You are on page 1of 85

DERECHO CIVIL IV

Edgardo Urbano Moreno

Email: eurbanom@gmail.cl

Teléfono: +56 9 94072274


- Fuentes de las Obligaciones.

- Obligación y Fuentes. Sucesión lógica.


- Causas que generan las O.
- Art. 1437. Menciona las causas o fuentes de las O.

- Asi: Las obligaciones nacen,

ya del concurso real de las voluntades de 2 o más personas, como en los


contratos o convenciones;

Ya de un hecho voluntario de la persona que se obliga, como en la


aceptación de una herencia o legado y en todos los cuasicontratos;

ya a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra


persona, como en los delitos y cuasidelitos;

Ya por disposición de la Ley, como entre los padres y los hijos de familia.
Temas preliminares - Contextualización - Agregación de Valor

La fuente principal y general en el Código Civil es el contrato: regula


los principios generales que lo gobiernan y las reglas aplicables a los
distintos contratos (Libro VI)

Restantes fuentes tienen carácter excepcional. Son los


cuasitontratos (título XXXIV y los Delitos y Cuasidelitos (Título
XXXV).

LOS CONTRATOS.

1.Generalidades.

2.Concepto de Contrato en el CC.

Acto Jurídico – Convención – Contrato

Noción de contrato: definido en art. 1438


Crítica de autores chilenos a la definición.

Definición errónea que comprende los arts. 1437 y 1438. Terminología empleada
es equivocada: confusión o identificación sinónima de términos Contrato y
Convención. Entre ambas solo hay relación de género a especie. Todo contrato es
convención, pero no toda convención es contrato.

En Derecho Comparado la confusión es similar a la chilena. Asi, CC alemán de


1900 (BGB); CC italiano de 1942. El art. 1321 dice: “El contrato es el acuerdo de
dos o más partes para constituir, regular o extinguir entre ellas una relación
jurídica patrimonial.”

b) Crítica que deriva del art. 1438 CC chileno. Confunde objeto de la prestación
con el objeto del contrato.

Objeto de la Obligación es la prestación. Esta, a su vez, consiste en dar, hacer o


no hacer algo (art. 1460).
El objeto del contrato consiste en las obligaciones que crea.
3. Elementos del Contrato.
a) Art. 1444. Elementos de la esencia, de la naturaleza y meramente accidentales.
De la esencia: aquellas cosas sin las cuales o no produce efecto alguno, o degenera
en otro contrato diferente.
De la naturaleza: los que no siendo esenciales en él, se entienden pertenecerle, sin
necesidad de una cláusula especial.
Accidentales: aquellos elementos que ni esencial no accidentalmente pertenecen al
contrato, y que se le agregan por medio de cláusulas especiales.

Referirse a los elementos de los contratos, es hacer distinción entre requisitos


comunes a todos los contratos y requisitos particulares o propios de cada contrato.

R. comunes: son los mismos de los actos jurídicos. Art. 1445 los enuncia:
consentimiento exento de vicios, capacidad, objeto lícito, causa lícita; y las
solemnidades en casos en que la ley las exige en atención a la naturaleza del
contrato.
R. propios de cada contrato: según el art. 144 del CC se clasifican en
esenciales, naturales o accidentales.

Ej. C/V esenciales son la cosa y el precio; naturales, obligación del vendedor de
saneamiento; y accidentales, el plazo convenido para pagar el precio, pacto
comisorio una cláusula penal.

Función económica y social de los contratos.

- La vida cotidiana. Casi no hay conciencia de contratación, menos proceso de


negociación. Hay Imperceptibilidad del acuerdo de voluntad. Solo se percibe el
constante flujo de bienes y servicios que sin indispensables para la vida
cotidiana en la civilización de consumo. Muchos negocios se hacen hoy a
través de máquinas automatizadas.

- Satisfacción de necesidades más complejas. Exigen arduos procesos de


negociación que concluyen en la conjunción de voluntades propia de la figura
del contrato.
Todo contrato cumple función económica. Permite la circulación de
la riqueza, intercambio de bienes y servicios.

Cumple también función social. Es medio de cooperación o


colaboración entre los sujetos. Así, el trabajo, la vivienda, el estudio,
la recreación, lo cultural, el transporte urbano, etc. revelan la
dimensión social o cooperativa de los contratos referidos.

La concepción voluntarista decimonónica toleró la explotación del


débil por el más fuerte, especialmente en pleno desarrollo del
sistema económico industrial de los S. XVIII y XIX.

Eso explica la intervención del legislador, en la dictación de normas


imperativas reguladoras de las principales cláusulas de los contratos
que son socialmente más significativos: así aparece el Contrato
Dirigido, que persigue la protección de los que son más débiles o
carentes de poder regulador o de negociación.
La función social del Contrato también está íntimamente relacionada
con el principio de la buena fe, que impone a cada parte, un deber
de lealtad y de corrección frente a la otra parte en todo el desarrollo
del íter contractual: abarcando las conversaciones o tratos
preliminares o fase precontractual, incluyendo la celebración misma
y extendiéndose a la ejecución del contrato y las relaciones
postcontractuales.

Otras funciones o subfunciones:


a) Función de cambio o circulación de los bienes. Se satisface con los
contratos traslaticios de dominio (más la tradición) y los de mera
tenencia.

b) Función de Crédito. Normalmente se trata de contratos onerosos


(mutuo o préstamo de consumo) o gratuitos (como el comodato o
préstamo de uso).

c) Función de Garantía. Son contratos accesorios, como la prenda. La


hipoteca o la fianza.
d) Función de Custodia. Se trata de contratos ortentados a la guarda y
conservación de bienes ajenos, como en el depósito, voluntario o
necesario; o en el caso de contratos atípicos o innominados de caja de
seguridad, de garaje, de hotelería respecto del equipaje y efectos del
pasajero.

e) Función Laboral o de servicios personales. Sucede con el contrato de


trabajo; el arrendamiento de servicios y el mandato.

f) Función de previsión. Son contratos de buscan precaver riesgos (los


seguros en general y la renta vitalicia).

g) Función de recreación. Como sucede en el trasporte con fines turísticos,


la hotelería, el adiestramiento deportivo, el juego, la apuesta, los contratos
de espectáculos, etc.

h) Función de cooperación. Función que aparece mucho más nítida en los


contratos intuito personae (mandato, la donación o las sociedades
colectivas).
Aproximación histórica.
Derecho Romano y antiguo. Lo característicos son las formas. Se
perfeccionan mediante fórmulas sacramentales.

Derecho Moderno (a partir de S. XVI y XVII). Cobra relevancia el


consensualismo. El pacto es un simple acuerdo de voluntades (“solus
consensus obligat”). Autores del D° Natural, como Grocio y Pufendorf,
influencian a Domat y Pothier, como precursores del Code (CC francés) de
1804.

La idea que hace reposar la formación y la obligatoriedad del contrato en


el mero acuerdo de voluntades de las partes queda sintetizado en la frase
de Loysel: “A los bueyes se les une por los cuernos y a los hombres por las
palabras” (citado por López Santa María. “Los Contratos”, parte general,
1986, pag. 46).

Es decir, vale igual una mera promesa que las estipulaciones rígidamente
formales del Derecho romano.
4. CLASIFICACION DE LOS CONTRATOS.
Luego, art. 1439 y ss hacen clasificación de los contratos.

Hay autores que estiman impropio de la ley hacer definiciones y


clasificaciones. Tal tarea debe ser propia de la doctrina y los autores (no del
legislador).

La ley, coherente con la misma definición del art. 1° del CC, debería limitarse a
mandar, prohibir o permitir.

López Santa María discrepa (Ob. Cit. pag. 71). Plantea que las clasificaciones
legales no pueden ser exhaustivas, debido a que la realidad socio-económica y
cultural es mucho más dinámica y compleja que la rigidez con que puede actuar
el legislador.

Así, fuera de clasificaciones legales, hay otras relevantes, que la doctrina ha


decantado y que no se encuentran en la Ley (ej, contratos típicos y atípicos; de
ejecución instantánea o diferida y de tracto sucesivo; individuales y colectivos;
contratos libremente discutidos y de adhesión; preparatorios y definitivos;
contrato dirigido, forzoso o impuesto; Contrato tipo; contrato ley; subcontrato,
autocontrato, etc.
DESARROLLO:
1) Contratos unilaterales y bilaterales. Art. 1439.
La denominación procede según se imponga obligación para una o para
ambas partes .

No es lo mismo que acto Jurídico Uni o bilateral.

No obstante, todo contrato es acto jurídico bilateral; pero en otra


perspectiva, es unilateral si solo una de las partes se obliga.

En el contrato unilateral igual se requiere de voluntad de dos partes para


su perfeccionamiento.

El C. bilateral también se denomina sinalagmático perfecto: las


obligaciones surgen en el mismo momento, al perfeccionamiento del
mismo o al momento de cumplse las solemnidades ad solemnitaten,
cuando éstas son impuestas por la ley.
Importancia de la clasificación:
a) La excepción de contrato no cumplido (art. 1552)
b) Las resolución por incumplimiento (art. 1489). En la compraventa, art. 1826
inc. 2°.
c) Aplicación de la Teoría de los riesgos (art. 1550 y 1820). Responsabilidad
cuando la cosa perece por caso fortuito o fuerza mayor.
d) La revisión y la resolución por excesiva onerosidad sobreviviente (teoría de la
imprevisión), que opera con relación a los contratos onerosos bilaterales.

Los Contratos sinalagmáticos imperfectos.


- Nacen como unilaterales, pero ulteriormente surge obligación para aquella parte
que en el origen no se obligó.
- Expresión impropia: pues sinalagmático equivale a bilateral; y da a entender que
el contrato había nacido bilateral, pero imperfecto. El contrato unilateral nace
como tal y no deja de serlo
- Ej. El Comodato (art.2291 y 2192) y el Depósito (art. 2235).
El Mutuo o Préstamo de Consumo (art. 2023)
Contratos Plurilaterales o Asociativos.
Clasificación no consagrada en el CC. Pero parece este el lugar adecuado
para revisarlo, por su asimilación al contrato bilateral.

Son aquellos que nacen de la manifestación de voluntad de más de dos


partes, todas las cuales resultan obligadas en vistas a un objetivo común.

Concepto que se extrae del art. 1420 del CC italiano: son pluripersonales
los contratos con más de dos partes, en los que las prestaciones de cada
una de ellas van dirigidas a la consecución de un fin común.

La diferencia entre el contrato bilateral y el plurilateral no es cualitativa,


sino meramente cuantitativa: el plurilateral es una especie de bilateral.

Ej. el contrato de sociedad, cuando se forma con más de 2 socios (art.


2053 CC y art. 349 del C. de C.) .
Distinciones entre C. bilateral y Plurilateral.
- En B. las obligaciones son correlativas para ambas partes. Ca<da parte
puede ser una o más personas; en los P. cada parte adquiere derechos y
obligaciones respecto de todos los demás.
- En los B. los vicios del consentimiento acarrean la nulidad del contrato;
en los P., el error, la fuerza o el dolo que sufre uno de los contratantes
se traduce en la ineficacia de su exclusivo concurso o participación en
el acto, manteniendo validez el contrato en la medida que las restantes
partes puedan lograr la finalidad para la cual han contratado.

En el D° italiano estos contratos P. son reconocidos y se establece que las


causales de nulidad absoluta, relativa o anulabilidad, la resolución o
imposibilidad de ejecución, que acarrean la invalidez o ineficacia de los
contratos bilaterales, solo afectarían la desvinculación de aquella parte
en la que incida la respective visicitud, por lo que el contrato subsiste
con relación a las restantes partes.
- Los B. se limitan a las partes originales; los plurilaterales admiten
ingreso de nuevas partes o el retiro de partes originarias.
- Los bilaterales pueden exinguirse tan pronto nacen o se
perfeccionan (cumplimiento inmediato de la prestaciones
recíprocas) o revestir calidad de contratos de ejecución diferida.
Los contratos puripersonales generan una situación económica y
jurídica destinada a durar mucho tiempo. Eso impone exigenia
de especial preocupación por la administración, disolución y
liquidaci´pon de los contratos asociativos o pluripersonales.

- Ej. Contrato de Crédito Sindicado.

- La ley y la doctrina chilenas no han recogido esta figura.

- Messineo rechaza el carácter contractual de la figura del contrato


pluripersonal (y en particular, el de Sociedad), es parte de la
categoría de los “actos colectivos”, en que las voluntades
discurren de manera paralela, son de idéntico contenido y deben
sumarse, pues tienden a satisfacer intereses coincidentes,
En cambio, el “contrato” está lejos de tal homogeneidad, y se
caracteriza por su heterogeneidad: las voluntades están orientadas
a satisfacer intereses contrapuestos o, al menos, no coincidentes,
cruzándose distintos efectos para cada parte.

En el caso de la Sociedad, los intereses de los socios es


coincidente, por lo que no puede ser calificada como “contrato”,
puesto que la obligación de todas las partes (socios) tiene idéntico
contenido, lo excluye su tipificación como “contrato”.

En un “contrato”, las partes persiguen algo diverso o no


coincidente inicialmente; siendo el conhtratro el instrumento o
mecanismo que permite lograr la combinación de tales intereses
divergentes: eso no sucedería en los negocios asociativos.
2) Contratos gratuitos y onerosos. (art. 1440)
Gratuito o de beneficencia cuando solo tiene por objeto la utilidad
de una de las partes, sufriendo la otra el gravamen.
Oneroso, cuando tiene por objeto la utilidad de ambos
contratantres, gravándose cada uno e beneficio del otro.

El criterio de clasificación es netamente económico: utilidad,


gravamen o provecho.

Ha existido confusion doctrinal, al asimilar gratuidad con


unilateralidad y onerosidad a bilateralidad (Meza Barros)

Hay contratos unilaterales-onerosos: Ej. Mutuo de dinero. Por


naturaleza es unilateral y oneroso. Art 12 Ley N° 18.010, de 1981,
sobre Operaciones de Crédito de Dinero; o el Contrato de
depósito, cuando se tde comodato celebrado en pro de ambas
partes (art. 2(art. 2230 y 222 N° 2): Ej. préstamno de un perro de
caza con obligación de amaestrarlo (Meza Barros).
También hay contratos bilaterales – gratuitos. Ej. El mandato no remunerado.
Si bien es naturalmente remunerado, no hay problema para que sea gratuito.
Eso se explica por el cartacter de ser contrato de confianza. Si no se remunera,
es gratuito, pero eso no excluye la bilateralidad, pues el mandatario siempre
estará obligado a hacerse cargoi del negocio encomendado y a la rendición de
cuentas y el mandante está obligado a suministrar al mandatario los necesario
para la ejecución del cometido.
También la figura de la estipulación a favor de otro (art. 1449) puede dar lugar a
hipótesis en que estipulante y prometiende resultan obligados, sin que el
estipulante reciba provecho económico alguno

Importancia de la clasificación:

a) Para efectos de la graduación de la culpa (art. 1547 CC). Si es oneroso, deudor


responde de la culpa leve; si es gratuito deudor responde la culpa gravísima (si
solo él reporta utilidad, como sucede con el comodatario) o responde la culpa
grave si quien recibe provecho o utilidad es la contraparte (como ocurre con el
depositario).
b) La obligación de garantía es propia de los onerosos. Ej. La
compraventa (art. 1828 y ss), el arrendamiento (arts. 1928 y ss) y la
sociedad (art. 2085), con relación a la obligación de saneamiento de
la evicción.

c) Los gratuitos se celebran en consideración a la persona del otro


contratante. Son intuito personae, de lo que deriva que el error en
la persona acarrea nulidad del contrato (arts. 1445 y 1682 inciso
segundo). Los onerosos son intuito personae solo excepcionalmente
(ej. la transacción, art. 2456).

d) Imponen los gratuitos deberes de reconocimiento a quienes


reciben los beneficios.

(e) La acción Pauliana diferencia su procedencia según actos


gratuitos u onerosos, con relación al conocimiento del fraude
pauliano como presupuesto de procedencia de la acción.
(f) También se distingue entre contratos gratuitos y onerosos para
efectos de procedencia de acciones revocatorias consursales.

g) En materia de contrato de arrendamiento (Art. 1962 CC). Debe respetar


el arredramiento todo aquel a quien se transfiera el derecho del
arrendador por un título lucrativo (gratuito); y está obligador a respetarlo
todo aquel a quien se transfiera el derecho del arrendador por un título
oneroso, si el arrendamiento consta de escritura pública, excepto los
acreedores hipotecarios; y los acreedores hipotecarios, si el
arrendamiento consta de escritura pública, inscrita en el Registro del
C0onservadot antes de la inscripción hipotecaria.

(h) Si se trata de cuasicontrato de pago de lo no debido de una


especie o cuerpo cierto, si la cosa hubiera pasado a poder fe un
tercero, el solvens que pagó indebidamente puede reivindicarla de
ese tercero, si éste entró en posesión de ella en virtud de un título
gratuito.

En cambio, si el tercero, de buena fe, hubo la cosa por un título oneroso, el


solvens no puede reivindicar la cosa (art. 2303 CC).
(i) En materia de derecho sucesorio, la ley impone diversas
restricciones para las donaciones (acto jurídico gratuito por
antonomasia), que puede celebrar una persona en perjuicio de sus
asignatarios forzosos.

Asi, (i) la insinuación de las donaciones irrevocables o (ii) necesidad


de obtener autorización judicial, como formalidad ad-solemnitatem,
para que la donación sea válida (art. 1401 CC y 889 y 890 del CPC); y
(iii) de la formación de los acervos imaginarios, unida a la acción de
inoficiosa donación (arts. 1|185 al 1187 CC).

3) Contratos conmutativos y aleatorios (art. 1441)

Lo contratos onerosos se subclasifican en: (i) conmutativos y(ii)


aleatorios.
Defectos del texto:
(i) Adopta como elemento determinante del concepto de contrato
conmutativo la equivalecia de las prestaciones, que es
doblemente falsa porque supone que el contratoi oneroso es
siempre bilateral, en tanto que hay contratos onerosos que son
unilaterales (Ej. El Mutuo);

(i) En razón que equivalencia significa igualdad de 2 o más cosas, y


en el contrato oneroso las utilidades o provechos que recibe
cada parte no son iguales. Todo contrato oneroso, sea
conmutativo o aletatorio, implica riesgo, albur o incertidumbre,
lo que implica un cierto grado de desigualdad entre la ventaja
económica que se concede a la contraparte y la que se recibe de
ella a cambio.

La institución de la lesion enorme tolera esa desigualdad.


(iii) Implica una ambigüedad que el art. 1441, en su parte final, señale
que en el contrato aleatorio existe equivalencia, que consistiría en una
incertidumbre de ganancia o pérdida.

Lo que distingue a conmutativos y onerosos es que solo en los


contratos conmutativos pueden las partes, durante los tratos
preliminares y al momento de la conclusión del contrato, apreciar,
estimar o valorar los resultados económicos. Ese pronóstico solo se
puede hacer en los conmutativos.

En cambio, en aleatorios, ningún cálculo racional es factible con


relación a las consecuencias económicas de la relación negocial:
destino o resultado del aleatorio queda supeditado al azar, a la suerte,
esto es, a la total incertidumbre. No hay posibilidad de prever
resultado económico.
No es lo mismo C. aleatorio que contrato generador de obligación
condicional: la condición es un elemento accidental, agregado por la
estipulación contractual, del cual depende el nacimiento o la extinción
de una o más obligaciones.

Elementos estructural de lo aleatorio es la futureidad e


incertidumbre, que no es posible sean eliminados por las partes. La
condición si es posible eliminarla o no incluirla en el contrato.

En el C. aleatorio queda supeditado al albur, no la existencia o


inexistencia de la obligación (como si ocurre en la condición): sólo
quedan supeditados a la futureidad e incertidumbre los resultados
económicos del negocio, esto es, la mayor o menos utilidad o
provecho. El contrato nace perfecto.
En la renta vitalicia (contrato aleatorio), del hecho incierto futuro, es decir, el
fallecimiento del acreedor, depende no el nacimiento de la obligación del (art.
2264 CC) obligado al pago de la renta, sino que solo la duración del contrato y,
por tanto, su envergadura económica.

La mayoría de contratos onerosos son conmutativos.

De los contratos aleatorios trata el título XXXIII del Li ro IV del CC (arts. 2258 y ss):
seguro, la renta vitalicia, el censo vitalicio, el juego, la apuesta. Otros: la venta de
derechos litigiosos, en especial, cuando la ley priva al demandado del beneficio
del rescate o retracto litigioso, frente al comprador cesionario que obtenga en el
pleito (art. 1913 CC).

Hay contratos que pueden revestir carácter conmutativo o aleatorio: Ej. la


compraventa de cosas que no existen, pero se espera que existan (arts. 1401 y
1813 CC) es condicional, salvo que se exprese lo contrario; o que pro la
naturaleza del contrato aparezca que se compró la suerte.
Entonces, si las partes estipulan la compraventa de todas las crías
que produzca tal hembra animal en el lapso que señalen, se
entiende que el contrato es condicional y conmutativo: la
condición consiste en que alguna cría nazca del animal en el plazo
convenido; y si no nace ninguna cría, se entiende que la condición
ha fallado: por lo que no nace la obligación.

En cambio, si las partes expresan que lo que se compra es la suerte


del nacimiento de una o más de las crías del animal en cierto plazo,
o ello se infiere de las circunstancias de la especie, se compra la
suerte y el contrato es puro y simple, pero aleatorio.

Importancia de la subclasificación en conmutativos y aleatorios.

La lesión enorme y la teoría de la imprevisión solo aplica a los


conmutativos.
4) Contratos consensuales, solemnes y reales (art. 1443)

a) La clasificación atiende al momento del nacimiento o formación


de los contratos y con los requisitos que deben ser cumplidos en
ese momento.

b) Sin embargo, se denominan “consensuales” aquellos para cuya


formación es suficiente la manifestación del consentimiento o
voluntad de las partes,, sin que sea necesario o requisite el
cumplimiento de formalidades ad solemnitatem, ni entregar la
cosa sobre la cual recae el contrato.
a) En C. Solemnes es indispensable que el consentimiento o
voluntad sean expresados cumpliendo con la formalidad
objetiva quer preestablece la ley (para el valor del acto o
contrato en consideración a su naturaleza – art. 1682 CC).

Distinguir entre:
Formalidades ad solemnitatem o ad substantiam (sanción de
infracción u omission: nulidad absoluta);
Formalidades habilitantes (sanción infracción: nulidad relativa)
Formalidades de Publicidad (sanción infracción: inoponibilidad)
Formalidades por vía de prueba o ad probationem (sanción
infracción: imposibilidad de utilización de la prueba testimonial)
a) En C. Reales, el consentimiento o voluntad se apareja o yuxtapone a la
“datio rei”, esto es, a la entrega de la cosa (de modo cohetáneo al
nacimiento del contrato).
Sin esa entrega no hay contrato. En otros contratos consensuales
o solemnes en los que nace obligación de entrega; pero esta entrega
cumple una función diferente, solo una vez formado el contrato y en la
etapa de cumplimiento.

Normalmente, la parte que hace entrega de la cosa sobre la que versa el


contrato, adquiere la posicipón de acreedor de la obligación restitutoria
que es característica y propia de los contratos reales. Quien reciba la cosa,
a su vez, se convierte en deudor de la obligación restitutoria.

En el depósito, comodato, prenda civil y anticresis, la entrega configura un


título de mera tenencia (que se define en el art. 714 y que es una especie
de representación, según el art. 1448 CC).
En cambio, en el caso del Mutuo o Préstamo de Consumo, la
entrega es tradición, pues ese contrato recae sobre cosa fungible,
que implica obligación de restitución de otras tantas cosas de igual
cantidad y calidad. La tradición, en este caso, trasfiere el dominio.

Entonces, es impropio que el art. 1443 utilice la expresión


“tradición” para referir al elemento “entrega” de los contratos
reales, pues eso es correcto solo en el Mutuo; pero no en los
restantes contratos reales (en los que la entrega no es tradición), en
los que el dueño solo se desprende del corpus (no del animus), port
lo que no existe transferencia de dominio.

Existe tendencia moderna que postula la supresión de los contratos


reales (que son unilaterales), convirtiéndolos en consensuales
bilaterales (salvo la anticresis que por recaer sobre inmueble sería
solemne bilateral). La datio rei saldría de la esfera de la formación
del consentimiento, quedando en el cumplimiento de la obligación
del acreedor (por ende, primer acto de la etapa de cumplimiento
del contrato)
a) Ahora, eL C. Consensual aparece en nuestro Sistema como la
regla general, a causa del imperio del dogma de la autonomía ,
ello puesto que la voluntad tiene la suficiente fuerza para
permitir:

a) concluir el contrato (libertad de conclusión)


b) decidir libremente con quien contratar
c) establecer el contenido del contrato
(libertad de configuración interna)

Por lo que no es posible, sin contradicción, exigir a esa voluntad que


tenga que acatar o que se manifieste a través de ritualidades o
formas determinadas.
Solemnidades ad substantiam específicas varían según el contrato
solemne concreto:
Asi, la solemnidad puede consistir en: (i) escrituración o escritura privada
(promesa, contrato de fianza mercantile; mandato para junta accionistas
de SA –art. 64 Ley 18.046-); (ii) otorgamiento de escritura pública
(compraventa, permute y donación de bienes raíces, hipoteca, renta
vitalicia, etc.) ; (iii) autorización o aprobación judicial del contrarto (como
en insinuación de donaciones entre vivos y aprobación del contrato de
transacción sobre alimentos futuros debidos por ley –arts-. 140|1 y 2451
CC-); (iv) presencia de oficial Registro Civil y de 2 testigos hábiles en el
matrimonio.
La inscripción en el CBR no es solemnidad objetiva suplementaria
(adicional a la escritura pública). A pesar de l0o que digan los arts. 2410
(para la hipoteca), 1400 (para la donación), 767 (usufructo por acto entre
vivos) o 735 (fideicomiso sobre inmuebles)
La inscripción conservatoria no es requisite de formación de los
contratos (para lo que resulta suficiente la escritura pública que se
exige por la ley), sino que solo sirve para operar el cumplimiento de
ellos, que se confunde con la tradición (modo de adquirir), en cuya
virtud el adquirente deviene en titular de un derecho real (dominio,
hipoteca) o, al menos, en poseedor.

Asi, acreedor hipotecario adquiere derecho real de hipoteca o


posesión del mismo.
El donatario adquiere el derecho de dominio o la posesión.
El usufructuario adquiere su derecgho real de usufructo.
El fiduciario adquiere la propiedad fiduciaria, expuesta a pasar a
otras manos por la verificación de la condición.
En conclusión, los contratos que no requieren la “datio rei” ni la
verificación de una formalidad objetiva (exigida ad solemnitatem),
son en nuestro ordenamiento “consensuales”.
5) Contratos principales y accesorios (art. 1442).

Los principales son los contratos independientes y autónomos, pues se


bastan a si mismos sin que necesiten de un contrato diverso.

Los accesorios, en cambio, suponen otra obligación, cualquiera sea la


fuente de la cual emane.

Un contrato accesorio no necesariamente depende de otro contrato, sino


que de una obligación extracontractual, derivada de la ley o de un
cuasicontrato o de un delito o cuasidelito civiles.

Ej contratos principales: la compraventa, el arrendamiento, el depósito, el


comodato, el mutuo, etc.
Ej contratos accesorios: las cauciones (art. 46 CC), como la hipoteca, la
prenda, la anticresis y la fianza. Las cauciones son reales o personales.

En Chile, es de la esencia del c. accesorio que garantice el cumplimiento


de otra obligación propia o ajena.

Entonces, existen también los contratos dependientes, que no son


accesorios, y que son ciertos contratos que están supeditados a otra
convención, pero sin objeto de garantía del cumplimiento. Ej.
capitulaciones matrimoniales, dependientes del contrato de matrimonio
(arts. 1715 y 1716 CC) o la novación, que en cuanto genera una nueva
obligación, depende de la convención coetánea que extingue la primitiva
deuda art. 1628 y 1630 CC).
Importancia de esta clasificación:
a) Aplica principio de que lo accesorio sigue la suerte
de lo principal: extinción de obligación principal (art.
2381 N° 3 para la fianza y 2434 para la hipoteca),
nulidad de la misma; caso de cesión del crédito
principal por acto entre vivos o transmitido mortis
causa, pasan al causahabiente todos los accesorios;
la prescripción (art. 2516 CC).
b) Lo accesorio, en ciertos casos, puede nacer antes
que lo ,principal ( arts. 2339 para la fianza; y art.
2413, inciso tercero, para la hipoteca): se admite la
cláusula de garantía general en tales contratos.
OTRAS CLASIFICACIONES DE LOS CONTRATOS:
a) Nominados e Innominados (típicos o atípicos).
Los nominados: aquellos regulados en forma expresa en la
ley.
Los innominados: los que no son regulados por la ley.
Expresiones “Nominado” e “Innominado”
semánticamente no es adecuad, pues da a entender que
se trata de contratos “con” o “sin” nombre.
Asi, hay contratos nominados (por repetido uso) pero son
atípicos (pues carecen de regulación legal): ej. leasing;
mudanza, hospitalización, de talaje, de cuotalitis o iguala,
de hospedaje, de opción. Etc.
CC chileno, sin reconocer en forma expresa la clasificación,
como si lo hacía Proyecto de 1853, ha tipificado
numerosos contratos: compraventa, per muta,
arrendamiento, hipoteca, transacción, etc.
Lo mismo el C. de Co., con diversos contratos.
La Ley N° 17.336, sobre Propiedad Intelectual, tipifica el
contrato de edición.
La Ley N° 20.190,de 2007, que regula la prenda sin
desplazamiento.
Ley N° 18.248, de 1983 (Código de Minería), que regula
contratos de la minería: Avío, sociedades mineras, opción
de compra minera (preparatorio).
Los particulares pueden celebrar contratos no regulados en la ley: su
fundamento se encuentra en la autonomía de la voluntad y su
derivado, la libertad contractual.
La CS, reiteradamente, los ha reconocido (sentencia de 28 diciembre
1921, RDJ, t. 21, sec. 1ª. Pág. 391):
Dice: “los códigos no legislan sobre muchos y diversos contratos a que puede dar vida jurídica el interés
y las necesidades de las personas en sus múltiples relaciones de todo orden y los que se obligan por ellos
no están obligados a referir sus estipulaciones a alguna clase determinada. Dentro del principio de la
libertad ce las convenciones nada hay que se oponga al valor y eficacia de lso que revisten la condición de
innominados mientras no pugnen con los preceptos jurídicos de orden público, que corresponden a los
actos y declaraciones de voluntad y a las prescripciones generales que reglan toda clase de contratos
(considerando 22).”
En ese caso, la sentencia calificó como innominado el contrato por el cual se cede a otra persona, por un
precio determinado, el derecho de exploitar npor tiempo indefinbido el carbón que existe o existiere en el
fundo del cedente.

Entonces, el C. atípico, según art. 1545 CC, también es una ley para las
partes: es decir, tiene plena fuerza obligatoria.
El C. atípico no presente problemas con relación a su obligatoriedad,
debido a que el número de tales contratos es ilimitado, no
aplicándose a su respecto el números clausus.
El problema de estos contratos es otro: ¿cómo se regulan sus efectos,
si las partes no previeron las dificultades sobrevinientes?, esto es, cuál
sería la legislación supletoria que los rige.
Es preciso distinguir:
Entre C. atípicos propiamente tales, inéditos, que no se encuentran
regulados en la ley: como el franchising; know-how y engeneering; y
Los C. mixtos o complejos, que son combinación de 2 o más contratos
típicos: el leasing, factoring-
A todo contrato se le aplican normas establecidas en la ley para las
Obligaciones (incluidas las normas sobre Actos Jurídicos y contratos en
general): Además, los C. típicos se rigen además por reglas específicas
de cada uno.
La Calificación es una cuestión de derecho, por lo que puede ser
revisada por la C.S. por la vía del recurso de casación de fondo: la
calificación supone interpretación. Orientada a fijar o determinar ela
intención de los contratantes.
En consecuencia, la importancia de esta clasificación reside en que
permite determinar la legislación supletoria de la voluntad de las
partes.
En el caso del C. atípico, en cuanto se asimile al contrato típico más
semejante, en definitiva la normativa supletoria aplicable resultará de
los modelos reglados a priori por el legislador.
Lo expuesto implica que cobra aplicación la analogía como regla de
integración de las lagunas contractuales.
Tales normas resultan supletorias de lo no previsto por las partes en forma
explícita en la convención: asi, si las partes nada han previsto, en normal que
el sentenciador encuentre en la ley la norma, que le permita dirimir la
controversia.
En los C. atípicos se presenta el problema si las partes nada han previsto
creando “normas autónomas” para resolver eventuales controversias: es
decir, no hay regla legal ni convencional que resuelva los problemas
interpretativos del contrato.

El criterio para resolver esa dificultad es la asimilación del C. atípico al


contrato típico más parecido, cuyas reglas le serán aplicables.
Esa asimilación se conoce como Calificación: consiste en hacer proceso de
determinación de la naturaleza jurídica del contrato, encuadrándolo en
algunos de los tipos definidos en la ley: se hace sobre la base de la esencia
de las circunstancias que configuran el contrato, con prescindencia de la
denominación que le hayan dado las partes..
b) Contratos de Ejecución Instantánea; de Ejecución Diferida y de
Tracto Sucesivo.
1. C. de Ejecución Instantánea, o de una sola ejecución. Las Obligs.
se cumplen apenas se celebra el contrato que las generó,
naciendo y extinguiéndose simultáneamente, liberándose las
partes de inmediato. Es el contrato “pasando y pasando”. Ej.
Compraventa de mueble al contado. Eso no significa que puedan
surgir obligaciones post ejecución: Ej. Oblig. de Garantía o
saneamiento, por evicción o por vicios redhibitorios.
2. C. de Ejecución Diferida. Sonm aquellos en los que alguna(s)
oblig.(s) se cumple(n) dentro de un plazo: que puede ser tácito
(pues se impone por la naturaleza de la cosa vendida, lo que
supone que es imposible que la oblig, sea pagada de forma
instantánea a la celebración) Ej. confección de una obra.
b) Contratos de Ejecución Instantánea; de Ejecución Diferida y de
Tracto Sucesivo.
1. C. de Ejecución Instantánea, o de una sola ejecución. Las Obligs.
se cumplen apenas se celebra el contrato que las generó,
naciendo y extinguiéndose simultáneamente, liberándose las
partes de inmediato. Es el contrato “pasando y pasando”. Ej.
Compraventa de mueble al contado. Eso no significa que puedan
surgir obligaciones post ejecución: Ej. Oblig. de Garantía o
saneamiento, por evicción o por vicios redhibitorios.
2. C. de Ejecución Diferida. Sonm aquellos en los que alguna(s)
oblig.(s) se cumple(n) dentro de un plazo: que puede ser tácito
(pues se impone por la naturaleza de la cosa vendida, lo que
supone que es imposible que la oblig, sea pagada de forma
instantánea a la celebración) Ej. confección de una obra.
3. C. de Tracto sucesivo o de Ejecución Sucesiva. Aquellos en que el
cumplimiento se va escalonando en el tiempo, durante un lapso
relativamente prolongado. La relación contractual tiene
permanencia, a diferencia de lo que sucede en C. de Ejecución
Instantánea. Ej. C. de arrendamiento, C. de Trabajo; C. de
abastecimiento o suministro.

Interés de la Clasificación.
- La nulidad civil y la resolución de los C. de Ejec. Instantánea, lo
mismo que en los de Ejec. Diferida, los efectos son reetroactivos
(arts. 1687 y 1689 del CC).
- En cambio en C. de Tracto Sucesivo, como no es posible borra los
efectos ya se produjeron , se entiende que, en principio, la nulidad
y la resolución (o terminación) del Contrato solo pueden operar
hacia el futuro, desde la fecha en que la sentencia quede firme.
c. C. de Tracto sucesivo o de Ejecución Sucesiva. Aquellos en que el
cumplimiento se va escalonando en el tiempo, durante un lapso
relativamente prolongado. La relación contractual tiene
permanencia, a diferencia de lo que sucede en C. de Ejecución
Instantánea. Ej. C. de arrendamiento, C. de Trabajo; C. de
abastecimiento o suministro.

Interés de la Clasificación.
- La nulidad civil y la resolución de los C. de Ejec. Instantánea, lo
mismo que en los de Ejec. Diferida, los efectos son retroactivos
(arts. 1687 y 1689 del CC).
- En cambio en C. de Tracto Sucesivo, como no es posible borra los
efectos ya se produjeron , se entiende que, en principio, la nulidad
y la resolución (o terminación) del Contrato solo pueden operar
hacia el futuro, desde la fecha en que la sentencia quede firme.
- En cuanto a los riesgos, teoría de la imprevisión, resciliación y
caducidad convencional.
- En cuanto a Riesgos, CC establece que extinguida la Oblig. De una
parte por caso fortuito, subsiste la Oblig. Correlativa (arts. 1550 y
1820 CC), que colocan el riesgo a cargo del acreedor.
- Pero si el C. es de Tracto Sucesivo, la extinción por caso fortuito o
fuerza mayor de una Oblig., produce de rebote la extinción de la
Oblig. de la contraparte (art. 1950 CC): destruición total de la cosa
arrendada acarrea la expiración del contrato de arrendamiento,
cesando así las Obligs. de ambas partes.
- En cuanto a T. de la Imprevisión, el remedio de la revisión judicial de
contratos en curso y resolución por excesiva onerosidad
sobreviniente, están concebidas precisamente para los C. de Tracto
Sucesivo.
- En cuanto a resciliación o terminación de los C. (art. 1567 inc. 1°
CC), tratándose de C. de Tracto Sucesivo de tiempo indefinido,
pueden excepcionalmente terminar por voluntad unilateral de uno
solo de los contratantes (que se conoce como desahucio).
- La caducidad convencional del plazo es otra peculiaridad de los C.
de Tracto Sucesivo. Aparte de la caducidad del plazo que dispone la
ley (art. 1496 CC) , las partes pueden pactar que el precio se pague
en cierto número de cuotas mensuales, de tal manera que el
incumplimiento oportuno de alguna de esas cuotas, hará exigible el
total del saldo de la deuda, como si el plazo pactado estuviera
vencido (cláusula de aceleración). Es propia en el C. de Compraventa
a plazo; en el mutuo o préstamo de consumo.
d. Contratos Individuales y Colectivos.
C. I. aquel para cuyo nacimiento o formación es fundamental la
manifestación de voluntad de todas las personas que resultan
vinculadas: crea derechos y obligaciones para los que consintieron.
C.C. es aquel en que crea obligaciones para personas que no
concurrieron a su celebración, que no consintieron, o incluso
disintieron, oponiéndose a la conclusión.
Los C.C. representan una excepción al principio efecto relativo de los
contratos.
Ej. contrato colectivo de trabajo
En materia concursal el Acuerdo de Reorganización.
Acuerdos de Asambleas de Copropietarios (Ley N° 19.537).
Acuerdos de Juntas de Accionistas en SA.
e. Contratos libremente discutidos y C. de Adhesión.
L.D. es aquel en que las partes han deliberado o negociado en cuanto a su
contenido, examinando y revisando atentamente las distintas cláusulas: es
resultado de la composición o ajuste de intereses contrapuestos o diferentes
(en la fase de negociaciones preliminares o fase precontractual).
C. de Adhesión es aquel cuyas cláusulas son dictadas o redactadas por una
sola de las partes, que tiene poder de imponerlas. La otra parte se limita a
aceptarlas en bloque, adhiriendo a ellas.
Existe C. de Adhesión si: (i) Generalidad: Oferta destinada a toda una
colectividad de eventuales contratantes; (ii) Permanencia: la oferta está
vigente mientras no es modificada por su autor; (iii) Minuciosidad: La oferta
es detallada en todos los aspectos o elementos de la convención. Ej. C. de A.:
transporte; seguro; operaciones bancarias, suministros. Otro requisito: (iv)
desequilibrio del poder negociador de los contratantes.
f. Contratos preparatorios y Definitivos.
C.P. o preliminar es aquel por el cual las partes estipulan que en el
futuro celebrarán otro contrato. Crea obligación de hacer.
Ej art. 1554 contrato de promesa.
C.D es el que se celebra cumpliendo con la obligación generada por
el contrato preparatorio. Crea obligación de dar, o de hacer o no
hacer.
Ej. de contrato preparatorio: mandato.
Cosas que se distinguen en los Contratos.
De la esencia, de la naturaleza y meramente accidentales.
Art. 1444 CC.
a) Cosas de la esencia. Dan fisonomía peculiar a cada contrato,
diferenciándolo de los demás.
b) Cosas de la naturaleza. Pueden ser suprimidas o alternadas sin
que el contrato pierda su fisonomía. Se necesita para ello cláusula
especial. A falta de estipulación expresa, eses cosas se
subentienden regir para el contrato reputándose incorporadas al
mismo.
c) Solo se entiende incorporadas al contrato en virtud de una
estipulación especial expresa.
Efectos de los Contratos.
- El CC. fundamenta su fuerza vinculante u obligatoria de la voluntad
de las partes.
- Eso es lo que justifica que los efectos quedan limitados o
restringidos al ámbito de quienes concurrieron con su
consentimiento a perfeccionarlos
- Es el adagio res inter alios acta, aliis nec nocere nec prodece potest.
- El CC chileno no consagró una norma expresa que consagrara el
principio de que los contratos no aprovechan ni perjudican a
terceros (el CC francés sí lo hizo en el art. 1165: “Las convenciones no tiene
efecto sino entre las partes contratantes; ni perjudican a terceros, ni les aprovechan sino en el caso
previsto en el art. 1121.”

- Sin embargo, no hay duda que en art. 1545 del CC chileno admite el
mismo principio, cuando atribuye al contrato válidamente celebrado
el efecto de ser una ley para los contratantes (no para terceros).
En consecuencia, en principio, el Contrato no genera derechos ni
obligaciones a terceros: nadie puede resultar acreedor u obligado o
deudor sin haber consentido.

Pero hay ciertos terceros a quienes aprovecha el efecto del acto o


sufren sus consecuencias.

Entonces, el análisis de los efectos de los contratos, supone distinguir:


1) Efectos entre las partes; y 2) Efectos respeto de terceros.

1) Efectos entre las Partes.


Concepto de partes. Las personas que concurren a su celebración.
También es parte el “mandante”, en nel contrato celebrado por su
mandatario, por el efecto propio de la representación (art. 1448 CC).
La Ley del Contrato. (art. 1545 CC).
Establece cuál es la fuerza que el contrato tiene entre las partes.
Para los contratantes, el contrato constituye una verdadera ley particular, a la
que ellos deben sujetarse en sus relaciones recíprocas.

Lo anterior también implica que la ley deja a las partes en libertad para
determinar las normas que han de regir sus relaciones; y que tales normas
revisten para ellas el valor de una ley.
Ello significa que: (i) las estipulaciones de los contratos obligan o se imponen
a los jueces en el acto de interpretación o hermenéutica contractual; y (ii) El
juez no está facultado para alterar lo estipulado por las partes,
atribuyéndoles un sentido o significado diverso al que las partes le asignaron.
Limitaciones al Principio.
- Solo el contrato “legalmente celebrado” es ley para las partes.
- En consecuencia, el contrato debe ser válido para que adquiera
fuerza obligatoria entre las partes.
- Todo contrato debe ser respetado y cumplirse las prestaciones de
sus obligaciones, con 2 únicas excepciones: (i) que las partes
acuerden abolirlo (resciliación); y (ii) que la ley autorice en forma
expresa dejarlo sin efecto pro determinadas causas. Ej. la nulidad o
la resolución.

Infracción de la ley del Contrato.


- Los jueces son los llamados a la interpretación del contrato en caso
de controversia de las partes: es el proceso de calificación jurídica.
La Calificación jurídica corresponde soberanamente al juez del fondo
(por lo que la CJ es un problema de derecho – no es cuestión de
hecho).
Entonces, como los jueces del fondo no tienen atribución para
desconocer los efectos de un contrato cuya existencia han constatado
pro los medios de prueba que establece la ley, por lo que la CJ y la
determinación de sus consecuencias jurídicas, queda entregada al
control de la CS.
Los jueces no pueden desnaturalizar, a pretexto de interpretarlo,
desnaturalizar las estipulaciones acordadas por las partes, haciéndoles
producir efectos no queridos por las partes o contrarios a los
preceptos legales que los rigen.
Si así procediere el juez, infringe la ley del contrato, vulnerando el
principio del art. 1545 CC en cuando a que los contratos válidamente
celebrados son una ley para los contratantes.
Ejecución de Buena Fe. (art. 1546 CC)
También es regla fundamental relacionada a los efectos de los C. entre
las partes contratantes.
Significa que:
(i) Debe cumplirse primero según la intención de las partes. Aplica
art. 1560: Conocida claramente la intención de las partes, debe
estarse más a ella que a lo literal de las palabras.
(ii) La BF no solo obliga a lo anterior, sino también a las cosas que
emanan de la naturaleza de la obligación (que se suplen por la ley)
(iii) y las cosas que la costumbre considera inherentes a la clase de
contrato de que se trate.
Por tanto, el art. 1546 establece el principio de que las leyes que
regulan los contratos son supletorias de la voluntad de las partes.
Principio de la autonomía de la voluntad.
- Principio que está en la base del sistema del CC.
- Las partes son libres para determinar las proyecciones del contrato,
su duración y, en general, sus efectos y modo de cumplimiento.
- La ley sanciona el acuerdo de voluntad, elevándolo al rango de una
ley para los contratantes.
- Las limitaciones de la libertad de contratación son solo: las que
imponen las leyes en defensa de las buenas costumbres y del orden
público.
- Esto es lo que permite que las partes puedan celebrar contratos
innominados o atípicos.
- Los C. son por generalidad consensuales; pero pueden hacer
solemnes los contratos que son naturalmente solemnes y revestirles
de las solemnidades que estimen convenientes (arts. 1802 y 1921)
2) Efectos respecto de terceros.
Quienes son terceros? No es tan simple.
Entre los “no contratantes” existen personas cuya situación es muy
diferente, por lo que se distingue entre:
(i) Los herederos o sucesores a título universal.
(ii) Los sucesores a título singular;
(iii) Los acreedores de las partes;
(iv) Los verdaderos terceros (o “petinus extranei”)

1) Los herederos o sucesores a títulos universal. No son extraños al


contrato, a pesar que no han concurrido personalmente a la
celebración. Representan a su causante (art. 1097), se identifican con
él y le suceden en todos sus derechos y obligaciones transmisibles.
Al fallecimiento del causante (contratantes), los herederos suyos están
llamados a convertirse en deudores o acreedores, según la posición
que haya tenido el causante en la relación jurídico contractual, en los
mismos términos que lo era su causante, de cuya personalidad son la
continuación y cuyo patrimonio están llamados a recoger.
Entonces, los contratos del causantes aprovechan y perjudican a los
herederos, de tal manera que sus efectos pueden invocarse por ellos y
contra ellos, como si se tratara del mismo causante, con las únicfs
siguientes excepciones:
(i) Si el contrato fuera intuito personae (mandato, la sociedad, en que
la muerte del contratantes pone fin al contratos y sus efectos);
(ii) Aquellos contratos de los que derivan derechos personalísimos
(como la Habitación y uso y usufructo, que no son transmisibles)
(iii) Aquellos contratos en que las mismas partes han convenido en
forma expresa que sus efectos no alcanzarán a sus herederos.
(iv) Con relación a la solidaridad, el art. 1523 dispone que los
herederos del causante-deudor solidario son, entre todos, obligados al
pago del total de la deuda; pero cada heredero será solamente
responsable (contribución a la deuda) de aquella cuota de la deuda
que corresponda a su porción hereditaria.
2. Los sucesores a título singular.
Estos sucesores, que suceden al causante solo en determinados bienes
o derechos, no son sucesores a título universal: legatario, el
cesionario, el comprador, el donatario (causahabientes).
El D° del causahabiente a título singular se mide exactamente por el
de su causante, según aplicación de la regla que ”nadie puede
transferir o transmitir más derechos que los que tiene o posee” (nemo
plus juris in alienun transferre potest buam ipse haber).
Los contratos por lo que su autor había consolidado,
transformado, aumentado o disminuido su derecho,
aprovecharán o perjudicarán al causahabiente a título singular.
Asi, el cesionario de un crédito se beneficia con la fianza, prenda
hipoteca que lo garantiza (contratos accesorios) y aprovecha de
los contratos celebrados por el cedente para obtener esas
cauciones que mejoran o robustecen el riesgo de su derecho
personal.
A la inversa, el causahabiente (heredero o legatario) está
obligado a soportar las consecuencias de las limitaciones
impuestas por el causante con anterioridad, como una hipoteca,
prenda o servidumbre (derechos reales) sobre el bien que se
adquiere a título universal o a título singular.
Ahora, los contratos que no afecten al derecho mismo, ni para
mejorarlo, disminuirlo, consolidarlo o transformarlo, no pueden ser
oponerse al causahabiente ni invocarse por éste.

Ej. contrato de compraventa de un inmueble arrendado por el


causante: ni el arrendatario puede prevalerse de los derechos
derivados del contratopde compraventa contra el adquirente, ni éste
último puede invocar el contrato contra el arrendatario.

Dos requisitos debe reunir los contratos que ha de afectar los


sucesores a título singular:
(i) Deben ser anteriores a la adquisición; y
(ii) Deben estar referidos al bien mismo adquirido.
3. Acreedores de las partes.
Deudor conserva derecho de gestión libre de su patrimonio, sobre el cual
pesa el D° de prenda general de los acreedores.
La prenda general puede generar incrementos y disminuciones
patrimoniales.
En tal sentido, los contratos celebrados por el deudor afectan a los
acreedores y les son oponibles: los acreedores no son parte del contrato,
pero tampoco se les puede considerar por completo como terceros.
Estos principios sufren importantes excepciones:
(i) La confianza ilimitada que los acreedores ponen en su deudor, supone
que éstos le paguen con la misma moneda. Entonces, debe sufrir las
consecuencias de los negocios desafortunados, pero no los efectos de
los actos fraudulentos.
Asi, los acreedores del deudor tiene D° a impugnar los actos o contratos
fraudulentos ejecutados o celebrados en perjuicio de sus acreedores, por
medio de la acción pauliana o revocatoria.
(II) Los acreedores pueden desconocer los actos simulados de su deudor:
considerados como terceros tiene derecho a optar entre atenerse a las
apariencias dela simulación, o impugnarlo, demostrando la simulación.

4. Los terceros extraños (petinus extranei).


Son los verdaderos extraños al contrato; a quienes ni liga ni ligará en el
futuro ninguna relación con los contratantes.
Rige a su respecto en toda su amplitud el principio del efecto relativo de los
contratos.
El contrato no puede conferirles o quitarles un derecho, convertirles en
acreedores o deudores.
Según art. 1815 CC la venta de cosa ajena es válida, sin perjuicio de los
derechos del dueño.
Para el propietario de la cosa vendida, tercero por entero extraño a ese
contrato, ni produce ningún efecto, ni puede menoscabar su derecho de
dominio: por eso puede accionar, con prescindencia del contrato celebrado
en en contra del vendedor (no dueño) y comprador: acción reivindicatoria.
EXCEPCIONES AL EFECTO RELATIVO DE LOS CONTRATOS
Estamos en presencia de excepciones al principio cuando un contrato crea
derecho o impone obligación a un tercero absoluto.
Ej. Los contratos Colectivos. Importantes en materia concursal;
copropiedad inmobiliaria; seguros

1) La Estipulación a Favor de Otro (o Contrato en favor de un tercero).


Figura repudiada por el D° Romano clásico: alteri stipulati nemo potest: no
era posible estipular por otro. El vínculo jurídico era personalísimo, ni
siquiera era posible actuar por representante, debido a que las palabras
rígidas y formales de la stipulatio vinculaban en forma exclusiva a quienes
las pronunciaban.
Ej. Celebrada una estipulación entre Ticio y Cayo, por la que el primero
obtenía del segundo la promesa de una ventaja para Sempronio: (i) Ticio
no tenía acción contra Cayo, pues no tenía interés; y sin interés no hay
acción; y (ii) Sempronio tampoco tenía acción, pues no había intervenido
en el contrato, debido a que nadie podía estipular por otro.
ano mitigó la imposibilidad señalada: (i) primero con las
s, en las que donante y donatario convienen que el
prestación o cumpla una carga u obligación en favor de
atario modal; (ii) Es preciso separar la figura de la
1448 CC), del actuar por otro a nombre propio, sin que
n, lo que es habitual en contratos a favor de terceros;
a de la Estipulación a Favor de Otro (1449 CC).

contrato en favor de tercero, en sentido técnico,


e, realizado válidamente entre dos personas, pretende
a una tercera que no ha tenido parte alguna, ni directa
n su tramitación y perfección, y que, no obstante, logra
ribuir a esa tercera persona un derecho propiamente
no puede estimarse como propio del que estipuló tal
uego al tercero o simplemente ejercido por éster en
ovanni Pacchioni: I Contrati a favore dei terzi. 1948,
b) Naturaleza Jurídica. 4 teorías. 3 primeras la asimilan a otras figuras.
(i) Teoría de la Oferta. Habrían 2 convenciones: una entre estipulante y
prometiente, en que el primero se transforma en acreedor del segundo. Después
el estipulante ofrece su crédito contra el prometiente al beneficiario (tercero): la
aceptación de este último forma la segunda convención.
(ii) Teoría de la gestión de negocios ajenos. Estipulante obra como gestor de
negocios del tercero, como agente oficioso suyo (art. 2286 CC), al obtener
compromiso del prometiente. La aceptación del tercero, que produce efecto
retroactivo, convierte el cuasicontrato en un contrato de mandato. Crítica: el
estipulante actúa en todo momento a nombre propio y no como agente oficioso.
(iii) Teoría de la declaración unilateral de voluntad. Habría una expresión de
voluntad unilateral del deudor, como fuente autónoma de obligaciones: El
prometiente adquiriría el rol de deudor del beneficiario por su exclusiva voluntad.
Aparte que es discutible que el D° chileno acoja la promesa unilateral como fuente
de las obligaciones, esta teoría desconoce que existe contrato entre prometiente y
estipulante (con independencia de su el beneficio acepta).
(iv) Teoría de la adquisición directa del derecho. Implica simplemente una deroga-
ción del principio del efecto relativo de los contratos. La creación del
derecho es directa en el beneficiario desde el mismo momento en que se
celebra la estipulación, a pesar de que éste último lo ignore.
La aceptación del tercero es un mero requisito para que pueda ejercer el
derecho y exigir la prestación.
c) Los efectos de la Estipulación. Entre estipulante y prometiente; entre
prometiente y beneficiario; y entre estipulante y beneficiario.
(i) Efectos entre estipulante y prometiente.
- Son las partes en el contrato.
- Se producen efectos normales de los contratos entre partes: pero art. 1449
CC establece que sólo el tercero beneficiario puede demandar lo
estipulado.
- Estipulante no puede demandar a prometiente el cumplimiento. Si podría
exigir que le cumpla al tercero. Basta el interés pecuniario, y a veces
moral, del estipulante, que le llevó a contratar con el prometiente, para
que el primero tenga legitimación activa para demandar la ejecución en
favor del tercero.
- Es posible pactar cláusula penal entre estipulante y prometiente: como obligación
accesoria, el estipulante puede exigirla para si.
- El derecho ingresa al patrimonio del tercero beneficiario desde el m mismo
instante de celebrado el contrato.
- No obstante, Estipulante y prometiente pueden revocar el contrato hasta el
momento en que el beneficiario acepte la estipulación a su favor, expresa o
tácitamente.

- (ii) Efecto entre prometiente y beneficiario.


- El prometiente está obligado directamente con el beneficiario.
- El beneficiario es acreedor del prometiente, desde la celebración de la
estipulación, aun si ignora la existencia de la ESTIPULACIÓN.
- Tercero tiene acción contra el prometiente, una vez que acepta expresa o
tácitamente.
- No tiene acción para ejercer acción resolutoria contra el prometiente, pues esta
acción incumbe solo a las partes contratantes.
- Si beneficiario fallece antes de aceptar, transmite a sus herederos ese derecho.
(iii) Efecto entre estipulan te y beneficiario.
Son sujetos extraños.
Pero están estrechamente relacionados (ej. en el seguro, por alguna
razón el estipulante designa como beneficiario al tercero).
- El derecho del beneficiario nunca se radica en el patrimonio del
estipulante: los acreedores de éste carecen de derecho sobre el
crédito derivados del contrato.
2) La Promesa de Hecho Ajeno. Art. 1450 CC
Se trata de la promesa de un hecho anejo o contrato a cargo de un
tercero.
Erradamente hay quienes sostienen que esta figura es una excepción
al principio del efecto relativo de los contratos (Erika Diaz Muñoz: El
Efecto Relativo de los Contratos. Edit. Jurídica, 1985, págs. 62 y 83).

Ello debido a que este contrato no genera ningún derecho y menos


una obligación a cargo de un tercero (que es petinus extranei): el único
que se obliga es el prometiente, quien se compromete a obtener que
otra persona acepte realizar una cierta prestación a favor del acreedor.
Es obligación de hacer del prometiente-
Paradojalmente, el prometiente promete hecho propio.
Mientras el tercero no exprese su voluntad de dar, hacer, no hacer lo
prometido pro el prometiente, no contrae obligación alguna.
Si prometiente fracasa (o incumple) en la obtención de la aceptación
del tercero, queda obligado a indemnizar al acreedor los daños que
tienen su causa en dicho particular incumplimiento.
Entonces, si el tercero no ratifica, al acreedor no le queda más camino
que la ejecución forzada por equivalencia en contra del prometiente:
la indemnización de los perjuicios.

No es procedente la ejecución forzada por naturaleza, debió a que el


sistema jurídico resulta impotente para para obtener el
consentimiento del tercero, si éste lo rehusare.
Entonces, si el tercero ratifica, ahí nace la obligación a su cargo
prometida pro el prometiente.
La doctrina no se ha preguntado por la Fuente de la Obligación que
asume el tercero.
Pareciera (López Santa María, pag. 260) plantea que la fuente sería el
cuasicontrato de agencia oficiosa.
El prometiente, quien no puede representar al tercero, actuaría como
un gestor de negocios ajenos. Aplicarían arts. 2286 a 2290 CC).
Inconveniente: el art. 2290 dispone que la agencia oficiosa crea
obligación para el interesado en ella, si el negocio ha sido bien
administrado. En cambio, en la promesa todo efectos de la figura
respecto de ese tercero solo depende de su voluntad.
Nuevamente la fuente debería ser la voluntad unilateral del deudor.
La promesa de hecho anejo permite la cláusula penal para el caso de
incumplimiento por parte del prometiente: la pena es vpalida, aun
cuanto la obligación principal no tenga efecto alguno por la falta del
consentimiento del tercero
Entonces, la Promesa de Hecho Ajeno es acuerdo a voluntades
(requiere de consentimiento); y no una mera voluntad aislada del
tercero que acepta.
El consentimiento entre prometiente y tercero, aunque sea a
posteriori. Es incompatible con la doctrina de la volu7ntad unilateral
del deudor.
PRINCIPIO DE LA BUENA FE CONTRACTUAL
Es principio general del Derecho.
Heredado de los romanos: en materia procesal, por ej. fundamente la
probidad procesal; en materia de negocios, funda coarta la
competencia desleal; sustenta la inadmisibilidad de la pretensión
incoherente con el hecho o conducta anterior (venire contra factum
propium non valet).
Se distingue: Buena Fe Subjetiva y Buena fe Objetiva
Buena Fe Subjetiva: “…creencia que, por efecto de un error excusable,
tiene la persona de que su conducta no peca contra el Derecho”. Es
convicción interna o psicológica de encontrarse el sujeto en una
situación regular, aun cuando objetivamente no sea así.
Asi, como el D° ampara la convicción de regularidad, en ocasiones disculpa o
excusa el error.
El error común forma Derecho. Ej. 1012 del CC, sobre habilidad de un testigo
del testamento. Otros casos: arts. 94 regla 4ta. (rerscisión de decreto de
posesión definitiva), 426 (tutor o curador que ejerce, creyendo serlo y no lo
es), 1576 inc. 2° ( pago hecho de buena fe a persona que estaba en posesión
del crédito, aunque después aparezca que el crédito no le pertenecía) y 2058
(nulidad de la sociedad no afecta a terceros de buena fe).
El caso más importante es BF subjetiva es el art. 606 inciso 1°, en la posesión:
el poseedor de buena fe es protegido por el Ordenamiento: disculpa su error,
pudiendo incluso llegar a ser dueño por prescripción adquisitiva.
Incluso el poseedor de BF, contra quien se reivindica, recibe un trado
privilegiado en materia de prestaciones mutuas: en materia de frutos o por
deterioros o mejoras útiles.
En Familia: matrimonio putativo: la nulidad solo se proyecta hacia el futuro.
En Obligaciones: El monto de la restitución que debe realizar el acreedor que
ha recibido un pago de lo no debido, está determinado por su buena o mala
fe subjetiva (arts. 2300 y ss del CC).
En materia contractual: arts. 1842 y 1859 sobre evicción o vicios ocultos, la
cláusula de exoneración de responsabilidad no produce efectos si el
vendedor sabía que existía la causa de la evicción o el vicio redhibitorio.

Buena Fe Objetiva.
A esta BF se remite el art. 1546 del CC, al disponer que los contratros debe
ejecutarse de buena fe, y que, de consiguiente, obligan no solo a lo que en
ellos se expresa.
En realidad, los efectos obligatorios de los contratos dependen de 2
elementos: la voluntad de las partes y la buena fe.
La BF objetiva impone a contratantes deber de comportarse correcta y
lealmente en las relaciones mutuas, desde el inicio de los tratos preliminares
y hasta momentos posteriores a la terminación del contrato.
BF subjetiva se aprecia in concreto por el juez; indagando la convicción íntima
y personal del sujeto.
En cambio, la BF Objetiva se aprecia in abstracto: juez debe prescindir de
persuasiones, creencias o intenciones psicológicas de las partes, para
determinar él mimo la conducta socialmente exigible a las partes, solo en
base a la equidad, a los usos y, en general, al espíritu del pueblo (Savigny) o
al modelo del hombre razonable.
Principios para determinar la BF Objetiva: (Jaime Santos Briz, español)
1. La BF debe ser considerada como un módulo de carácter objetivo.
2. Su determinación se lleva afecto pro medio de los usos de los negocios y
del fondo medio de la cultura de la sociedad.
MANIFESTACIONES DE LA BF OBJETIVAS.
No es posible inventariar en forma exhaustiva las manifestaciones concretas
de la BF durante el iter contractual.
Solo es posible indicar algunas:
a) Tratos Preliminares. Hablar claro; abstenerse de afirmaciones inexactas o
falsas;
b) Celebración del contrato. Ej Asi, si bien de acuerdo al art. 1815 del CC La
venta de cosa ajena es válida, las indemnizaciones a que tiene derecho el
comprador, en caso de ser evicta la cosa, podrían vincularse con la BF
objetivas.
c) Cumplimiento del contrato. La responsabilidad civil por incumplimiento,
según art. 1558 CC, es más amplia o severa si la incorrección o deslealtad
del deudor llega a ser constitutiva de dolo: pues en tal caso alcanza no
solo a los perjuicios previstos, sino también a lo imprevistos.
d) Ámbito postcontractual. Sobrevida en esta etapa la regla de la BFO.

INTERPRETACION DE LOS CONTRATOS:


Voluntad es causa eficie3nte del derecho privado.
Noción clásica busca que el intérprete precise el sentido de las convenciones
de acuerdo a las intenciones de quienes las concluyeron.
Condición para que haya interpretación: Oscuridad del contrato. Por
ambigüedad; oscuridad; insuficiencia, excesivos, contradictorios.
La interpretación en el CC chileno.
1. Regla del art. 1560 CC. Más que regla de I., es principio rector de las reglas
que le siguen. Consagra sistema subjetivo tradicional de I. de los Contratos:
búsqueda de la voluntad interna de las partes
2. La interpretación Legal. Ej. Arts. 567 a 575; 1242 a 12444; 1823, 1829,
1874, 1879; 1956, etc.
3. La Ley como elemento supletorio. Arts. 1793 y ss del CC, que regulan los
contratos más usuales, como la venta, arrendamiento, sociedad, etc.
4. Reglas de I. relativas a elementos intrínsecos del contrato.
Significa interpretar el texto del contrato por sí mismo, considerando solo los
elementos que en él puedan encontrarse. 3 reglas fundamentales al respecto
(sin orden de preferencia entre ellas):
a) Regla de la armonía de las cláusulas (art. 1564, inciso 1°)
b) Regla de la utilidad de las cláusulas (art. 1562).
c) Regla del sentido natural (art. 1563 inciso 1°).
5. Reglas de I. relativas a elementos extrínsecos del contrato.
a) Regla de la aplicación restringida del texto contractual (art. 1561).
b) Regla de la natural extensión de la declaración (art. 1565).
c) Regla de los otros contratos de las partes sobre igual materia (art. 1564
inciso 2°, 1564 inciso 3° y 1566 inciso 2°).
d) Regla de la interpretación auténtica ( art. 1564 inciso 3°).

You might also like