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ÍNDICE
Presentación ..................................................................................................................................................................................................... 5
Resumen ............................................................................................................................................................................................................. 7
Content ............................................................................................................................................................................................................... 9
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presentación
Desde sus comienzos, la Fundación Ciudadanía y Valores ha abordado, entre otros temas, la Energía y el
Cambio climático. La preocupación de nuestra institución por los asuntos de interés general que se están
debatiendo en la vida pública, nos ha llevado a analizar en profundidad este tema en distintos momentos
y desde diferentes perspectivas, siempre con el mismo objetivo: fomentar el debate y el diálogo plural,
requisitos imprescindibles para la convivencia democrática y la convivencia en definitiva.
Pero el pluralismo ha de entenderse no sólo como un valor numérico, sino también como un valor que
permita que todas las posiciones sobre un tema sean escuchadas, respetadas y tenidas en cuenta, sin ser
descalificadas por principio. Entendemos que no todas las opiniones son iguales ni tienen el mismo peso,
pero es la propia vida democrática la que se encarga de dar o quitar la razón a unas o a otras, de investir-
las de fuerza o de quitársela. La Fundación quiere que la crispación no sea el calificativo común de la vida
política, con esa falta de respeto que bloquea el entendimiento entre todos. Este es nuestro reto.
El Cambio climático es uno de los grandes temas de debate público que se extiende a muchos ámbitos de
la vida. El primero y fundamental se refiere a la Energía: producción, consumo y distribución, que ha dado
lugar a enconados debates en todo el mundo.
En su contribución al entendimiento entre las distintas partes, Funciva ha promovido diversas actividades
en torno a este tema: cursos de verano sobre cambio climático, reuniones de expertos sobre energía nu-
clear, energía renovable, publicación de numerosos documentos sobre aspectos concretos, etc. Ha seguido
muy de cerca las diferentes reuniones internacionales donde se ha abordado el tema energético.
No pretendemos aportar “la” solución a los problemas, pero sí ayudar de una manera constructiva a lograr
esas soluciones. Y para ello hemos contado con el concurso de numerosos profesionales de posiciones
y opiniones muy diferentes: académicos, políticos, técnicos de la Administración, empresarios, ongs, etc.,
dejando constancia una vez más del pluralismo, la seriedad y el rigor argumental, premisas por las que se
rige la Fundación. Todo ello queda reflejado en nuestra página web: www.funciva.org.
La idea de elaborar el informe sobre energía que a continuación presentamos, surgió tras la aprobación en
el Congreso de los Diputados de la Subcomisión para el análisis de la estrategia energética española para
los próximos 25 años. Ha sido elaborado por expertos de gran prestigio como puede comprobarse en sus
curriculums. César Dopazo, Pedro Mielgo y Norberto Fueyo han desempeñado, además de su actividad
profesional, académica y empresarial, puestos de responsabilidad dentro de la empresa y de las diferentes
Administraciones, autonómicas, españolas y europeas.
Dicho Informe, como todo documento firmado, refleja las opiniones de sus autores, lógicamente. Sin embar-
go, Funciva ha hecho que numerosas personas, de posiciones y sensibilidades diferentes, hayan colaborado en
su redacción final. Matizando aspectos, dimensionando el alcance de algunas propuestas, etc. de tal manera
que, aunque el informe siga perteneciendo a sus autores, la Fundación lo considera patrimonio propio como
fruto de ese debate plural que constantemente queremos impulsar.
Por eso damos gracias además de a los autores, como corresponde, y a todas las personas que de alguna manera
han contribuido en la elaboración de este documento. Muy especialmente a Mercedes Canseco por sus aporta-
ciones y su constante trabajo de lectura y revisión de todos los pasos que este trabajo ha requerido. Ojalá dentro
de las muchas y valiosas aportaciones que los Señores miembros de la Subcomisión reciban, este trabajo ayude
a tomar las medidas necesarias para un futuro mejor, de más calidad, eficiencia y sostenibilidad para nuestro país.
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RESUMEN
La política y la planificación estratégica son términos contradictorios por sus tiempos característicos tan
dispares (de 4 a 8 años para la primera, de 20 a 50 para la segunda).
El mix energético de generación eléctrica ha ido evolucionando en los últimos 20 años hacia una participa-
ción creciente y significativa del gas natural y de las energías renovables, elevando los costes de generación.
Las demandas de energía primaria y de electricidad han aumentado a un ritmo elevado como correspon-
de a una economía en expansión. Los planes para un uso racional de la energía, mediante medidas de
eficiencia energética (EE) y ahorro, se han iniciado en el siglo XXI por las Administraciones recientes (E4).
Incluso si continúa la penetración importante de las energías renovables, con un apoyo racional y decidido,
y si se logra un éxito significativo en la reducción de la demanda energética por las medidas de ahorro
y EE, España necesitará, muy probablemente, como mínimo 20-30 GW adicionales de potencia eléctrica
instalada a lo largo de las dos próximas décadas. Muchas de las CCTT de carbón y la mayoría de las CCNN
existentes, si no se extiende su vida útil, saldrán de servicio antes de 2030.
Tras la crisis, la economía española crecerá y la demanda energética aumentará con el tiempo. Las opciones
nuclear y de uso limpio del carbón deben permanecer abiertas, como vía para reducir las emisiones y la
dependencia energética, y ser estudiadas rigurosamente.
Asimismo, a corto plazo es imperioso que el sector transporte reduzca su dependencia casi exclusiva de
los productos derivados del petróleo mediante aumentos de la eficiencia y promoviendo el ahorro con
cambios en los comportamientos sociales; a medio plazo los vehículos híbridos y los eléctricos recargables,
junto al uso de biocombustibles de segunda generación, han de ser analizados en detalle.
La politización exagerada y la escasez de rigor lógico de las decisiones energéticas en España son evi-
dentes. La solución del problema, más aún en una situación de crisis y muy alto desempleo, se complica
sobremanera debido, entre otras razones, a un marco regulatorio manifiestamente mejorable e inestable
que siembra la inseguridad jurídica entre muchos inversores, a las solamente parciales competitividad y
transparencia de los mercados energéticos, a la falta de independencia de los organismos regulatorios por
el intervencionismo de los partidos políticos, a la ausencia secular de prospectiva y planificación estratégica
frente a la proliferación desmedida de leyes, decretos y planes cortoplacistas, a la falta de educación ener-
gética de los ciudadanos, ausentes en un deseable debate público, y al déficit de explicaciones racionales
de las posturas públicas.
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Content
Politics and strategic planning are contradictory terms because of their rather different characteristic times
(4 to 8 years for the former, 20 to 50 for the latter).
The Spanish external dependence on energy imports is slightly above 80% compared to an average grea-
ter than 50% for the EU. Oil accounts for almost 50% of our primary energy imports, mostly consumed by
the transport sector. The electricity generation mix has evolved over the last 20 years, displaying a growing
and significant participation of the natural gas and renewable energies, leading to a generation cost incre-
ment. The primary energy and electricity demands have undergone a high growth rate, corresponding to
an expanding economy.
Plans for a rational use of energy, through energy efficiency (EE) and saving measures, have only recently
been launched by the Spanish Administrations (E4 Strategy).
Even counting on an important penetration of renewable energies, based on a rational and firm public
support, and a significant success in reducing the energy demand, through savings and EE measures, Spain
will probably need, at least, 20-30 GW of additional installed electric power along the next two decades.
Many of existing coal power plants and most of the nuclear power plants, should their useful life not be
extended, will be out of service by 2030.
After the present economic crisis, the Spanish economy will grow and the energy demand will experience
a temporal increment. The nuclear and clean coal use options should be maintained open, as means to
reduce emissions and energy dependence, and should de rigorously studied. In the near term, it is also
urgent for the transport sector to decrease its almost unique dependence on oil derived products through
efficiency increments and fostering fuel savings via a change in social behavior; in the mid term, hybrid and
rechargeable electric vehicles, as well as the use of second generation biofuels, should be carefully analyzed.
The extreme politization and the absence of logical rigor of energy decisions in Spain are obvious. The
solution of the Spanish energy problem is extremely complicated, particularly under the present conditions
of economic crisis and high unemployment rates, due, among other reasons, to an unstable and clearly
improvable regulatory framework, often causing legal insecurity among many investors, to energy markets
only partially competitive and transparent, to the lack of independence of regulatory bodies due to the
political parties intervention, to the traditional absence on prospective and strategic planning exercises as
opposed to an exaggerated proliferation of laws, royal decrees and short term planning, to the low quality
of energy education of the citizens, absent in a necessary public debate, and to the deficit of rational ex-
planations to public decisions.
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Prospectiva y planificación estratégica: pilares
de una política energética racional
César Dopazo
Norberto Fueyo
Pedro Mielgo Álvarez
1. Introducción
España se enfrenta en la actualidad a un problema energético serio. La dependencia exterior por falta de
energía primaria y, en general, de tecnologías de conversión a energía final, es muy superior a la media de
la Unión Europea (UE).
Un estudio reciente1 analiza el comportamiento relativo entre 1970 y 2007 de varios parámetros indi-
cadores de seguridad energética (dependencia de importación de petróleo, combustibles alternativos,
consumo de los vehículos particulares, intensidad energética, consumo de electricidad per cápita, depen-
dencia de importaciones de gas natural, precio de la electricidad, precio de la gasolina, emisiones de SO2
y de CO2) para Estados Unidos (EEUU) y otros 21 países de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), y concluye que España y Portugal son los países peor colocados en el
contexto mundial.
Los costes de la energía en el mundo y, particularmente, en España están aumentando como consecuen-
cia de la opacidad de los mercados internacionales y del estrechamiento de los márgenes entre oferta y
demanda de petróleo.
El déficit de tarifas del sector eléctrico español distorsiona el mercado y envía señales falsas a consumido-
res y productores.
Los dos factores anteriores se reflejan en el mercado energético español de formas contradictorias. Por
un lado, en la última década ha aumentado fuertemente la dependencia del gas natural para centrales con
ciclos combinados (CiCo).
Al mismo tiempo, la ansiedad por reducir la dependencia exterior está conduciendo a una regulación del
Régimen Especial (RE), que incluye energías renovables y cogeneración, ejemplar en algunos aspectos y
bastante errática en otros.
El sector energético en España presenta algunas características especiales, unas compartidas con otros
países desarrollados y otras diferenciales:
1
Competing Dimensions of Energy Security: An International Perspective, B.J. Sovacool, Dubrovnik Conference on Sustainable
Development of Energy, Water and Environment Systems, Dubrovnik, 2009.
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fundación ciudadanía y valores
– El petróleo importado representa casi el 50% del consumo de energía primaria, destinado, en su
mayoría, a combustibles para la automoción.
– La mayor parte del parque de generación eléctrica ha de ser renovado a lo largo de las dos próxi-
mas décadas, con inversiones muy importantes en instalaciones.
– Las redes eléctricas e infraestructuras gasísticas son actualmente adecuadas, pero deberán adaptar-
se a las nuevas necesidades de generación distribuida en paralelo a la centralizada.
El contexto internacional fija, además, estrictos condicionantes externos al sector energético español:
– La estrategia energética de la UE3 que, para mitigar los efectos del cambio climático (CC), obliga a
actuaciones dentro del principio de “precaución proporcional”4 al riesgo y propone: un ahorro de ener-
gía del 20% mediante la mejora de la EE; una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero
(EGEI), principalmente CO2, del 20% con respecto a los niveles de 1990; y una contribución del 20%
de las energías renovables en la energía final. Se fija, también, un 10% de sustitución de los carburantes
derivados del petróleo para el transporte por biocombustibles5.
– La transparencia y competitividad de los mercados energéticos puede empeorar como consecuencia del
aumento de la competición entre países y de la demanda de energías primarias y de tecnologías de conversión.
2
Se utiliza el término anglosajón “mix” por estar muy arraigado su uso a nivel internacional, con el significado de composición
estructural del parque de potencia instalada para generación eléctrica por energías-primarias/tecnologías-de-conversión.
3
Directiva Europea 2009/28/CE
4
Prospective sur l´Energie au XXIe siècle, Communication à L´Académie des Technologies, Commission Energie et Environne-
ment, décembre 2004.
5
A pesar del fracaso relativo de la reunión de Copenhague de diciembre de 2009 es seguro que las negociaciones internacionales
dentro del marco de las Organización de las Naciones Unidas (ONU) continuará con fuerza en 2010.
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prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
La energía tiene, por tanto, dimensiones técnicas, económicas, sociales y políticas, con múltiples facetas en
el contexto internacional, ambiental, diplomático, comercial, financiero, de desarrollo y estratégico. Ningún
país puede ignorarlas, so pena de pagar un elevado precio.
Por otro lado, las inversiones necesarias para garantizar un abastecimiento de energía seguro y de calidad
y para que los costes de ese abastecimiento no sobrepasen límites razonables, son muy cuantiosas y de
larga vida útil; por esta razón, en este sector es mucho más importante que en otros no errar en la visión
y en las decisiones políticas y empresariales conducentes a la asignación de recursos.
Las decisiones que se tomen hoy en materia de energía van a condicionar competitividad, dependencia
estratégica, relaciones exteriores, y desarrollo tecnológico durante décadas, no sólo en lo relacionado
directamente con ella, sino en sus impactos en otros sectores, igualmente importantes, de la economía:
proveedores de equipos y componentes, construcción, ingeniería y servicios, sector financiero y tecnología.
Es a menudo la dimensión política la que predomina y adereza los mensajes percibidos por los ciudadanos.
La energía es frecuentemente noticia con tintes de preocupación, alarma o polémica; por el contrario, la falta
de información técnica y de rigor lógico en el discurso público tiene como consecuencia una desinformación
y confusión notables en la sociedad; principios generales fácilmente aceptables e incluso sesgadas argumenta-
ciones ideológicas sustituyen al razonado fruto de estudios fundamentados y reflexión informada.
Desde hace mucho tiempo, y más en los últimos años, algunas voces vienen reclamando un pacto de es-
tado sobre la energía. Ciertamente, en una sociedad moderna las cuestiones energéticas fundamentales
tienen que estar fuera de la lucha partidista. Los análisis prospectivos rigurosos y la planificación estratégica
son las herramientas indispensables para suministrar sistemáticamente mejor información y anticipar ten-
dencias a largo plazo y, como consecuencia, para la toma de decisiones.
Con ellas se podrá definir el “mix” de energías primarias y de generación eléctrica equilibrado, y sentar
bases firmes para las altas inversiones a acometer. La internalización de todos los costes inducidos por cada
tecnología (por ejemplo, emisiones o potencia de apoyo) ha de ser una práctica habitual. Los mercados
energéticos competitivos, y con regulación independiente, sencilla y transparente, parecen la respuesta más
eficiente para enfrentarse a los problemas enunciados.
El objetivo de este documento es aportar ideas y sugerencias y plantear cuestiones para un debate técnico, sin
prejuicios, sin apriorismos y basado en datos. Para ello, es necesario promover la realización de estudios indepen-
dientes que conduzcan a una estrategia energética nacional, integrada en un contexto europeo e internacional
para enfrentarse a los retos energéticos, económicos y ambientales a largo plazo en un entorno cambiante.
La Sección 2 enumera los hechos y retos más relevantes que tiene planteados el sector español. La Sección 3
presenta datos energéticos que reflejan la realidad actual de España y su evolución en la última década. Por su
especial importancia, se dedica la Sección 4 a la electricidad. Los ejercicios de prospectiva y planificación ener-
gética, tanto en España como en algunos países de la OCDE, se recogen en la Sección 5. La Sección 6 resume
algunos estudios recientes de prospectiva energética y análisis de escenarios realizados en España. Los principios
genéricos para desarrollar una estrategia energética se detallan en la Sección 7. Asimismo, los factores importan-
tes para la definición de una prospectiva racional en España se describen en la Sección 8. Los elementos básicos
para una regulación del sector se incluyen en la Sección 9. La Sección 10 presenta las conclusiones.
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fundación ciudadanía y valores
No son pocos los problemas energéticos que tiene España y es difícil tratar de enunciarlos de forma exhaustiva.
Pueden enumerarse, al menos, los más importantes agrupándolos en técnico-económicos y socio-políticos.
– Dependencia total del Sector Transporte de los productos petrolíferos y de la tecnología extran-
jera. Las soluciones futuras, alternativas al sector de automoción actual, vendrán muy probablemente
del exterior. España puede, en el mejor caso, intentar buscar nichos precisos y viables para contribuir
al despliegue tecnológico y a un inteligente uso de las nuevas tecnologías. Los biocombustibles de
segunda generación pueden ser a medio largo plazo una respuesta autóctona a la dependencia de
los carburantes actuales.
– Potenciales de generación eléctrica de las energías renovables dispares. Mientras las energías
solares fotovoltaica y termoeléctrica ofrecen muy altos potenciales de producción a costes compa-
rativamente altos, que tienen que reducirse significativamente en los próximos años, las eólicas te-
rrestre y marina ofrecen potenciales importantes, aunque más moderados, a costes comerciales casi
competitivos6,7. El resto de energías renovables ofrecen potenciales sustancialmente menores (con la
excepción de la hidráulica, que no obstante está ya muy desarrollada). Una penetración importante
de las renovables en generación eléctrica está condicionada, además, a una mejora y ampliación de
la infraestructura de redes eléctricas e interconexiones internacionales y al desarrollo de tecnologías
de almacenamiento masivo.
– Carbón nacional caro y de baja calidad. Las reservas de carbón nacional son modestas y de calidad
pobre. Alrededor del 70% del carbón usado en generación eléctrica es importado. Su utilización con
6
Potencial de las Energías Renovables. Estimación del Potencial Técnico-Económico de las Energías Renovables en España, Grupo
de Fluidodinámica Numérica, Area de Mecánica de Fluidos, Universidad de Zaragoza, Noviembre 2008.
7
Renovables 2020, 2030. Conclusiones de un Análisis Cuantitativo del Potencial de las Energías Renovables en España en 2020 y
2030, y de su Impacto Económico y Medioambiental, Grupo de Fluidodinámica Numérica, Area de Mecánica de Fluidos, Univer-
sidad de Zaragoza, Noviembre 2008.
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prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
las actuales tecnologías de conversión implica dificultades técnicas para su combustión y un incre-
mento de emisiones en comparación con las centrales de gas de CiCo, infrautilizadas en la actualidad.
– Déficit de tarifas. El aplazamiento del pago del déficit tarifario por 15 años sólo pospone la solución
de un problema pendiente, cuya solución, via su titulización y una adaptación progresiva de las tarifas,
se ha de abordar. En tanto el déficit se va incorporando a los precios finales, éstos son inferiores a lo
que deberían ser, con lo que se incentiva el consumo y no el ahorro, al tiempo que se produce una
transferencia de rentas del sector eléctrico a los sectores consumidores.
– Costes de acceso del sistema eléctrico. Los costes asociados, entre los que se incluyen las primas
al Régimen Especial y ayudas públicas a la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética en España (E4),
representan un porcentaje importante de los costes de acceso del sistema eléctrico12 y elevan el
precio final de la electricidad.
8
En 2007 un Comité ad hoc nombrado por la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP) definió más de 100 áreas
temáticas de interés para España en el campo de la energía.
9
Programa Ingenio 2010, Gobierno de España, 2005.
10
Prospectiva de Generación Eléctrica 2030, UNESA, Diciembre 2007.
11
Mix de Generación en el Sistema Eléctrico Español en el Horizonte 2030, Foro Nuclear, Noviembre 2007.
12
Retos del Sector Eléctrico, R. Villaseca, Gas Natural-Unión FENOSA, Nueva Economía Forum, Presentación ppt, Octubre 2009.
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fundación ciudadanía y valores
– Carencia de una visión nacional. Mientras en otros países los principales partidos comparten una
visión sobre cuestiones energéticas fundamentales, en España la dialéctica política se impone en
decisiones esencialmente técnico-económicas en detrimento de nuestra competitividad industrial.
No existe lo que se podría llamar una visión nacional de la energía. Mientras la UE se preocupa for-
malmente por la necesidad de una política energética común13, en España existe una miscelánea de
visiones ideológicas (los partidos políticos) y particularistas (las CCAA) que resulta difícil armonizar.
– Primacía de la ideología y del cálculo político sobre el interés común. El reparto de competencias
en materia energética a las CCAA para lograr apoyos parlamentarios, al margen de consideraciones
de eficacia administrativa, la obligación de utilizar carbón nacional para asegurar el apoyo sindical en
determinados momentos, los intentos de dar una definición política de la vida útil de las CCNN14, un
concepto meramente técnico o las modificaciones de Consejo de Ministros sobre planificación de la
potencia de energías renovables son indicadores de la ausencia de política energética que responda
a las necesidades reales y al interés público.
– Falta de resolución para defender los intereses de España en Europa. Dos ejemplos son pertinen-
tes para ilustrar este hecho. Por un lado, la reducción de emisiones resultante de los compromisos
de Kioto para España es superior a la de la mayoría de los países europeos, a pesar de ser el tercer
país con menores EGEI. En segundo lugar, mientras los países que, de hecho, dirigen la política euro-
pea, mantienen empresas propias potentes, públicas o privadas, que adquieren activos en toda la UE,
posicionándose así para el futuro, las empresas españolas se han convertido en objetivos de esos
movimientos de compra. Aunque las empresas energéticas españolas figuran entre las más eficientes
de Europa, no se ha sabido actuar de forma eficaz ante los privilegios del capital público para alcanzar
un equilibrio negociado entre los intereses españoles y la apertura de los mercados de empresas y
sectores.
– Proceso de liberalización sin completar, sobre todo en el sector eléctrico. Los procesos de libera-
lización son delicados y de larga duración. Requieren una atención constante y cuidadosa al desarrollo
regulatorio y a los necesarios ajustes al funcionamiento de los mercados y las instituciones para que
el resultado sea un éxito. En España, las reformas se intercalan a menudo en el poblado calendario
13
Por ejemplo, con el Libro Verde promovido por Loyola de Palacio en 2000 o las propuestas de la Comisión Europea de 23 de
enero de 2008.
14
La Guía 1.10 del Consejo de Seguridad Nuclear, que establece los criterios para la operación a largo plazo de las centrales
nucleares españolas, define Vida Útil como el “Período durante el cual una central puede ser operada cumpliendo las exigencias
de seguridad impuestas en su autorización y siendo económicamente rentable”.
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prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
electoral, y ello conlleva un desarrollo regulatorio a ritmo muy irregular, con una calidad y un rigor de
la producción legislativa reciente manifiestamente mejorables.
– Falta significativa de información en la sociedad. Una y otra vez, los análisis de opinión presentan
a los españoles como los europeos menos informados y menos interesados en cuestiones energéti-
cas. El bajo nivel educativo de España es un problema gravísimo que dificulta la participación de los
ciudadanos, por ejemplo, en estrategias de ahorro energético o en el cambio de hábitos de consumo.
Asimismo, la información energética transmitida por los medios de comunicación es, en general, de
baja calidad con frecuentes trivialidades, errores o incoherencias debidos a la carencia de profesio-
nales especializados.
Partidos, empresas, instituciones, agentes sociales y ciudadanos debieran conocer los hechos y retos enu-
merados y participar activamente en la búsqueda urgente de acuerdos básicos sobre las cuestiones ener-
géticas importantes.
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fundación ciudadanía y valores
3. La situación actual
En España ha habido un incremento importante del consumo de energía primaria y energía final en los
últimos ocho años (Figura 1). El consumo de energía final ha aumentado en mayor medida en el sector
transporte, servicios y residencial, mientras que en el sector industrial el incremento ha sido moderado. Por
fuentes, se observa un aumento importante del consumo final de gas y electricidad (Figura 2).
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prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
España tiene una altísima dependencia de importaciones de combustibles fósiles. En petróleo, la produc-
ción interna es apenas un 0,5% del consumo; en el caso del gas, es casi inexistente; y, en el del carbón, el
grado de autoabastecimento es del 31%. Así, aunque España ocupa el décimosexto lugar en el mundo en
consumo de petróleo, o el vigésimo en gas natural y carbón, es el octavo importador de estos combusti-
bles. Este grado de dependencia externa es de las más elevadas de la UE, sólo superada por Italia entre las
grandes economías de la Unión (Figura 4).
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fundación ciudadanía y valores
Fuente Eurostat
Además, este bajo grado de autoabastecimiento de España en energía primaria se ha reducido aún más
durante los últimos años, pasando del 32,9% en 1991 al 20,7% en 2007 (Figura 5).
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prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
En la Figura 6 se observa la baja eficiencia del sector industrial (comparado con otros países europeos),
aunque algunos sectores, como el transporte, son ejemplares en las comparaciones internacionales. El
sector residencial, sin embargo, presenta una eficiencia mejor que la media (consecuencia, posiblemente,
de un clima más benigno y de la estructura de la edificación residencial en España).
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fundación ciudadanía y valores
España es un resuelto defensor de los compromisos del Protocolo de Kioto y, a la vez, un incumplidor
sistemático (Figura 7).
Según estos compromisos, España puede en 2012 aumentar sus emisiones de GEI hasta un 15% con rela-
ción a las de 1990; sin embargo, emite un 34% por encima de ese nivel.
Fuente: Eurostat
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prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
Sin embargo, España está por debajo de la media europea en cuanto a emisiones por habitante (Figura 8).
Fuente: Eurostat
En 2003 se lanzó la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética en España (E4), cuyo objetivo era reducir
el consumo de energía primaria en 2004-2012 en 69950 ktep. Los Planes de Acción 2005-2007 y 2008-
2012 han concretado las medidas y aumentado los objetivos de ahorro de energía primaria a 12006
y 87933 ktep, respectivamente. El RD 314/2006 aprueba el Código Técnico de la Edificación y el RD
47/2007 la Certificación Energética de Edificios.Varios decretos adicionales han ido desarrollando las ideas
originales de la E4.
La especificidad del sector transporte con respecto al resto radica en su dependencia, superior al 95%, de
los productos derivados del petróleo. En 1988 el transporte se convirtió en el primer sector consumidor
de energía en España; el crecimiento de consumo energético de todos los sectores entre 1973 y 2004 ha
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fundación ciudadanía y valores
sido del 135%, comparado con el 240% para el transporte. En 2008 este sector ha representado el 37,9%
del consumo de energía final.
En 2004 el transporte por carretera consumió el 80,6% del la energía del sector, frente al 13,3% del avión,
el 3,7% del barco y el 2,4% del ferrocarril; el 48% del transporte por carretera en ese año correspondió a
vehículos particulares, el 49% al trasporte de mercancías y el 3% al transporte colectivo de viajeros.
Desde el año 2000 a 2008 la intensidad energética de este Sector en España se ha mantenido aproxima-
damente constante, siendo superior a la de casi todos los países de la UE (Figura 6). Tanto el consumo
de los automóviles como sus emisiones de CO2, NOx y partículas han disminuido sustancialmente en las
últimas 3 o 4 décadas.
En términos de emisiones de tCO2/Millones de viajeros x km los valores, medidos con respecto al índice
mínimo de 100, son, 151 para el AVE, 100 para el autobús interurbano, 162 para trenes de cercanías, 176
para el metro, 222 para el autobús urbano, 426 y 861 para los vehículos particulares en desplazamientos
interurbanos y urbanos, respectivamente, y 1320 para el avión.
En general, puede decirse que las redes no son actualmente el cuello de botella para el desarrollo de los
sectores energéticos en España. Las redes eléctricas han tenido un desarrollo notable a lo largo de más o
menos un siglo, mientras que las de petróleo datan de los años 50 y las de gas se iniciaron en los años 70.
Estas diferencias se reflejan claramente en el mallado y en la capacidad de las mismas.
Históricamente, las redes de transporte de electricidad han sido concebidas como elemento de seguridad
entre sistemas vecinos y no para el transporte masivo (difícil y costoso debido a las pérdidas). Cambiar
esta realidad no es tarea de corto plazo ni de un solo país; la posición geográfica de España es, además, un
fuerte condicionante.
La red española de transporte de electricidad es una de las más capaces de Europa15; a ello ha contribuido
una regulación económica razonable e incentivadora de inversiones. Las redes de distribución son también
capaces, pero adolecen de cuellos de botella en determinadas regiones, por las trabas administrativas a la
autorización de nuevas líneas.
La introducción de generación distribuida para algunas instalaciones del Régimen Especial (RE) obligará
a definir y construir microrredes o redes locales conectadas a las redes nacionales existentes mediante
sistemas inteligentes.
La red de transporte de gas ha crecido de forma importante en los últimos años, aunque presenta insufi-
ciencias de capacidad de almacenamiento, para paliarlas se han puesto en marcha fuertes inversiones por
15
Por citar sólo un indicador, el ratio de km de red de transporte en relación con la demanda nacional anual es el más alto de
Europa.
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prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
parte de ENAGAS. Además, la red peninsular es posiblemente la más capaz y flexible de Europa por el
número y tamaño de plantas de regasificación en servicio.
La posición geográfica de nuestro país es la de una casi-isla (que eso significa península) energética por
lo que no debe esperarse que se alcance en el futuro un grado de interconexión comparable al de los
países de Europa Central. Sin embargo, el aumento del número y de la capacidad de las interconexiones
es fundamental, no sólo como parte de una política europea, sino por el interés de España en aumentar la
seguridad de abastecimiento y favorecer una mayor penetración de las energías renovables.
Por otra parte, la vecindad de Francia hace que cualquier aumento de la capacidad de las interconexiones
deba pasar por negociaciones con un elevado componente político. El gobierno francés no sólo tiene el
poder administrativo, sino que es además el accionista principal de las grandes empresas energéticas na-
cionales. Las estrategias política y económica están unificadas, lo que explica las vicisitudes que España ha
sufrido para conseguir aumentos de capacidad.
El grado de interconexión eléctrica con Francia y, a través de ella, con el resto de Europa continental,
está muy por debajo del 10% de la potencia instalada acordado por el Consejo europeo de Barcelona
en 2000. En 2008, el ex Comisario Monti propuso una solución soterrada para la nueva línea de inter-
conexión a 400 kV. Si bien esta línea aumentará significativamente la capacidad de interconexión, al ser
necesariamente en corriente continua se convertirá en una excepción al principio de sincronismo vigente
en toda Europa y supondrá un coste muy elevado, que España sufragará en proporción superior a la que
le correspondería.
En 2009 Francia ha aceptado aumentar la capacidad de interconexión de gas por Larrau, probablemente
más por su propio interés. España debería aprovechar la coyuntura negociadora con mayor proactividad.
El sector energético y los sectores industriales relacionados con él, como proveedores de bienes y servi-
cios, se pueden presentar como competitivos, al menos en términos relativos. En el sector de las energías
renovables varias empresas españolas compiten en el mercado mundial de aerogeneradores y de módulos
fotovoltaicos.
En cualquier caso, estas empresas realizan, en general, pocas actividades de I+D. Tras la desaparición en
la década de 1980 de fabricantes nacionales de grandes equipos para CCTT convencionales y ante la
inexistencia de empresas desarrolladoras y comercializadoras de plantas energéticas, las perspectivas para
generar tecnología térmica propia son escasas.
El voluntarismo de empresas eléctricas, usuarias finales de tecnologías de conversión energética, para aco-
meter proyectos de desarrollo tecnológico no ha tenido resultados.
Además de una industria electromecánica con capacidad notable, puede destacarse el subsector de in-
dustria auxiliar de la nuclear: ENUSA en la primera parte del ciclo del combustible, ENRESA en la gestión
25
fundación ciudadanía y valores
Las empresas eléctricas españolas están entre las más eficientes de Europa desde hace muchos años
(Figura 9), lo que explica que se hayan podido mantener precios bajos de la electricidad y resultados eco-
nómicos muy positivos (Figura 10). Lo mismo es aplicable a empresas gasistas.
Fuente: Eurostat
Fuente: Eurostat
26
prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
4. Electricidad
En cualquier ejercicio de prospectiva energética la electricidad merece una atención especial en razón de
su importancia. Es la forma de energía más cómoda de adquirir, más fácil de utilizar, más versátil y, además,
irremplazable en innumerables aplicaciones. Las economías desarrolladas dependen de la electricidad más
que de ninguna otra forma de energía final.
El crecimiento de la demanda de energía eléctrica presenta tasas acumulativas del orden del doble de la
energía primaria en su conjunto, tanto para países avanzados como para países en desarrollo. La Figura 11
presenta los datos de España.
Si la prospectiva energética es importante, la eléctrica lo es aún más. Por otra parte, la intensidad de capital
del sector eléctrico es superior a la de los otros sectores energéticos, al igual que los costes de oportuni-
dad y los de cualquier decisión errónea. Por tanto, la elección correcta de las tecnologías de conversión y
la previsión de su evolución a medio y largo plazo son esenciales.
27
fundación ciudadanía y valores
Combustibles fósiles
Prescindir de los combustibles fósiles sólo parece concebible a largo plazo, a medida que se renueve el
parque generador al final de su vida útil efectiva y que se disponga de tecnologías alternativas competitivas
y fiables. A medio plazo, deberán seguir formando parte de un “mix” energético diversificado.
Sin embargo, es necesario recurrir a las tecnologías más limpias para la combustión del carbón y del gas.
El incremento de eficiencia de las centrales térmicas (CCTT) mediante ciclos de vapor supercríticos y
ultrasupercríticos es el primer paso en la sustitución de las plantas de carbón existentes que se está pro-
duciendo.
Los procesos de separación, compresión, bombeo y sellado del almacén de CO2 se estima que podrían
consumir hasta el 30% de la energía generada por una central de carbón, lo que encarecería el coste de
generación de un kWh hasta un 50% con respecto al convencional. Algunos componentes de esa tecno-
logía ya se han demostrado, aunque no se haya probado la operación a escala comercial.
La gestión a medio y largo plazo de los emplazamientos de almacenamiento de CO2, así como el coste de
su mantenimiento, presenta incertidumbres. El Gobierno español está preparando un proyecto de Ley de
Almacenamiento Geológico de CO2, siguiendo la correspondiente directiva de la UE.
Nuclear
Las centrales nucleares (CCNN) existentes en España producen en la actualidad alrededor del 19% de la
electricidad. Aportan seguridad al sistema eléctrico16 y evitan emisiones de CO2, que serían un 10% supe-
riores si se sustituyeran por CCTT de combustibles fósiles que aportaran la misma seguridad.
La extensión de la vida útil de las CCNN existentes, atendiendo en cada caso a las recomendaciones del
Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), parece razonable en base a consideraciones técnicas y económi-
cas17. Varios países, con gobiernos de diversos signos políticos, han decidido construir CCNN, unos reanu-
dando programas parados en su momento y otros con iniciativas nuevas.
La postura del Reino Unido dejando abierta en 2003 la opción nuclear parece acertada18,19. La asignatura
pendiente de la gestión y tratamiento de los residuos de alta actividad, incluida la decisión sobre un ATC,
16
Las centrales nucleares aportan energía de base segura y poco sensible a perturbaciones en las redes, a diferencia de las re-
novables y, en menor medida, de los ciclos combinados. También aportan capacidad de regulación (respuesta a variaciones en la
demanda y a necesidades de regulación de tensión y frecuencia).Ver: Foro de la Industria Nuclear, Mix de generación en el sistema
eléctrico español en el horizonte 2030, noviembre 2007.
17
¿Qué papel debe jugar la energía nuclear en el futuro mix energético español?, F. Cabello-Astolfi y J. Sureda, FUNCIVA News.
Reflexión y Debate, noviembre 2008.
18
Meeting the Energy Challenge. A White Paper on Energy. UK Department of Trade and Industry. May 2007.
19
El Reino Unido y el Debate Nuclear, A. Scrimgeour and J. Navarro, en Papeles de Cuadernos de Energía, Club Español de la
Energía, Nº 26, 2008.
28
prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
sigue siendo una de las razones principales para algunas reacciones públicas desfavorables sobre la energía
nuclear.
A medio plazo el crecimiento del parque nuclear y el incremento de la potencia renovable instalada no
sólo son compatibles sino complementarios; el primero daría al sistema eléctrico el apoyo de seguridad
que necesita y que el segundo, en el estado actual de la tecnología, no puede garantizar20 y facilitaría la inte-
gración de la energía de fuentes renovables en el sistema. Asimismo, las incertidumbres sobre las reservas
reales de petróleo y gas y sobre la evolución de sus precios confieren un mayor valor a la opción nuclear.
La información aún escasa sobre CCNN de Generación III permite anticipar que las ventajas pesan más
que los inconvenientes, y que estos últimos (principalmente los residuos) pueden gestionarse de una forma
rigurosa y segura.
La futura Generación IV anuncia reducciones significativas de los residuos generados, riesgo nulo de proli-
feración, seguridad intrínseca, plazos de construcción y costes específicos reducidos, y costes de generación
menores que para sus antecesoras.
Renovables
La CE lanzó en marzo de 2007, concretada, posteriormente, en la Directiva 2009/28/CE, una estrategia
europea común que fija un 20% de contribución renovable a la energía final en 2020, sumando electrici-
dad, usos térmicos y biocombustibles. El Consejo también ha acordado un mínimo obligatorio del 10% de
sustitución de gasolinas y diesel por biocombustibles con la condición de que su producción sea sostenible.
El objetivo del 20% de participación renovable en la energía final es ambicioso y obligará a cada Estado
Miembro de la UE a grandes incrementos de la potencia instalada de energías alternativas.
El marco regulatorio español para el desarrollo de las energías renovables está constituido por el PER
2005-2010, que fija los objetivos de potencias instaladas para cada tecnología renovable, y por un buen
número de Reales Decretos y otras disposiciones de rango diverso21.
Las energías eólicas (terrestre y marina) y solares (fotovoltaica, termoeléctrica y para usos térmicos) son
las de mayores potenciales viables en España. El resto de renovables, incluidos los residuos, tienen poten-
ciales mucho menores, aunque deben incluirse en los análisis22,23.
Los costes de inversión varían en un amplio rango, desde 900-1000 €/kW para la eólica terrestre, hasta
2500-3000 €/kW para la fotovoltaica. Las “curvas de aprendizaje” (inversión específica en €/kW en función
de la potencia instalada acumulada a nivel mundial) para cada tecnología renovable muestran una evolu-
ción dispar, siendo, en el caso de tecnologías incipientes, altamente especulativas.
20
Mix de Generación en el Sistema Eléctrico Español en el Horizonte 2030, Foro Nuclear, Noviembre 2007.
21
Los más relevantes son el Real decreto 661/2007 de 26 de mayo, el Real Decreto 1578/2008 de 26 de septiembre y el Real
Decreto-Ley 6/2009 de 30 de abril. El Acuerdo de Consejo de Ministros de 13 de noviembre de 2009 completa el marco esencial,
antes de que se tramite la Ley de Economía Sostenible y la anunciada Ley de Eficiencia Energética y Energías Renovables.
22
Potencial de las Energías Renovables. Estimación del Potencial Técnico-Económico de las Energías Renovables en España, Grupo
de Fluidodinámica Numérica, Area de Mecánica de Fluidos, Universidad de Zaragoza, Noviembre 2008.
23
Renovables 2020, 2030. Conclusiones de un Análisis Cuantitativo del Potencial de las Energías Renovables en España en 2020 y
2030, y de su Impacto Económico y Medioambiental, Grupo de Fluidodinámica Numérica, Área de Mecánica de Fluidos, Univer-
sidad de Zaragoza, Noviembre 2008.
29
fundación ciudadanía y valores
Por otro lado, los costes de generación en España se mueven en un abanico desde 8 c€/kWh para la eólica
terrestre hasta 44 c€/kWh para la fotovoltaica. El precio medio de generación del mercado mayorista es
de alrededor de 5 c€/kWh. Para compensar esa diferencia y promover la producción de electricidad de
origen renovable con menor impacto ambiental, la Administración ha establecido un sistema de primas
(feed-in tariffs) al Régimen Especial (RE).
Las primas se incluyen entre los costes asociados que añadidos a los del sistema proporcionan los costes de
acceso del sistema eléctrico. En 2008 los costes del sistema y los asociados ascendieron a 5.763 y 5.957 M€,
respectivamente, es decir, 49% y 51% de los costes de acceso. Se estima que en 2009 las primas al Régimen
Especial representarán el 58% de los costes asociados, siendo éstos a su vez del orden del 57% de los costes
de acceso. Los precios medios (en c€/kWh) estimados para el RE en 2009 son 8,2 para la eólica y 45,3 para
la fotovoltaica, a comparar con el precio medio del mercado mayorista de 4,324.
Dada la naturaleza intermitente de las energías eólicas y solares y la inexistencia de tecnologías de almace-
namiento masivo a corto y medio plazo, las renovables han de contar con una potencia de apoyo, normal-
mente centrales con turbina de gas, para suministrar la demanda de electricidad en ausencia de viento o
de sol. Estas centrales de respaldo funcionan con factores de capacidad muy bajos25. La internalización de
los costes de estas centrales en los de las energías renovables debe ser objeto de un tratamiento parejo
al de las emisiones de CO2.
Una parte de los emplazamientos de calidad para instalaciones eólicas o fotovoltaicas no pueden verter su
producción a la red existente. Una estrategia posible sería extender la red para poder evacuar la energía
generada; en este caso los costes de extensión de la red se deben internalizar en el coste de la energía
renovable correspondiente. Otra opción, consistiría en el funcionamiento aislado o en una red local o mi-
crorred, cuyos costes también se han de evaluar. En el futuro, redes locales inteligentes interconectadas con
la red de transporte podrán gestionar la energía intercambiada. Por último, debe considerarse la aplicación
de tecnologías de almacenamiento que permiten regular la producción entregada a la red y permitirían
mejorar notablemente la gestionabilidad de las energías renovables y su utilización efectiva.
Las tecnologías renovables presentan problemas técnicos que progresivamente se van resolviendo. La
baja resistencia frente a huecos de tensión es una debilidad estructural de los parques eólicos, que por
ahora puede corregirse instalando sistemas de electrónica de potencia. Asimismo, la baja predictibilidad
de la producción renovable implica una mayor necesidad de energía de regulación. Ambos problemas se
traducen en un mayor coste.
La deficiente gestión de los procesos de autorización administrativa de nuevas instalaciones, junto con el efecto lla-
mada de las generosas primas, han conducido a que algunos objetivos establecidos para 2010 en solar fotovoltaica
24
Retos del Sector Eléctrico, R. Villaseca, Gas Natural-Unión FENOSA, Nueva Economía Forum, Presentación ppt, Octubre 2009.
25
Potencial de las Energías Renovables. Estimación del Potencial Técnico-Económico de las Energías Renovables en España, Grupo
de Fluidodinámica Numérica, Area de Mecánica de Fluidos, Universidad de Zaragoza, Noviembre 2008.
30
prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
se hayan sobrepasado con creces en 2007, con un impacto significativo sobre los precios finales de la electricidad26.
Esto ha conducido al establecimiento de un registro de preasignación para el Régimen Especial que pretende orde-
nar el desarrollo del sector renovable y una mejor integración en un mercado parcialmente liberalizado.
En la gestación del PER 2011-2020 debieran tener una participación muy importante expertos altamente
cualificados, ajenos a la Administración.
Cogeneración
España ocupa una buena posición en cuanto a cogeneración industrial (la que suministra energía a clien-
tes industriales) pero no así en el sector terciario, en el que está casi todo por hacer. Fomentar de forma
eficiente la cogeneración en sus diversas formas (District Heating, CHP y otras) debe constituir una de las
líneas básicas de la política energética futura.
Como se ha expuesto, las redes energéticas españolas son capaces, con algunas limitaciones en cuanto a
capacidad de almacenamiento de gas. El desarrollo de las redes básicas (de transporte) está sometido a
planificación vinculante, que se actualiza periódicamente y es aprobada por la Administración.
El desarrollo de nuevos proyectos se ve limitado por la lentitud de los procesos de tramitación y por la
oposición, por motivos de índole muy diversa, a las líneas eléctricas (no tanto a oleoductos y gasoductos,
sin duda por el menor impacto visual). El avance de las energías renovables hará necesaria la integración
en la REE de sistemas inteligentes de gestión.
4.4. I+D+D
La investigación del sector eléctrico en España registra escasos éxitos en el pasado. Además, las necesida-
des de recursos para I+D+D en este sector son muy cuantiosas. Es, por tanto, vital un análisis realista que
evite los errores continuados de los últimos 30 años.
26
El Objetivo de potencia fotovoltaica establecido en el RD 661/2007 era de 371 MW. A finales de 2008 se habían sobrepasado
los 3400 MW. Las primas correspondientes se mantienen durante 25 años, según la misma norma. Los compromisos de primas
para el período total garantizado (incluyendo las potencias del Acuerdo de Consejo de Ministros de 13.11.2009) puede estimarse
que superan los 150000 M€. Estas cifras no avalan el intento de justificar que se trata de plantas de demostración, argumento que
podría aceptarse si las potencias instaladas hubieran sido del orden de magnitud del objetivo.
31
fundación ciudadanía y valores
Desde finales de la década de 1970, en España se ha abordado la cuestión energética mediante la elabo-
ración de Planes Energéticos Nacionales (desde 1978 hasta 1991). Sin embargo, en ningún caso se han
publicado estudios de prospectiva a largo plazo sobre la energía ni sobre cuestiones relacionadas con ella,
con apoyo o patrocinio oficial y, mucho menos, con la participación de los sectores afectados o de esta-
mentos sociales relevantes.
Parece, de alguna forma, que en España ha arraigado la práctica de hacer planes y, ciertamente, se ha de-
sarrollado una gran habilidad a la hora de redactarlos, aunque no tanto a la hora de proporcionarles un
enfoque estratégico explícito que defina su orientación.
Tampoco ha existido un debate público abierto y sin condicionamientos políticos. La extrema politización
ha desplazado del ágora pública a quienes, por conocimientos y experiencia, podrían haber aportado
racionalidad y fundamento a la toma de decisiones. A esto se añade la deficiente política informativa de
organizaciones públicas y privadas, que hace que hoy España sea uno de los países con mayor desconoci-
miento de las cuestiones energéticas27.
Aunque el Gobierno había anunciado, hace más de cuatro años, la elaboración de un documento sobre
Prospectiva 2030, la comisión que debía acometer este asunto dejó de reunirse a finales de 2007 y el bo-
rrador de documento que había circulado fue incluso retirado de la página web del Ministerio de Industria,
Comercio y Turismo.
Entre tanto, dos instituciones han publicado los primeros documentos de prospectiva en muchos años28,29.
Después de las elecciones generales de marzo de 2008 y de un año de completa inactividad en este terreno,
el Congreso de los Diputados aprobó, en julio de 2009, la constitución de una Subcomisión de Estrategia
Energética, cuyos trabajos se han iniciado en las últimas semanas del año.
A pesar de los sucesivos Planes Energéticos Nacionales aprobados, no ha habido ningún intento de elaborar
una prospectiva energética ni una planificación30 que supere el horizonte, tradicional en aquéllos, de una déca-
da; este plazo es insuficiente a todas luces para considerar cuestiones energéticas y para proporcionar la visión
temporal necesaria en un sector cuya actividad sólo puede diseñarse en el largo plazo (superior a veinte años).
27
Ver, por ejemplo, los Eurobarómetros de enero de 2006 (Attitudes towards Energy) y enero de 2007 (Energy Techonolgies:
Knowledge, Perception, Measures)
28
Prospectiva de Generación Eléctrica 2030, UNESA, Diciembre 2007.
29
Mix de Generación en el Sistema Eléctrico Español en el Horizonte 2030, Foro Nuclear, Noviembre 2007.
30
Potencial de las Energías Renovables. Estimación del Potencial Técnico-Económico de las Energías Renovables en España, Grupo
de Fluidodinámica Numérica, Area de Mecánica de Fluidos, Universidad de Zaragoza, Noviembre 2008.
31
Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible, Gobierno de España,noviembre de 2009.
32
prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
Para dar una idea de la importancia de la planificación a largo plazo, basta mirar a nuestro alrededor y ver
qué han hecho otros países, entre los más desarrollados y más preocupados por los problemas de la energía.
Francia, el vecino más próximo y una potencia energética indudable, ha publicado recientemente (septiem-
bre de 2007) un documento, encargado por la oficina del Primer Ministro, sobre Perspectivas energéticas
en el horizonte 2020-2050; está organizado en seis grandes capítulos cuyo análisis corrió a cargo de grupos
de expertos renombrados en sus respectivos campos de actividad. El último de dichos capítulos corres-
ponde a las políticas energéticas. Con anterioridad, la Academia de las Tecnologías elaboró un riguroso
documento sobre prospectiva energética para el siglo XXI32.
En Gran Bretaña, el Department of Trade and Industry (DTI) publicó en mayo de 2007 un libro blanco con el
título Meeting the Energy Challenge33, que incluye un análisis de las cuestiones subsectoriales y un conjunto
de propuestas en materia energética. Más recientemente, en julio de 2009, el Department for Energy and
Climate Change (DECC), sucesor del DTI, publicó dos nuevos documentos de alcance estratégico34,35.
En Canadá, el Ministerio de Recursos Naturales publicó en 2006 un documento titulado Canada’s Energy
Outlook36, que es la actualización de otras versiones anteriores de lo que constituye una prospectiva a
largo plazo, en este caso a 2020. Voces autorizadas reclaman una actualización de la estrategia energética
nacional.
En Estados Unidos (EEUU) son abundantes los estudios y propuestas de diversas instituciones y organi-
zaciones civiles, además de los oficiales; National Energy Strategy del Department of Energy (DOE) (1998),
Strategic Plan del mismo DOE, de 2003, National Energy Policy, de 2001, el informe sobre política energética
publicado por la National Commission on Energy Policy, de diciembre de 2004 y Energy Grand Challenge
Roadmap37 publicado por la American Society of Mechanical Engineers en agosto de 2009 son algunos
ejemplos. La política energética del actual Gobierno de EEUU a corto plazo, así como sus compromisos a
largo plazo se están modulando en este momento38.
No es necesario insistir ni hacer un repaso exhaustivo del resto de los países desarrollados, por no hablar
de los principales productores de petróleo y gas. Todos tienen su estrategia.
32
Prospective sur l’Energie au XXIème siècle. Communication à l’Académie des Technologies. Commission Energie et Environne-
ment. Décembre 2004.
33
Meeting the Energy Challenge. A White Paper on Energy. UK Department of Trade and Industry. May 2007.
34
UK Low Carbon Transition Plan, National Strategy for Climate, 2009.
35
UK Renewable Energy Strategy, 2009.
36
Canada’s Energy Outlook, 2006.
37
ASME Energy Grand Challenge Roadmap, ASME, New York, August 2009.
38
A Preliminary View of Obama´s Future Energy Policy (WP), P. Isbell, WP 2/2009, January 2009.
33
fundación ciudadanía y valores
UNESA ha presentado en noviembre de 2007 un estudio sobre prospectiva del sistema eléctrico de gene-
ración en 2030. A partir de los datos del equipo de partida, consecuencia de bajas y altas programadas, y
de crecimientos anuales de la demanda de electricidad del 2,40% en 2005-2020 y de 1,70% en 2020-2030,
se definen dos escenarios que conceden prioridad al carbón o al gas, respectivamente. Dentro de cada uno
de esos escenarios se analizan varios casos que se centran o en un máximo aprovechamiento del equipo
instalado en 2011, o enana moderada expansión del parque nuclear, o en una penetración máxima de las
energías renovables, o en potencia instalada de carbón con tecnologías SACO2 conjuntamente con un parque
nuclear ligeramente ampliado con respecto al actual. Los resultados para cada caso incluyen, entre otros, una
definición del “mix” de generación, las inversiones necesarias, las emisiones de CO2 y la dependencia exterior.
Por otro lado, el Foro Nuclear ha publicado en la misma fecha un estudio sobre el “mix” peninsular de ge-
neración eléctrica en 2030 para cubrir la demanda prevista con una operación segura y estable del sistema.
Concluye que todas las tecnologías serán necesarias para cubrir una demanda estimada en, al menos, 125
GW, prestando atención tanto a las puntas como a la energía total. Sugiere, también, que al menos un 50-
60% de la potencia en servicio debería ser de CCTT con turbinas de vapor y de plantas hidroeléctricas para
atender a las necesidades de inercia y regulación.
La presente crisis económica hace necesario revisar las hipótesis de crecimiento de la demanda en el me-
dio plazo en ambos estudios.
El Área de Mecánica de Fluidos de la Universidad de Zaragoza ha realizado un detallado estudio sobre el po-
tencial de las energías renovables en España, y las implicaciones económicas y medioambientales de diversos
escenarios integrados por energías renovables y convencionales. Para cada energía renovable, una evaluación
geo-referenciada del recurso (viento, sol, biomasa, residuos u olas) se combina con una estructura de costes para
elaborar curvas coste-producción. Éstas permiten conocer el coste asociado a un nivel de generación renovable
dado, teniendo en cuenta el efecto de la degradación de la calidad del recurso con la penetración de la tecno-
logía. Se tienen en cuenta aspectos como la potencia convencional de reserva necesaria para cubrir los posibles
huecos de generación, las previsibles disminuciones de costes como consecuencia del aprendizaje tecnológico,
el efecto de las variaciones de precios de los combustibles fósiles, o la internalización de los costes de emisiones.
Para el año 2020, se han estudiado los posibles impactos del llamado ‘paquete verde’ (o 20-20-20) de la UE.
Dependiendo de la demanda de energía final, de las tecnologías renovables introducidas en el mix, y de la
contribución de los biocombustibles, el análisis sugiere (Figura 12) que el sobrecoste de la generación eléc-
trica sería de entre 100 y 450 €2006/hab/año, y la emisiones específicas del sector de generación podrían
disminuir a entre 0,16 y 0,3 tCO2/MWh desde los 0,42 tCO2/MWh de la estructura de generación del año
2006. Para ello, la inversión necesaria sería de entre 48.000 y 213.000 M€; y la ocupación del territorio con
instalaciones renovables variaría entre el 1,7 y el 7,0%.
34
prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
Figura 12. Escenarios 2020: Sobrecoste por habitante frente a emisiones específicas. El tamaño del símbolo es
propocional al territorio ocupado con tecnologías de generación renovable
Para el año 2030, se han considerado tres escenarios: uno de bajos costes, basado en el aprovechamiento
de ciclos combinados operativos y un incremento de 6 GW nucleares aprovechando emplazamientos
existentes (‘repowering’); otro de bajas emisiones, prolongando la vida útil del parque nuclear existente y
con un 20% de renovables en energía final; y un escenario hipotético de transición a 100% renovables en
el que se retira la nuclear que agota su vida útil y se introducen renovables hasta un 50% de la energía final.
En todos los escenarios se retira toda la potencia de carbón actual. Los sobrecostes en generación eléctri-
ca asociados se resumen en la Figura 13 y podrían alcanzar entre 500 y 700€ 2006/hab/año en el escena-
rio de transición al 100% (suponiendo costes constantes de las tecnologías renovables). La ocupación del
territorio con tecnologías de generación renovable sería de entre el 1 y el 6% en estos escenarios.
Figura 13. Escenarios 2030: Sobrecoste por habitante frente a emisiones específicas. El tamaño del símbolo es
propocional al territorio ocupado con tecnologías de generación renovable.
Las cifras anteriores apuntan al riesgo de incurrir en altos sobrecostes y ocupaciones del territorio como
consecuencia de la penetración no planificada de las energías renovables; y son indicativas de la importan-
cia de cuantificar rigurosamente las diversas opciones como paso previo a la necesaria definición de una
estrategia energética.
35
fundación ciudadanía y valores
Las políticas energéticas de los principales países desarrollados giran alrededor de tres ejes principales:
– Costes de adquisición aceptables, que supongan un precio justo en cada momento en condiciones
de tranquilidad en los mercados y al margen de presiones o influencias monopolísticas, oligopolísticas
o de cárteles de uno u otro tipo.
– La minimización del impacto ambiental que implica alcanzar los dos objetivos anteriores de forma
compatible con la reducción de emisiones, objetivo de políticas nacionales o supranacionales (paque-
te 20-20-20 de la UE o compromisos de Kioto).
Sin embargo, las condiciones locales pueden ser muy diferentes de unos países a otros. Es preciso, por tan-
to, identificar ejes adicionales que deben considerarse en el análisis prospectivo de las políticas energéticas,
adoptando un punto de vista estrictamente estratégico, de nivel superior al puramente energético.
En el caso de España, parece razonable tener en cuenta el impacto de las decisiones políticas sobre:
– Los costes de las distintas opciones energéticas, no sólo de inversión y generación, sino también
ambientales y de la energía final y los costes de oportunidad, así como del precio de la energía para
los sectores económicos más sensibles al mismo y para las familias, especialmente las de rentas más
bajas.
– La competitividad de la industria.
– El nivel de industrialización.
– El empleo.
– El desarrollo, con especial atención a la capacidad de la industria nacional para adaptarse a la evo-
lución global, para asimilar y desarrollar las tecnologías necesarias desde una posición de liderazgo.
36
prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
Es, también, esencial identificar las áreas en las que se ha de reforzar (o modificar) el marco político y
regulatorio que rige los mercados energéticos. Elementos esenciales, tanto en clave internacional como
nacional, son:
Una definición precisa de los ejes anteriores y del marco de referencia ayuda a las empresas, a los ciuda-
danos y al Gobierno a actuar con éxito sobre la demanda y la oferta energéticas.
37
fundación ciudadanía y valores
Los sistemas energéticos son redes logísticas complejas con actividades interrelacionadas, operaciones ver-
ticales y tecnologías muy diversas, cuya integración es fruto de un desarrollo sectorial de décadas. Es vano
el intento de organizar los sectores energéticos con visiones fragmentadas. La prospectiva y la planificación
han de ser sistémicas, contemplando cada subsector (electricidad, gas, petróleo, carbón) como parte de un
todo y considerando las interrelaciones entre ellos. Buena parte de los fallos observados en España y en
otros países en desarrollo regulatorio, en inversiones y en desequilibrios de los mix energéticos, se deben
a esta falta de visión integrada.
Aunque pueden establecerse metodologías diversas para llegar a una visión de la energía a largo plazo,
parece adecuado proceder en las siguientes etapas:
– Estimación de la cobertura de la demanda de cada energía primaria y final en cada uno de los
escenarios por tecnologías.
– Análisis de factores que pueden afectar la evolución tendencial de cada componente de la demanda
y de la oferta: ahorro y eficiencia, sustituibilidad de las energías primarias o finales, tecnologías y su
evolución, capacidad de la industria nacional para llevar a cabo los cambios precisos, costes de los
combustibles y de las emisiones, costes de las tecnologías.
– Estimaciones de los impactos de cada uno de los escenarios finales: inversiones, empleo, industriali-
zación, emisiones, dependencia, balanza de pagos, impacto territorial, I+D, entre otros.
38
prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
Como se ha comentado, para cualquier estudio de prospectiva energética y para la definición de esce-
narios realistas se han de considerar cuidadosamente, entre otros, los supuestos parámetros macroeco-
nómicos de crecimiento de la demanda, el aumento del PIB y de la actividad industrial, o el incremento
demográfico. Las tendencias hasta 2008 se van a ver significativamente alteradas por la crisis económica
actual y, específicamente, por cuándo y cómo se produzca la recuperación de actividad y el crecimiento del
empleo, así como por el reajuste en el peso relativo de las economías y en la competitividad.
La EE es la mejor contribución directa a la reducción de la dependencia del exterior, de los costes energéti-
cos de las empresas y de las familias. Cualquier política energética debe empezar por definir una estrategia
de ahorro y eficiencia, fomentando ambos en diversos ámbitos, favoreciendo siempre la eficiencia rentable,
no simplemente dictada, y la libre elección de opciones de los usuarios.
Algunas medidas requieren una acción concertada a escala internacional; muchos bienes consumidores de
energía (por ejemplo, automóviles y electrodomésticos) son parte del comercio transnacional y es esencial
promover y apoyar acuerdos globales sobre normas de EE y sobre estándares de consumo para vehículos
y equipos, que incluyan la reducción de consumos en stand-by, tanto en la UE como mundialmente, así
como la promoción del etiquetado y de los estándares de EE de los productos.
Entre las medidas que podrían adoptarse pueden citarse las siguientes:
– Promover la exigencia progresiva de que todos los edificios de oficinas y centros de trabajo pre-
cisen un Certificado de Eficiencia Energética, que describa su clasificación energética e indique los
pasos necesarios para mejorar su comportamiento, ahorrar energía y reducir el recibo energético.
39
fundación ciudadanía y valores
Alternativas para reducir la dependencia del transporte de los productos derivados del petróleo, como el em-
pleo de combustibles sintéticos obtenidos a partir del carbón o del gas o el uso de GLP y de biocombustibles,
precisan análisis detallados. Para comparar eficiencia, emisiones y costes de diferentes opciones se han de analizar
los ciclos de vida (conocidos en la literatura anglosajona como Well to Tank,Tank to Wheels y Well to Wheels).
El Plan MOVELE del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo promueve en la actualidad la penetración
a corto plazo de vehículos eléctricos en el mercado español. Según estimaciones preliminares, hasta un
millón de coches eléctricos no presentaría problemas de producción adicional de electricidad ni de trans-
porte en la REE.
Las dificultades podrían plantearse en la distribución local puntual, con la necesidad de recurrir a redes
inteligentes y a realizar la carga de vehículos predominantemente en horas valle. Según REE, con esta estra-
tegia se podrían abastecer hasta 6 millones de vehículos con buffer de red, sin modificaciones sustanciales
en la infraestructura existente.
Petróleo
Los mercados del petróleo reflejan, desde hace años, una percepción de escasez relativa de este combus-
tible. Los precios de 2007 mostraron un estrechamiento del margen entre oferta y demanda, que sólo se
40
prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
alivió al caer la actividad económica como consecuencia de la crisis. Al margen de discusiones sobre límites
de oferta en un plazo de pocos años, los precios han vuelto a subir en la segunda mitad de 2009, con los
primeros síntomas de recuperación. El riesgo de precios altos subsiste. Las reservas de crudo muestran un
estancamiento en términos relativos (relación P/R) y las cifras de algunos países productores despiertan
cada vez menos confianza. Por otro lado, en escenarios de no sustitución son muy importantes las previ-
siones de incremento de demanda, que no es seguro que se pueda atender a medio plazo; incluso si se
produjese un aumento de la inversión en exploración y refino, los resultados tardarían bastantes años en
llegar al mercado.
Escenarios y políticas energéticas deben considerar una reducción significativa de demanda de petróleo,
mediante estrategias de sustitución de su uso como combustible en la industria y, sobre todo, para trans-
porte.
Gas
Del gas natural puede decirse lo mismo que del petróleo, teniendo en cuenta que el aumento estructural
de precios se produciría unos años más tarde, a medida que el alto precio del crudo lleve a los consumido-
res a acelerar la sustitución del mismo por gas, lo que trasladará la presión a este combustible. El gas puede
tratarse como un combustible alternativo temporal del petróleo; igualmente deben plantearse estrategias
de sustitución, reservándolo para los usos (química o petroquímica) en que, con las tecnologías actuales,
no existe otra opción posible a medio o largo plazo.
Carbón
Las reservas de carbón son abundantes y están repartidas geográficamente. Es de prever que el carbón,
que representa una parte sustancial del consumo mundial de energía primaria, siga jugando un papel muy
relevante e, incluso, que, a la vista de los riesgos del petróleo y del gas, aumente su participación en el mix
adecuado de energía primaria y, más aún, en el de generación eléctrica.
Sin embargo, en un horizonte de escasez y carestía del gas y de una alta demanda de electricidad, es
recomendable considerar un escenario de precios elevados y suministro limitado de carbón; seis países
acumulan más del 80% de las reservas probadas de carbón39 y podrían limitar su exportación, o utilizarla
como arma estratégica, y aumentar su consumo doméstico40.
El apoyo a las energías renovables debe orientarse a la reducción de costes de inversión y generación
(cualquier estrategia debería contemplar calendarios de disminución progresiva de las primas y lograr su
competitividad con las convencionales) y al desarrollo de tecnologías complementarias de almacenamien-
to masivo de energía eléctrica, protección frente a perturbaciones y gestionabilidad. Cualquier estrategia
debería contemplar calendarios de reducción progresiva de las primas.
39
BP Statistical Review of World Energy, June 2009. 39
40
The Coal Dilemma, Editor S.K. Chand, TERI, 2008.
41
fundación ciudadanía y valores
La energía nuclear ha demostrado fiabilidad y bajo coste de generación en relación con las restantes tec-
nologías eléctricas. La aceptación social es buena en países en los que se ha adoptado una línea informativa
abierta, en respuesta a la demanda de la sociedad. Las nuevas generaciones de reactores deberían permitir
reducir la inversión específica, aumentar la seguridad, minimizar los residuos y mantener bajos costes de
generación. Las CCNN contribuyen eficazmente a la reducción de emisiones y de la dependencia de los
combustibles fósiles. Las reservas de uranio no son un problema y la sensibilidad del coste del kWh nu-
clear al precio del combustible es mucho más baja que la de las centrales de carbón o de gas al precio de
éstos. Los elevados costes de las primeras centrales en construcción del tipo EPR reflejan el hecho que los
primeros modelos de una serie son necesariamente más caros y circunstancias locales no extrapolables a
una larga serie de centrales. Los costes caerán como consecuencia del “aprendizaje tecnológico”, al igual
que ocurrió con las anteriores generaciones de CCNN.
La opción nuclear se ha de mantener abierta, pues cada día es más evidente que es una parte necesaria
de la respuesta a los retos medioambientales y energéticos.
Es evidente que los países productores de combustibles fósiles tienen estrategias bien definidas, no sólo
nacionales sino las elaboradas en cárteles como la OPEP y la propuesta organización de países producto-
res de gas.
Algunos países, como Rusia, han entendido que la energía es un arma de enorme valor estratégico y la
utilizan en sus relaciones internacionales. Episodios como los que han amenazado el suministro de gas a
Europa occidental en pasados inviernos, por disputas con Ucrania, ponen de manifiesto que la UE se ve
obligada a guardar un difícil equilibrio.
Las relaciones con otros muchos países suministradores son complicadas pero necesarias. Los plantea-
mientos de esos países son parte indispensable de cualquier visión a largo plazo. Sin una cierta capacidad
de anticipación, será imposible definir una estrategia y planificar el futuro. Para España, cuyo peso inter-
nacional es importante en economía pero pequeño en política, sólo quedan tres vías de actuación: la
cooperación inteligente con los principales países suministradores, la diversificación de suministros y la
cooperación dentro de la UE, apoyando posiciones comunes y evitando que los países más fuertes actúen
unilateralmente.
8.7. I+D
En un sector de actividad caracterizado, como ya se ha expuesto, por el largo plazo (larga vida de las insta-
laciones, largos períodos de recuperación de las inversiones) y por la intensidad de capital, la tecnología ha
tenido siempre un peso muy importante y creciente, por la necesidad de buscar la mejora permanente de
eficiencia y dar respuesta a la creciente complejidad de los sistemas. Una prospectiva realista debe prestar
especial atención a la evolución previsible de las tecnologías y de sus parámetros relevantes (costes, escala
eficiente, mercados, potencial de las propias empresas, valor estratégico de las distintas opciones).
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prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
9. Regulación
En España, la regulación energética actual es consecuencia del marco legal desarrollado a partir de la pues-
ta en práctica de políticas liberalizadoras o, más exactamente, desreguladoras, desde la década de 1990,
que se han ido generalizando en Europa y en Norteamérica primero y, posteriormente, en países de otras
regiones del mundo. En España, el marco legal de la nueva regulación energética nace con las Leyes del
Sector Eléctrico (Ley 54/97 de 27 de noviembre) y de Hidrocarburos (Ley 34/98 de 7 de octubre).
La regulación de ambos sectores se ha desarrollado a ritmo muy desigual, en función de las prioridades po-
líticas de cada momento, y con modificaciones constantes en las normas básicas. Sólo la Ley del Sector Eléc-
trico ha sido modificada y complementada hasta el 27 de noviembre de 2009 por 21 Leyes y Reales De-
cretos. Esto da idea de los vaivenes regulatorios y de la falta de orientación clara y a largo plazo de algo tan
importante para la necesaria estabilidad de la actividad empresarial. No debe sorprender que la sensación
de inseguridad jurídica sea creciente y que las críticas al desorden legislativo y normativo sean constantes,
sobre todo con algunas de las medidas adoptadas en los últimos meses en relación con el Régimen Especial.
Sin embargo, la crítica más profunda que se puede hacer a la regulación energética está en los cambios
de orientación de la misma, como consecuencia del signo político de los gobiernos o de las mayorías en
los organismos reguladores. Se va produciendo de una forma poco perceptible, en principio, una deriva
más intervencionista y muy poco coherente con los principios liberalizadores que inspiran tanto las citadas
leyes originales, como la política europea concretada en Directivas sobre normas comunes para los mer-
cados interiores de electricidad y gas.
La orientación de la regulación ha ido cambiando en el tiempo en función de los objetivos políticos básicos:
las políticas anti-trust, el desarrollo económico en la época de reconstrucción posterior a la segunda guerra
mundial, los elevados precios de la energía que siguieron a los choques del petróleo. Las actuales políticas
económicas y energéticas orientan la regulación hacia la competencia y la eficiencia, al tiempo que se inicia
una integración la política ambiental.
La mejor prueba del éxito de estas políticas está en que los demás países han seguido las mismas pautas al
ver los positivos resultados que se iban obteniendo. Esto no impide críticas, algunas muy serias, a los proce-
sos de liberalización. Sin embargo, un análisis racional pone de manifiesto que han sido los errores políticos
los que han dado origen a problemas regulatorios, por la falta de coherencia de las normas o por la inter-
ferencia en el diseño y desarrollo de procesos que, por su propia naturaleza, son complicados y requieren
atención constante durante largo tiempo, para introducir ajustes necesarios al planteamiento inicial.
43
fundación ciudadanía y valores
Para adecuar la regulación a los fines perseguidos ha de tener en cuenta los objetivos políticos y las necesi-
dades sociales a satisfacer, además de la realidad tanto de los sectores sobre los que actúa, como de los re-
lacionados con ellos (consumidores, proveedores) y de las instituciones y comunidades que, de una u otra
forma, se benefician de las actividades energéticas o sufren sus consecuencias negativas, cuando las hubiere.
La seguridad jurídica aparece como un requisito esencial de cualquier regulación sectorial y debe ser igual-
mente parte inseparable del marco de referencia de la prospectiva.
– La estabilidad de los principios reguladores. La orientación general de las normas es parte constitu-
tiva de las mismas o, más precisamente, constituye su esencia, pues indica cómo ha de ser la actuación
de los distintos actores.
– La estabilidad de las normas concretas, que determinan los límites a la actuación diaria de las
empresas, y del marco de las estrategias a largo plazo. Sin estabilidad regulatoria en este sentido, es
imposible definir una estrategia empresarial.
– La coherencia de las normas. No puede haber, como se está viendo en la actualidad, partes de una
misma regulación con un enfoque claramente intervencionista y otras con un enfoque de liberaliza-
ción de actividades.
– Los principios regulatorios deben estar rigurosamente alineados con los principios de la constitu-
ción económica del país.
Hay coincidencias claras y documentadas sobre los errores a evitar y, por lo tanto, sobre las acciones a
realizar:
– Diseñar un órgano regulador verdaderamente independiente, con objetivos bien definidos y me-
dios suficientes. La independencia de los partidos políticos es esencial, así como encontrar el equili-
brio entre las funciones de supervisión y las normativas y decisorias, que eviten su actuación como
Administración paralela.
– La mejor regulación debe ser simple y estable. Así será igual para todos los actores, sin excepciones,
fácil de interpretar y de acumular jurisprudencia, y permitirá a las empresas planificar a largo plazo.
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prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
– Asegurar la independencia de la gestión del acceso a todas redes, tanto de transporte como de
distribución.
– Revisar las competencias de las distintas administraciones para evitar la ruptura de la unidad de mercado.
Una pieza clave de la regulación son los organismos reguladores. Las empresas energéticas están sometidas a la
regulación de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), pero también de la Comisión Nacional de Competen-
cia (CNC) y las cotizadas, a la vigilancia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Las empresas
eléctricas tienen que contar, además, con el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en lo relativo a las CCNN.
Semejante grado de regulación hace necesario asegurar que los organismos encargados de la supervisión de los
sectores y de la elaboración de normas o disposiciones (por ejemplo, tarifas) reúnan determinadas condiciones:
– Independencia, tanto de la industria a la que afecta su actividad como, y sobre todo, de los partidos
políticos y del Gobierno.
– Una definición de funciones equilibradas y orientadas a objetivos definidos con claridad, que deben
ser consecuencia de la estrategia energética decidida.
– Posibilidad de revisión rápida de sus decisiones en instancias judiciales, con mecanismos de suspen-
sión cautelar.
– Asegurar, en el plano legislativo, la coherencia de las actuaciones de los distintos organismos regu-
ladores y evitar solapamientos en sus competencias.
Evidentemente, esta cuestión no forma parte de la prospectiva a largo plazo, pero sí de las políticas ener-
géticas y del marco de seguridad jurídica que soporta la actividad del sector y contribuye en buena medida
a determinar el atractivo de los negocios energéticos y la capacidad real de las empresas para invertir y
asegurar la calidad del servicio.
Es evidente que los organismos reguladores actuales no cumplen, en general, esas condiciones; y que la
legislación correspondiente necesita una reforma que afronte y resuelva el problema de la independencia
(clave de los otros) más allá de los repartos de cuotas políticas en los nombramientos.
45
fundación ciudadanía y valores
10. Conclusiones
La respuesta eficaz a los retos que se plantean en materia de suministro energético es una de las grandes
cuestiones políticas nacionales. España es más dependiente, vulnerable y sensible a los factores energéticos
que otros países avanzados.
– La energía, por su dimensión global, por sus largas escalas temporales y por sus inversiones cuantio-
sas, exige un Pacto de Estado, resultado de debates y acuerdos entre sociedad, empresas y partidos
políticos. Son prioridades ineludibles la reducción de la dependencia exterior y el diseño de políticas
que conduzcan a costes asumibles y competitivos en un contexto global. El Pacto se ha de concretar
en una estrategia energética y en la adopción de criterios compartidos transpartidarios para la defen-
sa de los intereses de España en la UE, que exploten, entre otros factores, su posición geográfica. Una
regulación sencilla, robusta y transparente, con organismos reguladores independientes y técnicamen-
te cualificados, es inaplazable para el correcto funcionamiento de los mercados. Algunas medidas no
exigirán legislación, mientras que otras requerirán consultas, debates, educación ciudadana o cambios
legislativos.
– El nuevo parque de generación eléctrica exigirá cuantiosas inversiones durante las dos próximas dé-
cadas. Decisiones firmes y consensuadas sobre la composición del “mix” de generación son esenciales
ya que marcarán el desarrollo socio-económico de España por muchos años. Junto a líneas maestras
precisas se han de dejar grados de libertad para la adaptación a tecnologías y mercados cambiantes.
En este contexto, la prolongación de la vida de todas las instalaciones que puedan funcionar en con-
diciones adecuadas es sencillamente una decisión de ahorro, eficiencia y buena administración.
– A medio plazo no se puede renunciar a ninguna fuente de energía primaria ni a ninguna tecnología de
generación eléctrica. El ahorro y la eficiencia energéticos tendrán a corto plazo un impacto, a cuantificar,
en la reducción de la demanda, de las emisiones y de las importaciones. El fomento de la eficiencia y
el ahorro mediante políticas de estímulo e incentivos a la cogeneración y la innovación son esenciales.
– Las energías renovables son parte importante del futuro mix energético. El apoyo a las tecnologías
renovables no puede consistir en la prolongación sine die de las primas, sino que debe estar orien-
tado a la mejora de eficiencia y de competitividad, para evitar sobrecostes excesivos, y al desarrollo
de tecnologías complementarias que reduzcan los inconvenientes derivados de la intermitencia y las
hagan más seguras, gestionables e integrables en los sistemas eléctricos. Debe fomentarse el desarro-
llo de tecnologías eficientes de conexión a redes de almacenamiento masivo de energía y de mejora
en la predicción de su producción gestionable. La competitividad de la Industria Española de Energías
Renovables parece probada41. Sin embargo, el crecimiento mundial de la demanda y los competidores
internacionales van a poner a prueba al sector. Por otra parte, el rápido desarrollo tecnológico actual
puede acelerar la obsolescencia del parque solar español, asunto que merece análisis y, probable-
mente, la adopción de medidas estratégicas, tanto en el plano tecnológico como en el regulatorio.
El objetivo final debe ser aprovechar el potencial de energías renovables autóctonas en todas sus
41
Perspectivas reales de las energías renovables, F. Cabello-Astolfi, M. Canseco y J. Sureda, FUNCIVA News. Reflexión y Debate,
mayo 2009.
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prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
– Las CCNN y las CCTT de carbón seguirán suministrando la energía de base a corto y medio plazo;
las centrales de gas de CiCo contribuirán a la energía de base y a la cobertura de puntas de deman-
da, con factores de capacidad decrecientes. La penetración de centrales de carbón supercríticas y
ultrasupercríticas y con tecnologías de SACO2 a medio y largo plazo ha de ser objeto de un análisis
estratégico exhaustivo y de una comparación con alternativas que incluyan gas y CCNN en diversos
porcentajes. A largo plazo la evolución tecnológica modulará la composición del “mix” que, a priori,
deberá contar con todas las energías.
– España no debe renunciar a la construcción de nuevas CCNN, tanto para remplazar las actuales,
como para ampliar su capacidad nuclear42; es imprescindible, sin embargo, despejar la incertidumbre
sobre la inversión específica (€/kW) real de las centrales de Generación III y realizar un seguimiento
de los costes estimados de la futura Generación IV. Mantener abierta la opción nuclear exigirá, ade-
más, la creación de un marco jurídico seguro y estable, que permita la inversión privada. El sector pri-
vado debe financiar y construir las nuevas centrales nucleares43, haciendo frente a los costes totales
del desmantelamiento y contribuyendo a los costes de la gestión de residuos, del mismo modo que
se deberá hacer con las tecnologías de SACO2.
– El desarrollo de las infraestructuras de redes debe constituir una preocupación constante y debe
estar apoyado por planes realistas y por una simplificación y agilización de los procedimientos de
tramitación y autorización de nuevas instalaciones. Las interconexiones internacionales deben desa-
rrollarse para mejorar la seguridad de apoyo entre sistemas energéticos vecinos y, en lo posible, el
comercio.
– Es muy importante actuar sobre el sector transporte para reducir las importaciones de petróleo.
La transición hacia el vehículo eléctrico recargable, con etapas intermedias de vehículos híbridos o de
biocombustibles de segunda generación o de combustibles sintéticos derivados del carbón o del gas,
requiere un análisis profundo de sus implicaciones, entre otras, sobre el sistema eléctrico, en general,
y sobre la curva de carga en particular. Los programas de desarrollo en este campo deben plasmarse
en planes realistas y coherentes con la capacidad de la industria nacional y con el desarrollo futuro
de un acervo tecnológico propio. La incorporación de biocombustibles debe hacerse respetando los
compromisos internacionales adquiridos, pero también teniendo en cuenta el interés de la industria
española.
– La I+D+D energética debe aunar esfuerzos de los sectores público y privado, mejorar el trata-
miento fiscal de la inversión privada, evitar la fragmentación por la división autonómica que, a me-
nudo, fomenta una endogamia ineficiente, y mejorar significativamente su gestión pública y privada.
Los programas han de centrarse en proyectos viables, orientados a objetivos muy concretos y de
42
Mix de Generación en el Sistema Eléctrico Español en el Horizonte 2030, Foro Nuclear, Noviembre 2007.
43
Meeting the Energy Challenge. A White Paper on Energy. UK Department of Trade and Industry. May 2007.
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fundación ciudadanía y valores
alto valor estratégico; las tecnologías termosolares, renovables viables, de almacenamiento masivo de
energía, nucleares avanzadas, de carbón limpio, de redes inteligentes y, en general, los desarrollos que
promuevan el uso racional e innovador de cualquier energía han de ser prioritarios. La participación
en programas internacionales, sobre todo aunque no exclusivamente, europeos, y la formación de
científicos e ingenieros de excelencia han de ser cuidadosamente considerados.
– Las posibilidades reales de España para reducir sus EGEI (sin contar con la adquisición de derechos
de emisión), contribuir con un 20% de renovables a la energía final y sustituir con biocombustibles de
primera generación el 10% de la gasolina y del diesel, usados en el transporte, en 2020 son inciertas.
La toma de decisiones viables y creíbles pasa por analizar todas las implicaciones: viabilidad técnica,
costes, capacidad actual y potencial para el despliegue de tecnologías limpias incluidas las renovables,
el “mix” energético existente y las consecuencias sobre la política energética incluyendo seguridad y
fiabilidad.
– La política energética debe ser coherente con el principio de libertad económica, evitando la habi-
tual avalancha de imposiciones y prohibiciones.
– Una sociedad informada y crítica es más eficiente. Facilitar el debate y la información rigurosa es una
obligación elemental de los poderes públicos. La información y la educación en materia energética
son esenciales para conseguir una mejor comprensión de lo que está en juego y de la necesidad de
adoptar hábitos de ahorro, eficiencia y responsabilidad, así como para facilitar la aceptación social de
las diferentes soluciones propuestas. La responsabilidad de gobierno, partidos políticos, empresas y
medios de comunicación es total.
44
Solving the climate dilema: The budget approach, WBGU (German Advisory Council on Global Change), Special Report, Berlin
2009.
45
Energy Security and the European Union, Proposals for the French Presidency, C. Mandil, April 2008.
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prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
11. Currículums
César Dopazo
Catedrático Centro Politécnico Superior, Universidad de Zaragoza.
Norberto Fueyo
Catedrático de Mecánica de Fluidos, Universidad de Zaragoza.
Titulado por la Universidad de Zaragoza como Ingeniero Industrial. Realizó su doctorado en Imperial Co-
llege (Londres) y trabajo durante tres años en el sector privado en el Reino Unido antes de incorporarse
a la Universidad de Zaragoza como investigador.
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fundación ciudadanía y valores
Es Ingeniero Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid. Posteriormente estudió Ciencias Econó-
micas, Dirección de Empresas en el IESE y Marketing en la Universidad de Stanford.
Su carrera profesional se ha desarrollado en empresas de los sectores del petróleo, petroquímica, eléctri-
co, de ingeniería y de comercio exterior.
De 1997 a 2004 fue Presidente de Red Eléctrica de España. Ha sido miembro de los Consejos de Admi-
nistración de diversas empresas energéticas y de otros sectores, y miembro de los Comités directivos de
diversas organizaciones nacionales e internacionales.
Es miembro de la Junta Directiva del Círculo de Empresarios y de otras entidades sin ánimo de lucro.
Ha publicado numerosos artículos sobre materias diversas. Es coautor de varios libros sobre ayuda al ter-
cer mundo y sobre energía y regulación.
Ha sido profesor invitado en varias universidades españolas y en otras instituciones, y actúa regularmente
como conferenciante en numerosas instituciones en España y en el extranjero.
50
prospectiva y planificación estratégica: pilares de una política energética racional
Bibliografía
– Competing Dimensions of Energy Security: An International Perspective, B.J. Sovacool, Dubrovnik Confe-
rence on Sustainable Development of Energy, Water and Environment Systems, Dubrovnik, 2009.
– Se utiliza el término anglosajón “mix” por estar muy arraigado su uso a nivel internacional, con el significa-
do de composición estructural del parque de potencia instalada para generación eléctrica por energías-
primarias/tecnologías-de-conversión.
– Directiva Europea 2009/28/CE
– Prospective sur l´Energie au XXIe siècle, Communication à L´Académie des Technologies, Commission
Energie et Environnement, décembre 2004.
– A pesar del fracaso relativo de la reunión de Copenhague de diciembre de 2009 es seguro que las
negociaciones internacionales dentro del marco de las Organización de las Naciones Unidas (ONU)
continuará con fuerza en 2010.
– Por citar sólo un indicador, el ratio de km de red de transporte en relación con la demanda nacional
anual es el más alto de Europa.
– Potencial de las Energías Renovables. Estimación del Potencial Técnico-Económico de las Energías Re-
novables en España, Grupo de Fluidodinámica Numérica, Area de Mecánica de Fluidos, Universidad de
Zaragoza, Noviembre 2008.
– Renovables 2020, 2030. Conclusiones de un Análisis Cuantitativo del Potencial de las Energías Renova-
bles en España en 2020 y 2030, y de su Impacto Económico y Medioambiental, Grupo de Fluidodinámica
Numérica, Área de Mecánica de Fluidos, Universidad de Zaragoza, Noviembre 2008.
– En 2007 un Comité ad hoc nombrado por la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP)
definió más de 100 áreas temáticas de interés para España en el campo de la energía.
– Programa Ingenio 2010, Gobierno de España, 2005.
– Prospectiva de Generación Eléctrica 2030, UNESA, Diciembre 2007.
– Mix de Generación en el Sistema Eléctrico Español en el Horizonte 2030, Foro Nuclear, Noviembre 2007.
– Retos del Sector Eléctrico, R. Villaseca, Gas Natural-Unión FENOSA, Nueva Economía Forum, Presenta-
ción ppt, Octubre 2009.
– Por ejemplo, con el Libro Verde promovido por Loyola de Palacio en 2000 o las propuestas de la Comi-
sión Europea de 23 de enero de 2008.
– La Guía 1.10 del Consejo de Seguridad Nuclear, que establece los criterios para la operación a largo
plazo de las centrales nucleares españolas, define Vida Útil como el “Período durante el cual una central
puede ser operada cumpliendo las exigencias de seguridad impuestas en su autorización y siendo eco-
nómicamente rentable”.
– Ver, por ejemplo, los Eurobarómetros de enero de 2006 (Attitudes towards Energy) y enero de 2007
(Energy Techonolgies: Knowledge, Perception, Measures).
– A lo largo de este documento, la palabra planificación se utiliza con un significado que debe deducirse
del contexto. No se trata de planificación obligatoria (en el sentido que la legislación sectorial pueda dar
a este término), sino de una descripción o un pronóstico de lo que puede ser el futuro en función de
determinadas hipótesis, previamente establecidas.
– Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible, Gobierno de España,noviembre de 2009.
– Prospective sur l’Energie au XXIème siècle. Communication à l’Académie des Technologies. Commission
Energie et Environnement. Décembre 2004.
– Meeting the Energy Challenge. A White Paper on Energy. UK Department of Trade and Industry. May
2007.
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fundación ciudadanía y valores
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La FUndación Ciudadanía y Valores
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ISBN: 978-84-936866-4-2
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