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La Mente Lúcida. Dhammapada
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Ebook228 pages5 hours

La Mente Lúcida. Dhammapada

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About this ebook

Hoy, más que nunca, se necesita de la capacidad de discernimiento, de lucidez mental, para comprender lo que se oculta tras la apariencia y no ser arrastrados por el engaño y la fascinación, para no extraviarnos entre tanta falacia e ilusión que oscurecen y ocultan el auténtico Camino interior, aquél que conduce a la liberación y a la plenitud.

¿Cómo surge la lucidez? ¿Cómo desembarazarnos de las turbulencias y contradicciones que nos afligen? ¿Qué es la felicidad? ¿Cómo vivir en la paz de la mente serena? ¿Cómo hacer de la existencia un camino de perfección?

Las respuestas a estas preguntas nos las ofrece esta joya de la Sabiduría Universal que es el "Dhammapada", que recoge la genuina enseñanza del Buda Gautama. Su contenido, de total actualidad, proporciona pautas precisas y prácticas que nos conducen a una auténtica transformación.

El presente libro, además del texto íntegro del Dhammapada, analiza los presupuestos que conducen al descubrimiento de que en el fondo de nuestro ser duerme la Mente Lúcida, y expone cómo activarla y desarrollarla mediante la transformación interior, que será también la transformación de nuestra vida.

Libros Para Conocerse

LanguageEspañol
Release dateOct 4, 2021
ISBN9781005909178
La Mente Lúcida. Dhammapada
Author

Inés M. Martín

Inés M. Martín es Licenciada en Derecho y Titulada superior en Griego Moderno. Tras diez años de ejercicio profesional de la abogacía centró su actividad en la investigación sobre el mundo psíquico y espiritual del ser humano. Escritora y entrenadora psico-emocional, formadora en el ámbito del Crecimiento personal y Desarrollo de Valores, ha acumulado años de experiencia en la divulgación de temas relacionados con el autoconocimiento, el desarrollo interior y la superación humana, impartiendo regularmente cursos, conferencias y talleres. Es editora y redactora de la revista digital gratuita "Conocimiento Interior". Libros publicados: "Practicando la Relajación", "Tao Te Ching, el Poder Interior" "Practicando Zen" y "Practicando la Sabiduría Hermética"

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    La Mente Lúcida. Dhammapada - Inés M. Martín

    El Dhammapada es un tratado práctico sobre la mente. No trata sobre filosofía ni sobre teorías, sino de cómo puede el ser humano liberarse de la oscuridad para poner así de manifiesto su naturaleza luminosa, que en terminología budista se conoce como la mente búdica.

    La contemplación y transformación de la mente es el camino que contiene todos los demás. No hay método de despertar efectivo que no incluya este aspecto. Ello es así porque la mente es la raíz de la que surgen y se desarrollan todas las cosas existentes. Comprender la mente es comprender el Todo. La actividad mental se desarrolla en dos vertientes que, en un principio, pueden alternarse entre sí: la pura y la impura. Ambos estados están siempre presentes. Aquellos que no son afectados por la impureza son sabios; sin embargo, la gran mayoría de los seres humanos están atrapados por la mente impura y enredados en ella, sufriendo su propio karma.

    Todos contamos con una naturaleza búdica que es Conocimiento, pero que se encuentra oculta y sepultada por la oscuridad, cuya base fundamental es la ignorancia o pensamiento ilusorio. Por lo tanto, la naturaleza búdica es innata, no procede del exterior y por ello no se puede adquirir, sino descubrir. Esta es la misma idea sobre conocimiento interior practicada por el gran sabio griego Sócrates y transmitida por su discípulo Platón, quien formula el concepto de anamnisis o recuerdo, según el cual, el alma de cada ser humano encierra la capacidad de despertar, por lo que no hay nada que podamos aprender que no esté dentro de nosotros. El auténtico conocimiento no proviene del exterior y enseñar no es transmitir conocimientos, sino impulsar a descubrirlos en uno mismo, a hacer consciente lo inconsciente y a transformar la oscuridad en luz.

    El gran descubrimiento de un ser humano se realiza dentro de sí mismo y consiste en la clara y diáfana percepción de su propia mente, una mente luminosa y lúcida que es en sí misma la Liberación.

    La mente lúcida es rápida, ágil, flexible, sabe discernir lo engañoso de lo real. Es silenciosa y penetrante, capaz de comprender tanto el bien como el mal, la luz y la oscuridad. Esta mente no reacciona, no critica, no enjuicia. No es pasiva, sabe cuándo y cómo debe actuar y su acción será siempre la más adecuada. Pero, sobre todo, la mente lúcida es libertad. No está condicionada ni por el deseo, ni por el rechazo. El temor y las falacias y engaños del entorno no logran perturbarla ni enturbiar su percepción.

    Ella es el puente que une el mundo material con la iluminación, y enseña a vivir en la Luz y al mismo tiempo a estar en este mundo de apariencias e innumerables formas. Nos guía en la existencia visible y en el mundo del más allá de los sentidos. La lucidez mental no es inteligencia, es conciencia iluminada.

    ¿Cómo surge la lucidez? ¿Cómo desembarazarnos de las turbulencias y contradicciones que nos afligen? ¿Cómo vivir en la paz de la mente serena? ¿Cómo hacer de la existencia un camino hacia la eternidad?

    Las respuestas a estas preguntas nos las ofrece esta joya del Conocimiento universal llamado Dhammapada cuyo texto íntegro se reproduce en la segunda parte de este libro.

    En su primera parte, el libro desarrolla los presupuestos y requisitos prácticos para el establecimiento de la Mente Lúcida así como algunas reflexiones sobre la enseñanza del Budismo

    *****

    EL CAMINO DE LA SABIDURÍA

    El Dhammapada es un texto fundamental en la literatura budista; sin embargo, su contenido trasciende el Budismo de tal manera que constituye una joya insertada en la sabiduría universal. El texto consta de 423 versos clasificados en 26 capítulos y su contenido está atribuido directamente al Buda. Tradicionalmente, en el Budismo se afirma que contiene la doctrina más auténtica salida de los propios labios de Siddhartha Gautama, el Buda, y que, memorizada por sus discípulos, fue registrada por escrito tiempo después de la desencarnación del Mismo.

    La palabra dhammapada viene a significar camino de sabiduría o camino de iluminación. Procede de dos raíces: dhamma, en sánscrito dharma, cuyo significado es difícil de traducir porque tiene que ver con diferentes aspectos. Vendría a ser rectitud, verdad, virtud, enseñanza.Ypada, que significa camino, senda. En consecuencia, podemos considerar que el Dhammapada sería el camino que conduce a la Sabiduría, entendiendo por tal, la liberación del autoengaño y de la ilusión. En él encontramos instrucciones dirigidas a los tres aspectos que deben ser objeto de perfeccionamiento. Por una parte, hay instrucciones de carácter moral destinadas a instaurar una forma de vida elevada. También contiene pautas claras y precisas de carácter psicológico, para conseguir un equilibrado mundo interior, limpiar la psique de impurezas y energías negativas, adquirir el autocontrol de sí mismo y elevar el nivel de conciencia hasta llegar a una mente plena, clara y lúcida, que tenga la capacidad de ser el instrumento adecuado para el tercer aspecto, el desarrollo espiritual, la adquisición de la Sabiduría más elevada que caracteriza al despertar supremo o Iluminación.

    Las tradiciones de sabiduría que se han desarrollado a lo largo de la historia siempre se han referido al hecho de que la conciencia del ser humano habitualmente se encuentra en un estado de letargo o sueño en el que es imposible desarrollar toda su potencialidad. Por ello, mediante múltiples medios, han llamado a despertar. El Budismo no es una excepción, la misma palabra buda significa despierto o iluminado. La psicología budista contiene distintos medios para llegar a la iluminación o al despertar interior. Siddhartha Gautama, el Buda, no fue un mensajero de Dios ni un instrumento de la revelación divina. Fue un ser humano que, gracias a su esfuerzo, sacrificios, dedicación e inteligencia, alcanzó la iluminación. El mensaje que predicó es de validez universal para despertar la conciencia que habita en el interior de todas las personas. Los valores del Budismo, entendido éste no como religión sino como tradición de Sabiduría, se asientan sobre una base humana y espiritual. El Dhammapada ocupa un lugar privilegiado, constituyendo una senda hacia el despertar.

    Es uno de los textos más antiguos que se han conservado y forma parte del Canon Pali o Tipitaka (en sánscrito Tripitaka), palabra que significa tres cestos o canastas, porque antiguamente se dividió en tres categorías almacenadas en cestos. Así pues, la colección de textos que forma el Canon Pali y que se escribió en este idioma del norte de la India, está configurada en tres apartados o cestas.

    Buda, al igual que Sócrates, Lao Tse o Pitágoras, no dejó nada por escrito. Sus enseñanzas fueron conservadas en la memoria de sus discípulos y transmitidas de generación en generación de forma oral. Unos quinientos años después de la muerte de Buda, fueron recogidas por escrito formando lo que se conoce como Canon Pali o Tipitaka. De acuerdo con la tradición, en un principio fueron escritas sobre hojas de palma que, según su contenido, eran clasificadas en tres canastas. Así surgió, como decía anteriormente, el nombre de Tipitaka. Lo que ha sobrevivido hoy en día, se agrupa en tres grandes colecciones o cestas:

    1. Vinaya Pitaka o Cesto de la disciplina monástica, que contiene las normas por las que debe regirse la vida monacal.

    2.- Sutta Pitaka. Son las sentencias y discursos que forman el corazón de la enseñanza budista y son atribuidos al Buda. Se divide a su vez en cinco apartados o Nikayas: Discursos Largos, Discursos Medios, Discursos agrupados por materias, Discursos temáticos y Textos pequeños. A éstos últimos pertenece el Dhammapada.

    3.- Abhidhamma Pitaka. Es una colección de textos producto de elaboraciones escolásticas. El Dhammapada ha sido a lo largo de los siglos uno de los textos más estudiados de la literatura budista y una referencia para el mundo budista. Sin embargo, su importancia no procede de este hecho, sino de su contenido. Con independencia de que sea considerado un texto sagrado o no, de que se profese la religión budista o cualquier otra o ninguna, de que se sea creyente o ateo; independientemente de todas estas consideraciones, el Dhammapada es un texto de gran valor para todo aquel que ansía liberar su mente del velo de la oscuridad y la ilusión, que aspira a modelar sus pensamientos bajo la luz de la conciencia y a ser dueño de sí mismo y de su existencia.

    Las enseñanzas que contiene sorprenden por su profundidad e inmediatez. Son claras, concisas, directas, como flechas dirigidas por una mano invisible hacia la conciencia de aquél que lo lee en un estado de reflexión.

    La lectura de este texto hace brotar la sabiduría interna del lector y lo logra sin acudir a razonamiento alguno, mediante la comunicación directa con la conciencia en estado de paz y sosiego. Cada una de sus breves y profundas sentencias es una puerta hacia dimensiones inexploradas de nosotros mismos. En su simplicidad es de una riqueza incomparable. Ilumina la percepción del lector llevándole a la comprensión de las fuerzas que rigen su vida, fuerzas que en ningún caso son ajenas a él mismo. Por ello el Dhammapada es un texto revolucionario que empuja al cambio porque si, tal y como nos enseña, las circunstancias de la existencia y los estados anímicos que vivimos son producto y consecuencia de nuestros estados mentales, también es igualmente cierto que en nuestra voluntad está el poder de modificar y transformar lo que vivimos.

    El verso 165 del Dhammapada dice: Por uno mismo se hace el mal y uno mismo se contamina. Por uno mismo se deja de hacer el mal y uno mismo se purifica. La pureza y la impureza dependen de uno mismo. Nadie puede purificar a otro.

    La responsabilidad de nuestros estados y reacciones es personal. No existe nada ni nadie fuera de nosotros que nos empuje a hacer el mal, que nos contamine o que nos produzca ira, envidia o lujuria. Existen indudablemente factores externos que facilitan reacciones hacia una u otra polaridad. Pero cada uno es directamente responsable de las acciones y reacciones que se siguen. Por lo tanto, las auténticas causas de lo que somos y vivimos se encuentran en nuestro interior y es precisamente allí donde debemos zambullirnos para encontrarlas y modificarlas. Por esta misma razón, nadie tiene la capacidad de cambiarnos, sólo nosotros mismos.

    El Camino de la Sabiduría es personal e interior. Debe ser comprendido y constantemente investigado. La responsabilidad es propia; no hay salvadores que nos purifiquen, sino guías que muestran la senda que ellos mismos han transitado, no para que creamos ciegamente en sus enseñanzas, sino para que realicemos en nosotros mismos lo que ellos ya han realizado. Esta senda no se recorre a través del saber y la erudición, ni siquiera a través de la fe, sino a fuerza de vivir y experimentar. Basho, poeta japonés del siglo XVII, sintetizó la esencia del Camino en esta frase: No trates de seguir los pasos de los hombres del pasado, busca lo que ellos buscaron.

    Al mismo Buda se atribuye esta sentencia recogida en el Tattvasangraha: Aceptad mis palabras sólo después de haberlas comprobado vosotros mismos; no las aceptéis simplemente por la veneración que me profesáis". Es una exhortación dirigida al discípulo a no creer en nada, a menos que haya comprobado por propia experiencia su validez.

    Asimismo el Dhammapada en su verso 276 enfatiza la importancia del propio esfuerzo para seguir el Camino que los Budas solamente muestran: Vosotros mismos tenéis que esforzaros. Los Budas sólo son los que indican el camino. Aquellos que entran en el Sendero y cultivan la meditación se liberan de las garras de Mara.

    Mara, el Maligno, el Negro, el Tenebroso, es la fuerza del mal, la personificación de la Muerte y el Señor de los sentidos y la sensualidad. Es el enemigo del hombre en su progreso hacia la liberación. Como señor de la sensualidad produce el deseo y el apego que liga al ser humano al sufrimiento; mediante la tentación hacia la sensualidad, intentó que el Buda no consiguiera la Iluminación. Los textos budistas se refieren a Mara planeando constantemente tentaciones para Buda y sus discípulos mediante su ejército de vicios y placeres.

    Quizás el Sutta de mayor difusión en Occidente sea el Kalama Sutta, un sutta budista contenido en el Anguttara Nikaya, del conjunto de textos del Tripitaka. En este Sutra, Buda no se dirige a sus discípulos, sino a un grupo de personas, los Kalamas, que no son seguidores suyos y no están familiarizados con sus enseñanzas. Han acudido a él en busca de consejo después de haber sido visitados por muchos maestros espirituales diferentes, cada uno afirmando tener las mejores enseñanzas y menospreciando los puntos de vista de los demás. Los Kalamas se quedan confundidos e invadidos por la incertidumbre. Le preguntan al Buda en quién deben confiar, qué camino deben seguir. Éste aconseja a estos buscadores que no sigan una tradición simplemente porque es una tradición, o porque la fuente parece confiable, o porque parece lógica o está contenida en escrituras consideradas sagradas o porque muchos creen que es cierta. Más bien, las enseñanzas deben ser probadas y validadas por la propia experiencia. Si después de un examen cuidadoso, uno determina que una enseñanza o práctica es beneficiosa para uno mismo y para los demás, entonces debe ser llevada a la vida diaria. Esta es la esencia de la Sabiduría, el propio criterio contrastado con la experiencia.

    La puesta en práctica de estos principios en la época actual, y seguramente en cualquier otra época, resulta de gran dificultad. Todo nos empuja a adoptar creencias y formas de pensar sólo porque así está establecido a través de una corriente de opinión general, cuya fuente la mayoría de las personas no cuestionan. El miedo generalizado a salirse de esta corriente mayoritaria y de los patrones establecidos paraliza y atrofia el entendimiento, obstruyendo cualquier anhelo de tener un criterio propio y vivirlo. No se trata de rechazar las creencias establecidas sólo porque están establecidas, sino de generar la suficiente libertad interior para cuestionarlas y elegir aquello que realmente consideramos adecuado para nosotros y para los demás, y vivir conforme a ello.

    Esto es aplicable no sólo en la búsqueda interior, sino en todas las facetas, ya que realmente constituye una forma de pensar basada en el propio criterio, fruto de la reflexión de conciencia. El resultado será la formación paulatina de una mente abierta que se expande más allá de sus propias limitaciones a medida que se enriquece la propia experiencia. El mensaje del Sutta es claro: Uno debe siempre examinar e investigar y no seguir ninguna creencia ciegamente. En lo que se refiere concretamente al Camino interior, no es posible aprender nada en base a experiencias ajenas; los más grandes maestros y las más sabias escrituras no tendrán efecto alguno en el desarrollo interior de una persona y permanecerán como sabiduría muerta hasta que no las haga suyas mediante la experiencia.

    A continuación, una de las muchas traducciones que existen del Sutra anteriormente mencionado:

    No creas en algo simplemente porque lo has escuchado y se rumorea. No creas en algo porque la opinión general lo considera verdadero. No creas en algo simplemente porque se encuentra escrito en tus libros religiosos. No creas en algo simplemente por la autoridad de tus maestros y ancianos. No creas en la tradición porque provenga de muchas generaciones. Más bien, después de la observación y el análisis, cuando te encuentres con algo que está de acuerdo con la razón y conduce al bien y al beneficio de todos y cada uno, entonces acéptalo y vive conforme a ello.

    Sin duda el primer peldaño para acceder a este tipo de sabiduría interior es el conocimiento propio. El Budismo genuino es ante todo un sistema de autoconocimiento, de observación mental, una psicología. Cualquier tradición religiosa, metafísica o espiritual que no inicie a sus seguidores en primer lugar en los niveles del autoconocimiento, está llamada a ser un sistema de creencias que convierte a la persona en dócil y fácilmente manejable. Es decir, en todo lo contrario a lo que representa la Sabiduría interior, adquirida mediante el propio

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