este ``eijá´´ del suspiro-queja de Moisés, ya actúa como anticipo del día de luto y de ayuno que
seguirá poco después.
Por Heriberto Haber

You might also like